Señor Director: Leo con asombro que se presentará, por parte de un grupo de parlamentarios, un proyecto de ley que prohibiría que académicas y académicos que hayan desempeña do un cargo de gobierno puedan concursar proyectos de investigación Fondecyt inmediatamente luego de terminar sus cargos.
Esto se suma a la ficticia polémica que intenta enlodar el rol fundamental que juega en el desarrollo del país una de las políticas públicas más relevantes y exitosas, con 40 años de existencia y que ha trascendido a los gobiernos de turno. Su funcionamiento, además, cumple con altísimos estándares de exigencia científica, revisión de pares a nivel nacional e internacional y con evaluaciones curriculares que son transversalmente reconocidas por la comunidad científica.
Fondecyt ha sido uno de los instrumentos que han permitido que la ciencia y el conocimiento de Chile sean reconocidos a nivel mundial y que nuestro país sea, por lo demás, uno con los mejores desempeños en esta materia en la OCDE, a pesar de los bajos porcentajes del PIB dedicados a aquello. Es el momento de reivindicar la evidencia científica en el diseño de las políticas públicas, sobre todo en tiempos de desconfianza y desinformación hacia la ciencia y su aporte al desarrollo. No parece sabio ni prudente constreñir la posibilidad de que científicas y científicos se sientan convocados a colaborar con el país.
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Opinión | Fondecyt y asesores políticos
Fuente: El Mercurio