Desde Thunder Bay, ciudad costera de Ontario, Canadá, la vicerrectora de Iniciativas Indígenas de la Universidad de Lakehead, comenta su participación como expositora internacional en el 3er Congreso Tecnológico Indígena “Complementando saberes", organizado por la Subdirección de Pueblos Indígenas (SPI) y Estudios Transversales en Humanidades para las Ingenierías y Ciencias (ETHICS) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), en colaboración con la Oficina de Equidad e Inclusión de la Universidad de Chile. El evento se realizará entre el 4 y el 6 de octubre en el Campus Beauchef.
Denise Baxter, perteneciente al pueblo originario Ojibwa, es la responsable de la programación académica indígena de la Universidad de Lakehead, los servicios de apoyo a los estudiantes de pueblos originarios y las relaciones con las comunidades indígenas de Canadá, país con una larga y compleja historia de colonización. Como vicerrectora, ha liderado programas innovadores que fomentan la inclusión y el respeto por la cultura indígena en el ámbito académico.
La autoridad universitaria canadiense, reconocida por su dedicación a la promoción de la educación y el empoderamiento de las comunidades indígenas, aportará una perspectiva única al panel virtual titulado "Educación Superior e Iniciativas Indígenas", que se desarrollará el próximo miércoles 4 de octubre en la jornada inaugural del Congreso. Aquí compartirá escenario con Natalie Lulia, directora de Iniciativas Māori de la Universidad de Waikato, Nueva Zelanda, entre otros expertos, académicos y líderes indígenas, para abordar temas cruciales relacionados con la historia, los derechos y el bienestar de los pueblos indígenas en el contexto de la educación superior y la tecnología.
- ¿Cómo ve el papel de la tecnología en la preservación y promoción de la cultura indígena?
La tecnología tiene múltiples formas y usos. Estamos usando grabaciones digitales para la preservación del idioma, y en la narración de historias. Estamos creando una biblioteca, una especie de archivo de la lengua, puesto que en Canadá tenemos una verdadera crisis con la lengua y los hablantes nativos. Muchos de los primeros hablantes son mayores y hay mucha gente más joven que busca recuperar el idioma y aprenderlo. Además, tenemos aplicaciones para teléfonos o computadoras diseñadas para que puedas aprender a hablar el idioma materno.
Ahora, también están nuestras tecnologías más tradicionales que no son alta tecnología, pero son ciencia de alta tecnología. Y trabajamos con otros poseedores de conocimientos tradicionales que también son nuestros artesanos, artistas y creadores. Una de las integrantes de nuestra comunidad ha aprendido la forma tradicional de tejer cestas de corteza de abedul y hace hermosas piezas navideñas de arte funcional. Quiero decir, esos son solo dos extremos del ejemplo del uso de la tecnología. Y luego, por supuesto, hay un montón de cosas intermedias, como las plantas medicinales y cómo todavía se cultivan, iniciativas en torno al cuidado del agua y los ecosistemas, es realmente una lista interminable de cómo la ciencia y la tecnología interactúan y se cruzan y pueden usarse para aprender sobre esas formas tradicionales. Pero también hay quienes realmente explican el conocimiento que se ha adquirido a lo largo de milenios, que también es ciencia, y cómo eso puede ser muy útil en la agricultura para seguir adelante, por ejemplo.
- ¿En qué está trabajando con las comunidades indígenas canadienses?
Sí, yo soy Ojibwa, del territorio Anishinaabe. Aquí la forma tecnológica de aprender a hacer las cosas es realmente intergeneracional y multigeneracional, por lo que es importante el lenguaje para que el conocimiento permee a las nuevas generaciones. El aspecto espiritual en torno a cómo respetamos a nuestros animales, nuestros árboles y nuestra tierra también está integrado en eso. Entonces, el lenguaje se integra con el arte. Y luego, otro paso más para implementarlo, es que también tenemos la oportunidad de aprender sobre los sistemas de gobernanza, los sistemas de gobernanza tradicionales.
En nuestras naciones indígenas, a nivel local y global, existe tanta diversidad, hay mucho que aprender unos de otros. Pero cuanto más interactuamos, más enriquecedor será, y tendremos la oportunidad de ver que este tema no es solo bidimensional.
- ¿Cuánto ha avanzado Canadá en la reconciliación con sus pueblos originarios?
Si bien hemos avanzado, queda un largo camino por recorrer, como Canadá y como provincia de Ontario. Pero creo que una de las cosas que nos ha ayudado a mantenernos firmes ha sido el hecho de que en muchos lugares los tratados históricos firmados son acuerdos vigentes hoy. Antes de 1960, los pueblos indígenas no podían asistir a la universidad, no podían votar. Tenían que tener un pase para salir de su comunidad para ir a hacer cosas. Eso le pasó a mi papá, no fue hace tanto, creo que el año en que se nos permitió votar fue el año en que él cumplió 18 años. Entonces, cuando pienso dónde hemos llegado en 60 años, se han realizado muchos movimientos, pero hubo muchos desafíos legales.
Muchos casos de discriminación han llegado hasta nuestra Corte Suprema de Canadá. Y esos son desafíos constitucionales y de creación de nueva jurisprudencia. Hubo un tiempo, antes de eso, en el que no se nos permitía contratar abogados. Entonces algo se ha aflojado. Gracias a que también muchos organismos nacionales se formaron a finales de los sesenta y principios de los setenta, con liderazgo indígena, gobiernos indígenas y, al hacerlo, tenemos cada vez más personas que tienen la capacidad de navegar estos sistemas. Y creo que esa es la cuestión. Podemos reunir a la gente y presentar casos en los sistemas judiciales para decir cosas o tratar de anularlas y pedir justicia.
Y ahora mismo hay un gran caso en Thunder Bay en torno a anular el Tratado Robinson, donde reciben un monto ínfimo de dinero al año por las acciones del Estado de apoderarse de todas las tierras y recursos y sacando a todos de las tierras. Así que el desafío está ahora en el sistema judicial. Hay equipos de abogados trabajando en ello y también líderes comunitarios.
- ¿Cómo afecta esto a las mujeres y la diversidad?
Todavía tenemos problemas sociales importantes. Tuvimos un gran aumento en el número de mujeres indígenas desaparecidas y también de LGBTQ. Además, debido a que se ha perpetuado tanta violencia contra los pueblos indígenas, se tuvo que iniciar una investigación nacional porque era muy generalizada y afecta aspectos como la vivienda comunitaria, la seguridad, la vigilancia, los servicios sociales y el bienestar infantil. Entonces, si bien las cosas han mejorado, todavía hay mucha violencia y opresión que sufren las personas de manera individual y ciertamente también de manera comunitaria. Y parte del trabajo político tiene que continuar.
- Si bien ustedes están mucho más avanzados que en Chile, aún existe discriminación…
Sí, seguro. Y aunque puede que la discriminación no sea persona a persona, son sistemas que fueron diseñados para mantener a la gente oprimida. Los sistemas no fueron diseñados para nosotros. Los sistemas están diseñados para mantener a las personas que tienen el poder en el poder. Y la forma en que estamos cambiando eso es a través de los sistemas judiciales. Creo que con la educación ganamos voces, y cuando estamos arraigados en nuestro camino y también aprendemos los otros sistemas. Eso nos hace realmente poderosos y hace que sea difícil para la gente no escucharnos.
- ¿Cuál es el papel de la universidad y la academia y los académicos en esta misión?
Bueno, hay un montón de gente haciendo un trabajo realmente importante. Nuestros profesores trabajan en todo tipo de facultades diferentes. En la Facultad de Derecho enseñamos Derecho Indígena, así que los estudiantes no solo están aprendiendo la ley que afecta a los pueblos indígenas, sino que también están aprendiendo nuestras leyes indígenas como leyes mismas. Y luego, en una escala muy pequeña, les damos a los estudiantes la oportunidad de practicar mientras están allí. Y, entonces, tenemos una clínica jurídica supervisada por un par de abogados y profesores, y los estudiantes tienen la oportunidad de trabajar con personas nativas en cuestiones legales más pequeñas. Brindan un servicio a la comunidad y ayudan a que la vida de las personas mejore de inmediato.
También tenemos el Instituto de Investigación Indígena, donde de manera colectiva e independiente trabajan con y en nombre de personas similares a pedido de la rama de las Primeras Naciones y de los pueblos del país. Y una de las áreas clave que se está estudiando es la salud y cómo el colonialismo ha impactado directamente en el cáncer. También en la salud mental. Y luego, otro tema que se está analizando con socios globales en América del Norte, del Sur y Centroamérica, es la soberanía de los datos indígenas. Entonces, construir esos parámetros con las comunidades para que las comunidades puedan decidir cómo es el control de sus propios datos, datos escritos, datos de historias, datos físicos, como trabajos de ADN o cosas así.
Tenemos círculos de investigación que están liderados por la comunidad indígena y brindan retroalimentación directamente a los equipos de investigación de la universidad. Entonces, es una especie de narrativa invertida. Hace quizás 20 o 30 años, los investigadores entraban y decían: Esto es lo que vamos a hacer, quitarlo todo y la comunidad simplemente da, da, da; mientras que ahora tenemos a la comunidad realmente impulsando el tipo de trabajo que quieren. Entonces, la asociación trabaja y luego nuestra investigación hace ese trabajo con ellos.