“Para avanzar y modernizar la educación todavía tenemos acuerdos importantes que tomar. Sin duda, necesitamos un sistema de educación más articulado y coherente, que incentive la colaboración ¿Tenemos realmente un sistema coherente? (...) Hoy tenemos dos buenas leyes, tanto la Ley General de Educación como la Ley de Universidades del Estado. La ley tiene una definición de universidad con todas sus funciones, que es muy importante, pero el tema es si nuestras políticas son realmente coherentes y fieles a esa tan buena definición de la ley”.
Así comenzó la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, su participación en el Seminario Internacional de Educación Superior “Modernización y desarrollo humano para Chile”, organizado por el Ministerio de Educación, la Subsecretaría de Educación Superior y las embajadas del Reino Unido y Estados Unidos en Chile. En la ocasión, la máxima autoridad de la Casa de Bello dialogó con el subsecretario Víctor Orellana, el superintendente José Miguel Salazar y la presidenta del Consejo Nacional de Educación, Luz María Budge.
Antes del conversatorio, el profesor de Educación Superior en la Universidad de Oxford, director del Centro para la Educación Superior Global (CGHE) y editor jefe de la revista Higher Education, Simon Marginson, dictó la conferencia “La educación superior y el bien público”.
Entre sus conclusiones, el profesor Marginson destacó que “todas las naciones tienen una opción política sobre el bien público en la educación superior” y que “la elección de una nación está determinada por la cultura política, especialmente por el Estado y sus relaciones con la sociedad”. Agregó, en este sentido, que “para alejarse decisivamente del neoliberalismo (en educación) es esencial construir un amplio consenso público en la educación superior”.
Un camino para modernizar
El conversatorio partió con la pregunta sobre cuáles son los pilares estratégicos para encauzar la modernización de la educación superior. Ante esto, el subsecretario Orellana afirmó que “tenemos que pensar un proceso de modernización holístico o de totalidad, aunque nos tardemos en esa transición, y utilizar estos años en establecer esa dirección, poniendo como tónica el problema académico. Aunque es cierto que hemos discutido que el financiamiento estimula la competencia y un crecimiento relativamente inorgánico, el elemento fundamental sigue siendo el problema académico (...) Luego, en virtud de ello, viene la modernización del financiamiento, pero tener un debate académico es fundamental”.
Por su parte, la Rectora Devés llamó a mirar “qué es lo que es auténtico de una universidad ¿Qué es lo que hay que preservar, más que lo que hay que cambiar, en una primera fase? Lo que es característico de una universidad, de toda universidad, pública o no, en Chile o en otro lugar, es su capacidad de autorreproducción como un organismo vivo y también la capacidad de generar conocimiento. Eso es lo que está a la base, lo que es el alma de una universidad. Si eso se pierde, puede tratarse de una institución interesante, que cumpla un rol público también, pero no se trata de una universidad”.
María Luz Budge, en tanto, puso foco en cómo la certeza y la estabilidad, que solían ser “dos valores del sistema”, han ido desapareciendo. “Hoy la incertidumbre, los cambios y la flexibilidad son los temas ¿Cómo la educación superior se hace cargo de que eso comande las trayectorias educativas? (...) Creo que hay un futuro tremendamente incierto y las universidades tienen que ser remecidas en sus estructuras para adecuarse a los cambios o de lo contrario pasan a ser obsolescentes”, dijo.
Frente a este tema, el superintendente José Miguel Salazar propuso preguntarse “por qué hemos sido tan exitosos expandiendo la posibilidad y masificando el pregrado, y nos ha ido tan mal expandiendo la posibilidad y masificando el postgrado”. A su juicio, señaló, “tenemos una estructura de títulos y grados altamente inconsistente, que mezcla pregrados largos con postítulos largos, donde el magíster queda en entredicho”. En este contexto, invitó a reflexionar también sobre “qué sentido tienen las Becas Chile en el escenario actual”.
Respecto al tema de la investigación, la Rectora Devés volvió a plantear el tema de la coherencia. “Todas nuestras universidades son de investigación, dice la ley, pero nosotros separamos. Entonces ¿se modifica la ley, o se modifica la política, o se modifican los criterios de aseguramiento y calidad?”, planteó. Añadió, asimismo, que "sobre el nuevo modelo de desarrollo, no puedo estar más de acuerdo, pero si bien (la ciencia) estuvo en la cuenta pública del Presidente, no estaba en el presupuesto del año 2024, el presupuesto fue prácticamente el mismo. Nos falta que las palabras sean las mismas que los hechos".
Frente a la pregunta por los postgrados, la Rectora destacó el avance que significó el Programa de Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación (MECESUP) a partir de 1999, en el sentido de desarrollar los doctorados nacionales. “En esa época no había prácticamente nada y hoy día muchas universidades están aportando a la formación en doctorado. Ahora tenemos que avanzar en más interdisciplina. Por otra parte, las limitaciones son dos: el nuevo presupuesto para la ciencia y la posibilidad de empleo, que sabemos que no es solo académica y que tiene que ver con el modelo de desarrollo también”, explicó. Sobre las Becas Chile, mencionó su reparo con “poner la esperanza de Chile en lo que va a pasar fuera de Chile. Por supuesto que hay ciertas áreas donde todavía debemos seguir formando personas afuera, pero sí se requiere mucho más apoyo a lo que pasa en Chile”.
El seminario contó también con la exposición del profesor asistente de Economía en la Universidad de Utah, Marshall Steinbaum, miembro principal en finanzas de la educación superior de Jain Family Institute, además de otros paneles que se centraron en las formas de financiamiento de la educación superior, el enfoque de género y el desarrollo inclusivo, igualitario y sostenible.