Desde el año 1994, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 21 de septiembre como el Día Internacional del Alzheimer. El objetivo es concientizar a la sociedad sobre esta enfermedad y crear condiciones necesarias para investigar sobre las demencias, mejorando la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, la ausencia de políticas públicas en nuestro país -destinadas a los pacientes de estas patologías- no solo impacta a los más de 200 mil casos existentes, además afecta a su entorno familiar, especialmente a quienes cumplen el rol de cuidadores.
El principal factor de discapacidad y dependencia en los adultos mayores a nivel global es la demencia, por lo tanto, son enfermedades de alto impacto.
“Es muy importante destacar que estamos viviendo un momento constitucional, en el cual estamos decidiendo la manera de cómo la sociedad debe vivir en conjunto. Me parece sumamente importante que se considere la dignidad como algo fundamental, entonces es necesario preguntarse cómo es posible alcanzar la dignidad en un país que no entrega políticas públicas a las personas más vulnerables, entre ellas los adultos mayores y su entorno afectado por las demencias. Debemos considerar cómo vamos a responder a las necesidades de las personas con demencia”, señaló la Dra. Andrea Slachevsky, Subdirectora del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo de la Universidad de Chile (GERO).
“Hay que considerar que no se solucionan solamente con una atención médica, sino que requieren de políticas públicas articuladas, que involucren factores sociales, sanitarios, tanto para el paciente y su entorno, eso es fundamental en una política pública”, recalcó la Dra. Slachevsky, quien además es Directora de la Clínica de Memoria y Neuropsiquiatría de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y el Hospital del Salvador.
Por su parte, el Dr. Gerardo Fasce, Jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y Presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, comentó que “desde el punto de vista histórico se han generado una serie de iniciativas a lo largo de los últimos 10 años que han abordado algunas de las problemáticas, por ejemplo, la necesidad de acompañamiento, el desarrollo de unidades específicas para el cuidado diario de las personas con demencias y sus familias. Pero lo que necesitamos hoy, es salir de las experiencias pilotos para construir la base y generar una política más de Estado, que se haga cargo de una problemática que epidemiológicamente va a ir creciendo”.
La Profesora asociada de la Facultad de Medicina agregó que, “si bien las demencias están actualmente en el AUGE, el sistema de salud no tiene la capacidad de implementarlo de manera óptima. Para esto es necesario mejorar la preparación y fortalecer el sistema de salud existente. Por este motivo nosotros creemos que un AUGE sin Plan Nacional de Demencias va a ser siempre muy limitado en su implementación”.
Generando redes
Actualmente no existe un tratamiento curativo para las demencias. Por lo que es necesario prevenir su aparición, entregar un diagnóstico oportuno y mejorar la calidad de vida de los pacientes y su entorno cercano. En ese contexto, el fortalecimiento de la investigación, la capacitación y educación en demencias son esenciales, especialmente en materia de creación e implementación de políticas públicas.
Es así, que bajo una visión transdisciplinaria, la Universidad de Chile orienta su quehacer académico e investigativo en la realización de diversas actividades, que permitan situar al envejecimiento como una cuestión de derecho y futuro en la sociedad chilena. De esta manera, en el año 2014, la Casa de Bello, a través de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo y la Unidad de Redes Transdisciplinarias ayudó a conformar la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento.
“La Universidad de Chile es la principal casa de estudios pública del país y tiene la misión de contribuir con el país. Dentro de sus desafíos está el envejecimiento y las demencias en general, por eso es que gran parte de los esfuerzos de la Red de Envejecimiento han estado enfocados en este tema”, manifestó Jaqueline Meriño, Coordinadora de dicha unidad.
Agregó que “un grupo de académicos interdisciplinarios de nuestra Universidad señalaron que este era un desafío que no podían abordar solo desde medicina y era necesario convocar a profesionales de las ciencias sociales, de arquitectura y de otras unidades académicas, logrando convertirnos en un intermediario entre la academia y los actores sociales”.
Caminata Nacional
En el marco del Día Internacional del Alzheimer y -con el objetivo de sensibilizar a la población y promover la generación de nuevas políticas públicas en torno a las enfermedades neurodegenerativas-, se realizó la VII Caminata Nacional por el Alzheimer y otras demencias. La actividad reúne anualmente a cientos de personas en las principales avenidas de Santiago y otras regiones del país.
Bajo el nombre de “Nos movemos para no olvidar el Plan Nacional de Demencias”, la Corporación Profesional de Alzheimer y otras demencias (COPRAD), organizó de manera virtual esta instancia, destinada a sumar apoyos y hacer un llamado para aplicar de forma efectiva la incorporación de esta patología al GES.
El Dr. Gerardo Fasce fue enfático en recalcar que “en relación a las enfermedades mentales estamos en un proceso, desde el año 2017 existe un Plan Nacional de Demencia, un GES y un Plan Nacional de Salud Mental para personas mayores. Todos ellos con distintos grados de avance, pero todavía no implementados”.
Efecto pandemia
El Dr. Chrisitan González – Billault, Director de GERO, se refirió a los efectos del confinamiento en las personas. “La pandemia CoVid19 y sus restricciones de movilidad, particularmente las que sufrimos durante el año 2020 aumentaron la vulnerabilidad de los pacientes y también los cuidadores de enfermos con Alzheimer. En esta primera etapa los largos confinamientos a que fuimos sometidos de seguro impactarán sobre la trayectoria de los enfermos, ya que impidieron la realización de actividades cotidianas, que contribuyen a contrarrestar la pérdida de capacidades cognitivas asociadas a la neurodegeneración”.
Un ejemplo de esto lo constituyen la práctica de ejercicio o la realización de actividades al aire libre, que tienen efectos beneficios en el desempeño cognitivo de sujetos sanos. “Pero también de aquellos aquejados de enfermedades que afectan el cerebro. Es esperable -y actualmente existen estudios a nivel latinoamericano en los que GERO participa- que las trayectorias de los enfermos muestren un aumento en la progresión de la enfermedad”.
Demencias en cifras
De acuerdo a cifras entregadas por la OMS, a nivel mundial existen 50 millones de personas diagnosticadas con algún tipo de demencia. La forma más común es la enfermedad de Alzheimer, se estima que representa entre un 60% y un 70% de los casos. Entre un 5 y 8% de la población mayor de 60 años presenta esta patología.
Cada año se registran de 10 millones de nuevos casos de pacientes con algún grado de demencia. Se espera que en el año 2030 la cifra llegue a los 82 millones y en 2050 alcance los 152 millones de casos.
“Sin duda, estos datos tendrán efectos socioeconómicos importantes en las próximas generaciones, como consecuencia del alto costo económico de estas enfermedades, el grado de dependencia de los pacientes y el alejamiento del mundo laboral de sus cuidadores informales”, finaliza la subdirectora de GERO.