Investigación arqueológica de la Universidad de Chile

El cambio climático y la sequía que cambiaron la vida en la Puna de Atacama hace más de 4 mil años

Cambio climático y sequía cambiaron la vida en la Puna de Atacama
Investigación ahonda en cómo la sequía cambió la vida de comunidades en la Puna de Atacama.
El aumento de las temperaturas implicó una marcada merma de las precipitaciones, con consecuencias sobre la disponibilidad de recursos hídricos y bióticos en el ambiente, afectando la vida social, económica y organizativa de grupos cazadores-recolectores de la región durante la segunda parte del Holoceno Medio.
Investigación ahonda en cómo la sequía cambió la vida de comunidades en la Puna de Atacama.
Este fenómeno significó un cambio gravitante para grupos humanos, que tendieron a complejizarse y volverse poblaciones más sedentarias, preámbulo de las sociedades formativas o agropastoriles del periodo inmediatamente posterior.
Investigación ahonda en cómo la sequía cambió la vida de comunidades en la Puna de Atacama.
"Queremos estudiar los asentamientos humanos en tres espacios diferentes de este periodo ubicados a distintas altitudes: Pie de Puna, a unos 2.500 metros sobre el nivel del mar; más arriba, hacia las quebradas intermedias con 3000 metros sobre el nivel del mar; y Alta puna, con 4000 metros sobre el nivel del mar", explica Patricio De Souza sobre el proyecto Fondecyt que dirige.
Investigación ahonda en cómo la sequía cambió la vida de comunidades en la Puna de Atacama.
El profesor Patricio De Souza fue el invitado del último capítulo de Bitácora Social, el podcast de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile.

"Procesos de complejización social de los cazadores-recolectores de la segunda parte del Holoceno Medio (ca. 7000 - 4000 Cal AP) en la Puna de Atacama: una aproximación multidisciplinaria desde la cuenca media/alta del río Loa". Este es el nombre de Proyecto Fondecyt regular 1221106 liderado por el profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, Patricio De Souza, quien fue el invitado del último capítulo de Bitácora Social, el podcast de la Facultad de Ciencias Sociales producido por la Dirección de Extensión de esta unidad académica.

La investigación del profesor De Souza indaga en cómo el aumento de las temperaturas implicó una marcada merma de las precipitaciones, con consecuencias sobre la disponibilidad de recursos hídricos y bióticos en el ambiente, afectando la vida social, económica y organizativa de grupos cazadores-recolectores de la región durante la segunda parte del Holoceno Medio, hace más de 4.000 años. A modo de contexto geológico-climático, el Holoceno es el periodo más reciente de todos, “es el que vivimos, y en América se ha desarrollado la mayoría de la historia humana”, explica el académico, quien precisa que actualmente nos encontramos en el Holoceno Tardío.

Durante el Holoceno Medio, afirma, se registró un aumento de temperaturas y mucha sequía en la Puna de Atacama. Este fenómeno significó un cambio gravitante para grupos humanos, que tendieron a complejizarse y volverse poblaciones más sedentarias, preámbulo de las sociedades formativas o agropastoriles del periodo inmediatamente posterior.

Además de la caza y la recolección, progresivamente fueron incorporando actividades sociales, como la realización de arte rupestre y la confección de artefactos a partir de los animales cazados, así como la confección de ciertos adornos o cuentas (chaquiras) de collares –en este caso, de conchas de moluscos provenientes del Pacífico– que después los hicieron también en mineral de cobre. El uso del cobre, en particular, se remonta al periodo Arcaico tardío, previo a que las comunidades se transformaran en sociedades agropastoriles. No lo fundían, aclara el arqueólogo, pero lo usaban –al parecer– en rituales andinos para challar (o arrojar el material molido hacia la tierra), además de confeccionar estas cuentas.

Sociedades como estas, primero, se organizaron en sociedades cazadoras recolectoras con pequeñas familias y bandas de posiblemente no más de 15 o 20 personas. Luego, en el Holoceno Medio, empezaron a crecer en población y a ser más estables, creando una organización de su movilidad a través de campamentos base, desde los cuales se desprendían grupos de tareas. Estas conclusiones, indica el investigador, han podido ser determinadas gracias a los hallazgos arqueológicos realizados en la zona.

Con el Fondecyt, “queremos estudiar los asentamientos humanos en tres espacios diferentes de este periodo ubicados a distintas altitudes: Pie de Puna, a unos 2.500 metros sobre el nivel del mar; más arriba, hacia las quebradas intermedias con 3000 metros sobre el nivel del mar; y Alta puna, con 4000 metros sobre el nivel del mar. Siempre fue importante la articulación de estos tres espacios porque dentro de ellos había recursos complementarios que fueron aprovechados por los seres humanos”, detalla De Souza. 

Para desarrollar esta investigación, agrega el académico, la relación con la comunidad Chiu Chiu ha sido crucial y ellos están muy conscientes de su patrimonio material, el cual “en el pasado ha sido de los más saqueados del norte de Chile, con una riqueza arqueológica tremenda”, señala el académico. En ese contexto, el año 2022 la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile firmó un histórico convenio de colaboración con la comunidad de Chiu Chiu.

Hoy en día, dentro de las ciencias sociales está muy en boga el concepto de Innovación Social, entendida como el conjunto de prácticas y estrategias que abordan de manera transformadora problemas estructurales como la pobreza, violencia de género o el cambio climático, a partir de instrumentos o herramientas tanto materiales como inmateriales. “Una innovación social de esas comunidades pretéritas fue la domesticación de camélidos. Durante el Holoceno Medio se produjo una relación cada vez más estrecha entre humanos y camélidos. Eso creó una nueva especie, que es la llama, proveniente del guanaco. Eso podría entenderse como innovación social, aunque a largo plazo”, explica De Souza.

Otra innovación social relevante fue la creación de morteros tronco cónicos, con los cuales ellos(as) procesaban los vegetales. La confección de cuentas de collares también es destacable en esta línea, constituyendo una innovación tecnológica muy significativa. De hecho, el equipo se encuentra investigando si en las comunidades de esa época apareció también el arco y la flecha.

Vinculando ese pasado con nuestro presente, Patricio De Souza expone que la principal lección para los seres humanos es que el ambiente y el cambio climático han sido tremendamente importantes para el curso de la historia y la humanidad, cuyas transformaciones son a largo plazo. “Sin embargo, es muy probable que, en nuestra época, el ser humano ha inducido los cambios climáticos y eso no se daba con esa intensidad en tiempos pretéritos”, indica De Souza. 

Puedes escuchar el podcast completo AQUÍ.