El cáncer es una de las enfermedades más complejas y de difícil tratamiento en la actualidad. En Chile, según cifras del Ministerio de Salud, constituye la segunda causa de muerte en la población y la primera fuente de carga de enfermedad. Aquello lo vuelve una enfermedad demandante, que acapara todos los aspectos de la vida del paciente y de su entorno. Es por ello que muchas veces asociamos a quienes padecen cáncer con la imagen de personas postradas en cama y que ven enormemente reducidas sus actividades.
Esta percepción es la que busca cambiar el académico del Departamento de Kinesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Rodrigo Rojo, quien hoy fomenta el desarrollo de actividad física durante la quimioterapia. Esta misión la transformó en su causa luego de que el año 2022 lo pasó en tratamiento tras el resurgimiento de un cáncer que sufrió hace 24 años. “En abril se me encontró un tumor en la vejiga, un tumor bastante grande. No era algo inicial, sino que ya llevaba seguramente varios meses, que se llama de tipo invasor (…) De ahí me tuvieron que operar prácticamente de urgencia para quitarlo”, señala el académico.
Esta situación y el inicio de la quimioterapia pensó que lo dejarían imposibilitado de desarrollar sus mayores pasiones, que eran el trekking y el ciclismo, disciplinas que lleva 40 años practicando. Sin embargo, los doctores le hicieron ver que este no sería el caso. Es más, recomendaron que siguiera practicándolos durante el tratamiento. “El médico me dijo que el ejercicio era la mejor forma de que los efectos secundarios de la quimioterapia no fueran tan fuertes como en mucha gente”, recuerda Rodrigo Rojo.
De acuerdo al académico de la Facultad de Medicina, estas recomendaciones resultaron muy efectivas y empezó a notar una mejoría luego de retomar su actividad deportiva tan solo tres meses después de la cirugía que extrajo el tumor. “Durante todo el período de quimioterapia no tuve efectos secundarios. Te dicen que se duermen las manos, que tienes diarrea, que tienes fatiga, pero no me sucedió nada de eso (…) En diciembre fui capaz de retomar el deporte y actualmente lo sigo practicando casi al mismo nivel que antes de enfermarme”, relata.
El caso dista mucho de cómo se percibe el padecimiento de esta enfermedad en la sociedad. Por este motivo, el profesor Rojo lleva los últimos meses preparándose para el Brevet 600K, una competición de ciclismo de alto rendimiento que se realizará en Santiago este 24 y 25 de junio. El académico afirma que a través de esta competencia busca derribar los estereotipos asociados a este mal. “El desafío está en poner este tema sobre la mesa a los pacientes que están en quimio y que pasan ocho horas echados en un sillón pasándose el medicamento. Lo lógico que uno dice es que de ahí me tengo que ir a la casa a dormir, siendo que lo correcto y lo que la mente pide es todo lo contrario”, sostiene.
Un desafío dentro y fuera de la competición
El camino de preparación para esta carrera no ha sido fácil. Así lo reconoce Rodrigo Rojo, quien todavía sufre las consecuencias de la quimioterapia y la cirugía. Estas complicaciones las ha tenido que aprender a compatibilizar con las propias exigencias del Brevet. Al ser una operación de la vejiga, uno de los mayores problemas eran las constantes pausas para ir al baño, un problema que el profesor Rojo de a poco ha podido ir superando. “Pude andar una hora, dos horas sin que perdiera el control del esfínter. Lo segundo fue empezar a acercarme a mi rendimiento, andar 100 o 120 kilómetros sin necesidad de parar. Ahora lo que estoy logrando son tres horas sin tener que parar”, asegura.
Sin embargo, este torneo no es el único objetivo del académico. Dado que se encuentra trabajando en investigaciones y charlas que buscan posicionar de mejor manera la realización de actividad física en pacientes que estén siendo tratados mediante quimioterapia. “Hay muchas investigaciones científicas que respaldan que las personas que se quedan en reposo tienen una peor evolución que las que hacen actividad física. Lamentablemente, en este momento no hay conciencia, ni yo mismo la tenía, siendo profesional de la salud”, comenta.
En este sentido, el profesor de la Facultad de Medicina de la U. de Chile apunta tanto a pacientes que son de alto rendimiento como a personas que practican ejercicio de manera esporádica, siendo el mensaje que el tener cáncer no significa que deban despedirse de su estilo de vida, sino que hay muchas posibilidades de poder mantenerlo y retomarlo. Ahora bien, en el caso de pacientes más sedentarios, Rodrigo Rojo sigue recomendando la actividad física, pero de forma paulatina.
“El efecto del ejercicio sirve y aplica a todos. A esa persona obviamente no le vamos a decir que suba trotando el Cerro San Cristóbal, porque nunca lo ha hecho, pero sí decirle -por ejemplo- que salga a caminar 30 minutos, como lo dice la guía de recomendaciones de la Asociación Americana de Medicina del Deporte, que sume 120 minutos a la semana, que son dos horas a la semana”, sugiere Rojo.
Por ello, como parte de este ejercicio de visibilización, es que Rojo participará de la competencia Brevet 600k, que comenzará en Parque O’Higgins y contempla un recorrido por sectores como Rapel, Codigua, Casablanca, Lonquén, entre otros. Una ruta que, como señala el profesor Rojo, más allá del resultado, lo importante es enviar un mensaje a la gente sobre cómo es la realidad para quienes deben realizarse tratamientos para el cáncer.