La Encuesta Nacional de Salud arrojó que un 84 por ciento de la población chilena posee algún grado de deficiencia de vitamina D, nutriente primordial para la salud metabólica y la inmunidad del organismo y que se obtiene a través del consumo de algunos pescados grasos, pero principalmente, a través de la exposición al sol.
¿A qué se debe este déficit? El director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y académico del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Francisco Pérez, asegura que “los bajos niveles de vitamina D en la población chilena (pediátrica, adolescente, adulta y personas mayores) se encuentran en los altos índices de obesidad”.
“Hay que recordar que la vitamina D es liposoluble y por lo tanto una alta proporción corporal de tejido adiposo puede diluir su efecto (en la literatura se emplea también el término “secuestro” de vitamina D). Esto quiere decir que la vitamina D es atrapada por el tejido adiposo y no cumple su función en otros tejidos”, asegura el académico.
El académico explica que lo complejo de este déficit es que “un bajo estatus de vitamina D se ha asociado históricamente con el metabolismo mineral óseo, de allí su impacto en osteomalacia y osteoporosis, por ejemplo. Una dieta puede estar muy bien balanceada en calcio, sin embargo, si no existe un buen nivel de vitamina D, ese calcio no se absorbe”.
“Desde hace más de 20 años se conoce el papel fundamental de la vitamina D en fisiología muscular con muy buenos estudios en diabetes tipo 2. Al ser la vitamina D un inmuno-modulador natural, su importancia en la regulación de nuestra respuesta inmune es muy relevante. Sólo recordar que durante la pandemia por Covid-19, la mayor tasa de mortalidad, se asoció a obesidad y bajos niveles de vitamina D, entre las causales principales. Por último, dentro de los ámbitos más recientes de estudio, se ha vinculado a la vitamina D con función cerebral. Hay buenos reportes en neuroinflamación y neuroplasticidad y desde allí han surgido interesantes estudios sobre su impacto en la capacidad cognitiva, déficit atencional y funciones ejecutivas”, añade el director del INTA.
¿Cómo recupero mis niveles de Vitamina D?
La vitamina D la podemos obtener, de manera muy limitada, mediante suplementación oral y alimentos, como el consumo de aceite de hígado de bacalao y de carne de pescados grasos como salmón, jurel, atún y sardinas; en algunas variantes de champiñones secos (shiitake, portobello) o en productos fortificados como lácteos, aceites y margarinas.
Sin embargo, la mejor manera de obtener vitamina D para nuestro organismo es a través de la exposición a radiación solar. La jefa del Departamento de Dermatología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Andrea Cortés, asegura que “podemos tomar sol sin peligro, utilizando protector solar”.
“La recomendación es usar protector solar ya que no hay evidencia de que su uso se relacione con déficit de vitamina D. Ningún protector solar impedirá que se puede sintetizar vitamina D. Además que ningún protector solar es capaz de bloquear el 100% de los rayos solares", asegura la dermatóloga. Pero atención, hay que tener cuidado con la cantidad y frecuencia con que ésta se aplica. En ocasiones, éstas "son menores a lo que está correctamente estandarizado para el uso del protector solar. Por lo que en la práctica, la protección es a veces más baja”, agrega.
La académica del Hospital Clínico de la Universidad de Chile añade que “la exposición necesaria para asegurar niveles de vitamina D en personas sanas es de 5 a 15 min al día, entre las 10.00 y 15.00 horas, tiempo que puede ser el que nos demoramos en ir de un punto a otro durante un momento del día. Si manejamos, por ejemplo, es mucho más el tiempo en que exponemos las manos a radiación solar y si eso lo hacemos sin protector solar, nos podemos enfrentar a daño severo en la piel y cáncer en el futuro”.
“En general es más aconsejable que áreas como antebrazos sean las expuestas o el dorso de manos. Ahora, si estamos frente a personas con enfermedades que tengan fotosensibilidad, y deban estar con estricta restricción de exponerse al sol, o personas que han sufrido cáncer de piel, en ellos es más recomendable usar suplementos orales de vitamina D”, indica la dermatóloga Andrea Cortés.