¿Cómo evitar el poblamiento de estos territorios?

Altos cobros y malas condiciones en lugares de arriendo: la realidad detrás del aumento de campamentos en zonas de riesgo

La realidad detrás del aumento de campamentos en zonas de riesgo
CITRID
La gran población actual de familias en campamentos “nos interpela a pensar cómo reducimos el riesgo de desastre para no exponerlas a más vulnerabilidades en sus vidas”, afirma Yasna Contreras, quien formará parte del panel de expertos del seminario “Reducción de Riesgo de Desastre en Asentamientos Informales en Chile”.

Los asentamientos informales o campamentos reflejan la diversidad de problemas socioambientales que enfrentan los grupos más vulnerables de nuestro país. Según el Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023, realizado por Fundación Techo-Chile, existen 1.290 campamentos con 113.887 hogares establecidos en ellos.

Estas cifras demuestran la consolidación de un mercado del arriendo y subarriendo marcado por el abuso en el cobro de precios de acceso, obligando a muchas familias a tener que vivir en un campamento como única alternativa residencial posible. “Muchas familias están habitando en campamentos, algunos de los cuales están expuestos a múltiples amenazas. Incluso, el Plan de Emergencia Habitacional del MINVU está evaluando qué campamentos pueden radicarse dentro los actuales lugares de residencia y cuáles son necesarios de erradicar”, señala Yasna Contreras Gatica, Doctora en Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo e investigadora del Programa de Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID) de la U. de Chile.

Respecto de la crisis habitacional y territorial por la que atraviesa el país, la profesora del Departamento de Geografía de la U. de Chile explica que “los campamentos responden a la demanda de muchas familias que esperaron años para poder acceder a un subsidio familiar, como también lo autogestionan muchas mujeres afrodescendientes, castigadas y racializadas por el mercado de la vivienda formal”.

En este sentido, plantea que tenemos un gran desafío país para “pensar en la diversidad de campamentos que existen, ya que muchos son producidos por mujeres jefas de hogar”, situación que “nos interpela a pensar cómo reducimos el riesgo de desastre para no exponerlas a más vulnerabilidades en sus vidas”, afirma la especialista, quien formará parte del panel de expertos a cargo del seminario “Reducción de Riesgo de Desastre en Asentamientos Informales en Chile”. La actividad, organizada por CITRID, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y su Departamento de Geografía y Techo, se realizará el próximo 26 de septiembre.

Campamentos en zonas de riesgo

De acuerdo a un estudio publicado por el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres de la Universidad de Chile (CIGIDEN), “los campamentos se configuran como espacios fuertemente expuestos por amenazas naturales, que concentran población vulnerable y las políticas públicas tienen un margen de acción limitado, posicionándose en un alto margen de riesgo de desastres”.

Sin embargo, como explica la profesora Yasna Contreras, existen varias familias que se encuentran sobreexpuestas a otros riesgos menos observados por la autoridad. “Varios campamentos están sobre suelo salino, como en Alto Hospicio; sobre antiguos basurales, como Cerrillos y Calama; muchos se encuentran alejados de lugares de trabajo, centros de salud y educación”, señala en relación a otros factores sociales y ambientales esenciales para el desarrollo de la vida. “Tenemos que decirle a la autoridad que no construya otros riesgos para las familias. Tenemos que evitar que las familias que viven en campamentos sean trasladadas de un riesgo a otro. Eso me preocupa, y también me exige como CITRID pensar diferentes diseños de vivienda para demandas residenciales distintas”.

Otro punto de riesgo para campamentos son las zonas de exposición a aluviones, como ocurrió en Antofagasta el 18 de junio de 1991. Desde entonces, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha construido, por ejemplo, diques de contención para evitar episodios lamentables como el mencionado. Pero, además de medidas como esta, también es necesario ser responsables, apunta Yasna Contreras para “no culpar a los campamentos como productores de riesgos”. Más bien, agrega que un efecto positivo de la presencia de asentamientos informales es que permiten “visibilizar la desigualdad que hay en cuanto a ocupación de territorios en Chile”.