Este lunes 1 de noviembre, los candidatos presidenciales Gabriel Boric (Apruebo Dignidad), Yasna Provoste (Nuevo Pacto Social), Sebastián Sichel (Chile Podemos +), Eduardo Artés (Unión Patriótica) y Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista) llegaron hasta la Casa Central de la Universidad de Chile para enfrentarse en un nuevo debate presidencial, a solo 20 días de hacerlo directamente en las urnas.
Durante el encuentro confrontaron sus posturas en tres grandes temáticas: Educación e infancia; Arte, cultura y patrimonio; y Ciencia, innovación, desarrollo y sustentabilidad. “Son áreas que pensamos que deben estar presentes en las opiniones que se les pida a los candidatos para que la ciudadanía, en función de esos antecedentes, pueda tomar sus decisiones”, aseguró el Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quien recibió a los aspirantes a La Moneda en la casa de estudios.
“Es un deber y un aporte de la Universidad de Chile, en su condición de universidad pública, invitar a los candidatos a algo tan trascendente como este debate. La elección del Presidente de la República siempre es un hito fundamental en la vida democrática de cualquier país, pero lo es muy especialmente dadas las condiciones en que hoy día estamos viviendo. En ese contexto, creemos muy importante que la U. de Chile sea quien convoque, desde su perspectiva de no estar sujeta a ninguna ideología, grupo de opinión, ni de interés, y con el pluralismo que la caracteriza”, añadió el Rector.
Las preguntas estuvieron a cargo de los periodistas Sergio Campos, Yasna Lewin, Paula Molina, Jennifer Abate, Rodrigo Vergara, Antonella Estévez y Patricio López. El debate fue transmitido conjuntamente por UChileTV, Radio Cooperativa y Radio Universidad de Chile. Fue seguido, además, por radios comunitarias y universitarias de todo el país, además de otros medios de comunicación. Al encuentro, fueron convocados todos los aspirantes a La Moneda, y contó con todas las medidas sociosanitarias pertinentes.
Esto fue posible gracias al apoyo de integrantes de la Facultad de Medicina, de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, y del equipo de Prevención de Riesgos de nuestro plantel. Para ello, además de las medidas sanitarias, como la toma de temperatura, el distanciamiento físico, el lavado de manos, entre otras, el recinto contó con un permanente monitoreo de la calidad del aire, gracias a la colaboración de la startup Airly Chile.
Adicionalmente, todos los asistentes y participantes involucrados en el debate debían presentar un test PCR negativo de menos de 48 hrs. De lo contrario, debía concurrir a la toma de un test de antígeno en la Casa Central, labor que estuvo a cargo del equipo del Laboratorio de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas, encabezado por el profesor Fernando Valiente, junto a la académica Claudia Cortés, e integrado por Manuel Ampuero Martínez, Paulina Aguilera Cortés, Camila Contreras Rojas y Felipe Velásquez Salinas.
Educación e infancia
En el primer bloque, los candidatos respondieron preguntas relacionadas a educación e infancia. El primero en contestar fue Gabriel Boric, quien señaló que “hay un conflicto en lo que se ha entendido como libertad de educación (...) Desde la implementación de la educación de mercado, esa libertad ha estado exclusivamente restringida para quienes puedan pagarla (…) En la medida que garanticemos educación pública, gratuita y de calidad para todas y todos, no tengo conflicto con el principio de libertad de educación”.
“Nosotros tenemos una clara convicción en que, con los recursos del Estado, no es posible lucrar en educación, ni tampoco en lo que hoy se establece como institucionalidad de cuidado infantil, como es la red del Sename”, señaló en tanto Yasna Provoste.
En seguida, el candidato Sebastián Sichel se refirió a la educación inicial, señalando que es “una de las condiciones que genera más desigualdad en Chile”. Ante ello, planteó, “vamos a necesitar al sector privado ayudando en la cobertura que necesitamos (...) el 76 por ciento de los padres que no mandan a sus hijos a educación pre-escolar, lo hacen porque lo consideran innecesario. Por lo tanto, tenemos que armar un gran sistema cultural y educativo que releve que estudiar es algo muy valioso”.
Eduardo Artés, en tanto, señaló que su plan es “ir fortaleciendo el sector público hasta que sea el único que quede realmente, porque así podrá reclamar la justicia. Si sigues permitiendo la existencia de instituciones privadas, vas colocando la diferenciación y la desigualdad”.
Para cerrar el primer bloque, Marco Enríquez-Ominami se refirió a la crisis del Sename y aseguró que solucionarla “va a requerir más Estado”. Esta necesidad, prosiguió, “va a necesitar que todos los hogares privados tengan tuición estatal firme y pensar de otra manera en los niños (…). El Estado de Chile no debe hablar de ellos desde la sospecha o desde un proteccionismo que además ha sido un desastre”, apuntó.
Artes, cultura y patrimonio
El segundo bloque comenzó con la pregunta sobre cómo mejorar las condiciones laborales para quienes trabajan en el mundo del arte y la cultura. Al respecto, Boric señaló que es necesario “reconocer la existencia de múltiples circuitos culturales que están en una precariedad tremenda”, junto con “aumentar el presupuesto en Cultura al 1 por ciento” y “terminar con la lógica de la concursabilidad”.
En tanto, Provoste detalló que su programa plantea triplicar el presupuesto del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que hoy es de 0,3 por ciento. Este punto generó debate con Boric, debido a la forma de nominar las cifras. Finalmente, fue zanjado por ambas candidaturas acordando que apuntan a un monto cercano al 1 por ciento. También señaló que “es deber del Estado financiar sitios de memoria y que estos garanticen además la no repetición”.
Por su parte, Sichel aseguró que “la ley de donaciones debiera ser el gran vehículo del aporte privado”, incluyendo a pymes y emprendedores. “Lo que tenemos que hacer es una gran red de privados, de ONGs que asignen los fondos, para que no tengamos al final una especie de sector cultural que sirve a la política y que, por lo tanto, se le asigna a dedo; ni tampoco lo que tenemos hoy día, donde tenemos un concurso en que chicos y grandes compiten de distinta escala y, por lo tanto, bajar a la sociedad civil la posibilidad de que ellos asignen los recursos”, apuntó.
Artés se mostró a favor de “terminar con el IVA del libro y promover la lectura”. Sobre los trabajadores de la cultura y las artes, señaló que “necesitan un apoyo estatal (...) y también un seguro de cesantía. Esto ha formado parte de sus movilizaciones, asímismo el derecho a la jubilación. Son cuestiones muy sentidas. Ellos pasan tiempos que normalmente no tienen una entrada directa, pero -sin embargo- están creando para luego llegar a concretar alguna obra. En nuestro gobierno, vamos a tomar en cuenta sus reivindicaciones porque ellos se movilizan”, agregó.
ME-O habló de establecer un “subsidio a la demanda para reactivar la oferta” consistente en entregar un bono de $50 mil por cada joven “para que vayan al teatro o al cine”. También hizo referencia a la labor de la Convención Constitucional, donde cree que “va a quedar establecido el derecho a la cultura”. Al respecto, profundizó que “para financiar nuestro aumento a un 1 por ciento del PIB en Cultura —que significa multiplicar por 10 el presupuesto en cultura, por si acaso— va a tener que hacerse con impuestos, no con reasignaciones injustas”, dijo. “A mí me gusta el mercado, pero como esclavo, no como amo. En la cultura, el mercado ha hecho un enorme aporte, el problema es que en Chile es un tipo de cultura que siempre es extranjera”, agregó.
Ciencias e innovación
En el bloque de cierre, se preguntó por temas asociados a Ciencias, innovación, investigación y sustentabilidad. En este ámbito, Boric aseguró que espera ser “el primer gobierno ecológico en la historia de Chile” y para ello pretende “crear comités de transición justa”. También afirmó que la exención del Diesel “tiene que terminar” y que “el tremendo poder fáctico que han desarrollado los camioneros se tiene que enfrentar con la construcción de un sistema de trenes para Chile”. Además, indicó que “tenemos que construir un sistema científico con equidad de género y criterios descentralizadores desde la perspectiva que el conocimiento es el cobre del siglo XXI”, cerró.
Provoste relató que planea abordar la política de hidrógeno verde estableciendo dos polos nacionales, uno en el norte y otro en el sur. Consultada sobre si su programa “se queda corto” en términos presupuestarios para la parte científica, la candidata explicó que “ningún país se desarrolla solo de esfuerzo público en el ámbito científico y tecnológico, aquí también se requiere de un esfuerzo privado”. Para abordar desafíos como la producción de vacunas, Provoste señaló que van a retomar “una alianza que nunca debió haberse perdido entre las Universidades públicas y el Estado”.
Sichel, en tanto, aseguró que está a favor de la revisión del Código de Aguas que realiza el Congreso pero que no le parece “necesario” incluirlo en su programa. “Hay que hacer operar una ley que permita el remate de los usos de agua no utilizados”, dijo. En materia energética, detalló que buscará “reemplazar aquello que generan los termoeléctricos con energías renovables no convencionales”. Sobre su promesa de terminar con las zonas de sacrificio, el candidato reconoció que “quizás es una de las cosas más complejas del programa, pero sí, si hay que expropiar, si hay que sacar, si hay que cambiar la regulación (lo haremos)”.
Artés, por su parte, defendió su idea de impulsar la energía nuclear en Chile, asegurando que “en muchos países se usa la energía nuclear. Hoy día existe un elemento que no es el uranio, sino que es el torio, y está haciendo que sea cada día menos peligrosa”. Por lo mismo, aseguró que “no es ninguna locura plantear la necesidad de trabajar con todas las posibilidades de energía, sin energía no tenemos industria, sin industria no desarrollamos la ciencia ni la técnica, y sin ellas claramente no vamos a poder tener un país sustentable".
Por último, Enríquez-Ominami propuso elevar la inversión en ciencia y tecnología a 2 puntos del PIB, incorporar la perspectiva de género tanto a nivel directivo como de investigación y firmar el Acuerdo de Escazú. “La ciencia y la tecnología necesitan institucionalidad, así se mide la productividad. Esa idea de que a nadie le den algún orden, y que para todos simplemente el caos, no es lo nuestro. Nosotros somos una izquierda progresista, que entiende la energía de más derecho, más Estado, pero también más mercado”, aseguró.
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