Los Juegos Panamericanos, recientemente celebrados en Chile, han dejado un legado significativo que va más allá de las competencias deportivas. En esta ocasión, expertos en sociología del deporte y gestión deportiva de la Universidad de Chile analizan el profundo impacto que estos juegos han tenido en la sociedad chilena, destacando la dignificación de los deportistas, la revitalización del tejido social deportivo, la promoción de la relación entre familia y deporte, y el inesperado fenómeno de la carismática mascota Fiu. Además, se exploran los aspectos legales que surgieron como resultado de este evento deportivo de gran magnitud, revelando el rico legado en gestión deportiva que queda para el futuro.
Un bálsamo para la sociedad chilena
El sociólogo deportivo Rodrigo Figueroa, académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile, dice que hay tres puntos que son muy relevantes en relación a la sociología del deporte. "El primero es la dignificación de la figura del deportista y todo lo que lo rodea. Hoy tiene un mayor peso y reconocimiento en la sociedad", dice. "La historia de los medallistas nacionales, por ejemplo, muestran un Chile muy diverso, un deportista muy comprometido con sus objetivos, resiliente, luchador", añade.
Lo segundo es que los Juegos van a catalizar el tejido social deportivo a nivel nacional. "Esa actividad deportiva cotidiana, de los fines de semana, de los clubes deportivos y sus vinculaciones con el territorio. Yo creo que ese tejido social que está activo se va a activar mucho más. Ahí hay un impulso que debería aprovechar la autoridad y la política pública para apoyar el deporte", afirma.
En tercer lugar, destaca la importancia del deporte como un espacio que no solamente lo vivencia el deportista, sino que en el centro también se coloca a quien asiste a ver o a participar de las prácticas deportivas. "La relación entre familia y deporte es el elemento más importante que dejan estos Panamericanos, que hablen de deporte, que vayan juntos al estadio, compartiendo un momento que quedará en los niños para siempre”, dice el profesor Figueroa, quien subraya que “ha sido un bálsamo para la familia chilena, tan agobiada por la pandemia y los problemas económicos, la revitalizaron”.
Por su parte, Blanca Durán Abarca, profesora del Diploma de Gestión en la Industria del Deporte (Edex) del Departamento de Ingeniería Industrial (DII) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, enfatiza la increíble respuesta del público que llenó las tribunas en los diferentes recintos y estadios.
“En tiempos, quizás los más desafiantes que enfrentamos como humanidad, de inteligencia artificial, de desastres climáticos y sociales, el encuentro y la experiencia deportiva aparecen como una cualidad necesaria para enfrentar y resolver los problemas y conflictos. Aparece la posibilidad de visualizarnos como seres sociales que se miran en dignidad y forman un nuevo cuerpo, uno donde todos son parte y que cada uno cuenta”, plantea la académica y directora de la Corporación Santiago 2023.
La ex deportista seleccionada nacional de Tenis de Mesa e ingeniera civil industrial de la U. de Chile sostiene que “ese sentimiento que nos generaron los juegos fue sanador y es algo que queremos hacer perdurar. El legado, en conclusión, es la posibilidad de sanar la herida que tenemos como sociedad y que este evento sea el punto de encuentro desde el cual construimos desde un lugar y una sabiduría distinta el país que soñamos”.
¡El FIUnómeno de los Panamericanos!
Andrés Musalem Said, profesor asociado del DII y director del mencionado Diploma, releva también el éxito de Fiu, la carismática y aclamada mascota oficial del evento deportivo, que tiene su propia cuenta en Instagram y ya acumula casi 100 mil seguidores. “Desde un punto de vista de marketing, este FIUnómeno tiene muchísimo sentido y corresponde al uso de personajes para construir asociaciones de marca más potentes y favorables. La lógica de esta estrategia se basa en que muchas veces para nosotros como consumidores es más fácil desarrollar una relación afectiva hacia un personaje en vez de hacerlo hacia una corporación u organización”, explica el académico.
En términos simples, nos resulta mucho más natural desarrollar afecto hacia Fiu que, por ejemplo, hacia un ministerio, una federación deportiva o un comité organizador. “Este afecto que sentimos hacia Fiu de alguna forma se transfiere también a las organizaciones que están asociadas a este evento deportivo. Esto que vemos en el caso de Fiu ocurre innumerables veces en el mundo de los deportes a través de mascotas, como el querido chuncho de la U”, afirma.
El rico legado en gestión deportiva
Para Daniel Muñoz Quevedo, profesor de postgrado de la FCFM, en materia de gestión deportiva los Juegos nos dejan un “rico legado”. “Partiendo por los cientos o miles de personas que han trabajado en su planificación y ejecución, y que adquirieron conocimientos específicos en diversas materias. Áreas funcionales como planificación, logística, operaciones, marketing, seguridad, sistemas de información, contratos, entre muchas otras, se han puesto a prueba diariamente para poder cumplir con la realización de los juegos. Este aprendizaje práctico es muy valioso, es un capital intangible que debemos cuidar y hacer crecer”, dice el académico y asesor del Directorio de la Corporación Santiago 2023.
El profesor Muñoz agrega que, si realmente queremos que el legado tenga los efectos deseados, hay mucho trabajo por hacer. “En lo inmediato, parece urgente que todos los actores que influyen en el desarrollo de nuestros deportistas se articulen y se involucren en definir cómo potenciar los Campeonatos y Ligas Nacionales en todos los deportes”, indica el ex deportista seleccionado nacional de lanzamiento de la bala e ingeniero civil industrial de la U. de Chile.
Por su parte, el abogado de la Casa de Bello, Daniel Orsi Peñaloza, profesor de Edex, comenta el legado desde el punto de vista legal. “Los Juegos Santiago 2023 propiciaron que se gestaran, en plazos bastante razonables, a lo menos cuatro frentes legislativos en materia deportiva”, comenta.
Se refiere a la Ley 21.618, que homologa la Ley del Deporte a los estándares y disposiciones actualizados del Código Mundial Antidopaje, que rigen su control en el deporte; la Ley 21.605 que contempla la obligatoriedad de extender el protocolo sobre prevención y sanción de las conductas de acoso y abuso sexual, discriminación y maltrato en la actividad deportiva a todos los planes y programas de la política nacional del deporte, estableciendo un registro de sanciones; el nuevo Reglamento Decreto 26 del Mindep sobre premios por logros para deportistas de alto rendimiento; y, finalmente, la Ley 21.564, que reglamentó beneficios tributarios para promover la realización en Chile de mega eventos deportivos.
Por otra parte, Sabino Aguad Merlez, profesor del mencionado programa de postgrado del DII, dice que lo ocurrido con la selección femenina de fútbol, quienes disputaron la medalla de oro sin arqueras titulares, nos deja varias enseñanzas. “La primera es que el equipo y las instituciones deben estar por sobre todas las cosas y, cuando se toman las decisiones, se debe nominar solo a aquellos deportistas que pueden cumplir al 100% los programas de preparación, entrenamiento y participación de su equipo (...) La segunda es que los directivos deben estar atentos a las nóminas y visar decisiones que a la larga pueden dañar no solo la imagen de las instituciones, sino que también a sus compañeros y compañeras de equipo”, agrega el ex Gerente General del Club de Fútbol de la Universidad de Chile.
El aporte de la Universidad de Chile
Para Dylan Padilla, director de la Dirección de Deportes y Actividad Física (DDAF) de la Universidad de Chile, en tanto, los juegos panamericanos tienen un impacto "notable" en nuestro país.
"Cuando hablamos del legado que nos dejan los Juegos, existe una reciprocidad entre lo que aporta nuestra casa de estudios y lo que nos aportan los juegos y el deporte a la Universidad", dice Padilla.
En cuanto a la primera dimensión, sin duda, la participación directa con más de 64 representantes entre deportistas, jueces y colaboradores es un aporte mutuo, el haber facilitado espacios para entrenamientos de selecciones y deportistas, la participación de más de 600 voluntarios claves en el desarrollo de las actividades diarias, como también el gran número de egresados que están en la dirección, planificación, gestión y ejecución en la misma corporación organizadora nos hacen crecer cultural y profesionalmente, y da cumplimiento a uno de los resultados esperables de la misión de nuestra Universidad, agrega el director de la DDAF.
"En contrapartida, los juegos nos relevan la importancia de seguir trabajando en mejoras que requieren los deportistas seleccionados nacionales y universitarios, como lo es desarrollar la doble carrera, estandarizar servicios académicos y potenciar el financiamiento de las plataformas deportivas de Educación Superior", añade Padilla.