La Universidad de Chile comenzó a preparar el proceso de acreditación institucional que enfrentará el 2025 con una reunión para compartir el itinerario 2024 - 2025. Durante el encuentro, se revisó la programación general, que comprende el desarrollo del proceso de autoevaluación institucional; la aplicación de encuestas a académicos, estudiantes y funcionarios; luego la elaboración del informe de autoevaluación y la ficha institucional; y la visita de los pares evaluadores en 2025 para, finalmente, recibir la respuesta de la Comisión Nacional de Acreditación.
La Prorrectora Alejandra Mizala, quien dio la bienvenida al encuentro, valoró el rol de la Comisión Superior (CSAI) y de las Comisiones Locales de Autoevaluación (CLAIS) para mantener la acreditación de excelencia en el próximo periodo. También agradeció la presencia de Andrés Bernasconi, presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), para conocer de primera fuente las novedades del proceso y responder preguntas. En su intervención, además, presentó a Thomas Griggs, director de acreditación institucional y alumni de la Casa de Bello con amplia trayectoria en aseguramiento de la calidad, quien presentó el itinerario, los hitos fundamentales, los niveles de acreditación y las novedades del proceso.
Nuevas características
Entre las nuevas características del proceso de aseguramiento de la calidad, figura la obligatoriedad de la acreditación ahora en 5 dimensiones (gestión estratégica y recursos institucionales; docencia y resultados del proceso de formación; aseguramiento interno de la calidad; vinculación con el medio; investigación, creación e innovación); los criterios y estándares aplicados según cada dimensión de acreditación; su alcance integral; sumar el informe del cumplimiento de la ley 21.369 sobre acoso sexual al informe financiero; el resultado de la acreditación según niveles (básica: 3 años, avanzada: de 3 a 5 años y excelencia: 6 a 7 años); y un nuevo criterio a evaluar, que es la gestión de la convivencia, equidad de género, diversidad e inclusión.
Thomas Griggs, director ejecutivo del proceso, enfatizó la diferencia y complementariedad entre las comisiones de autoevaluación y el proceso de acreditación, ya que el primero es un proceso continuo y el segundo es acotado a un periodo que necesita del trabajo que ha realizado la Comisión Superior y las Comisiones Locales de Autoevaluación Institucional.
Mejora continua
Tras la presentación de la organización interna del proceso, Andrés Bernasconi, presidente de la CNA, se puso a disposición de los asistentes para responder dudas, al igual como lo ha hecho con otras instituciones de educación superior. En su intervención, sostuvo que el objetivo de la acreditación es entregar un insumo a las instituciones, “que les sirva para su próximo ciclo de autoevaluación, en un proceso que es de mejora continua”. Respecto a los nuevos criterios de acreditación, señaló que son asuntos que las universidades hacen normalmente y que se trata de una oportunidad para reflexionar sobre ello. En este sentido, invitó a que la institución se apropie de los criterios para definir qué implicancias tiene cada uno de ellos dentro del proyecto institucional.
Cuando llegó el momento de responder preguntas, los asistentes realizaron consultas sobre la selección y capacitación de los pares evaluadores, la integración de profesionales extranjeros en este grupo, y el rol de la ficha institucional, entre otros temas. En diálogo con los asistentes, el presidente de la CNA dijo que la selección de los pares evaluadores es por concurso, contó que han estado en capacitación con ellos y que se está reflexionando sobre el número de pares extranjeros para evaluar a las instituciones, a propósito del nivel de excelencia. Sostuvo también que, como CNA, interesa que en sus visitas hagan “preguntas basadas en una profunda comprensión de la institución para que los juicios partan desde allí y no desde sus propias preferencias sobre lo que es bueno o malo en el sistema universitario”. Respecto de la ficha institucional, en tanto, indicó que “debiera ser el repositorio de datos verificados para el informe de autoevaluación” para que no existan contradicciones.
Casi al final de su presentación, Andrés Bernasconi contó que muchas veces las instituciones o programas dejan de implementar innovaciones esperando la resolución de la CNA y que esto contradice el sentido del proceso, que no es responder a requerimientos de la Comisión, sino propender a la mejora permanente de la institución.