Columna de opinión:

Los países investigan no porque son desarrollados, son desarrollados porque investigan

Columna de opinión del vicerrector Christian González-Billault
Vicerrector
"La discusión de la ley de presupuesto 2025 es la última oportunidad de la actual administración de entregar una señal clara respecto de la relevancia de la I+D+i para el desarrollo del país", plantea en esta columna de opinión Christian González-Billault.
Vicerrector
"Los países no investigan porque son desarrollados; sino que son desarrollados porque investigan. Es de esperar que quienes deben discutir la asignación de recursos para el próximo año entiendan que no queda más tiempo que perder", agrega el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile.

El próximo 1 de junio ocurrirá la penúltima cuenta pública presidencial. De acuerdo con los datos del Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Chile invierte el 0,36% del PIB en Investigación y Desarrollo (I+D). Este valor permanece virtualmente inamovible desde hace 2 décadas.

Durante la campaña presidencial y, posteriormente, en la instalación de esta administración, se fijaron prioridades que apuntaban a transitar hacia un modelo de desarrollo basado en el conocimiento. Para conseguirlo, se proyectó llegar a un gasto en I+D del 1% del PIB. Sin embargo, la realidad es que seguimos muy lejos de esa cifra, que, en cualquier caso, es menos de la mitad del 2,72% de gasto promedio en I+D que tiene la OCDE -con quienes habitualmente nos comparamos-.

Chile cuenta con una comunidad científica relativamente pequeña, que contempla solo 1,1 investigadores/as por cada mil personas laboralmente activas. A pesar de ello, se mantiene un alto nivel de productividad, con un promedio de tres publicaciones por cada persona dedicada a esta área.

La discusión de la ley de presupuesto 2025 es la última oportunidad de la actual administración de entregar una señal clara respecto de la relevancia de la I+D+i para el desarrollo del país. Para ello resulta imprescindible fortalecer al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación con un presupuesto que permita no solo entregar más recursos a los diferentes programas de investigación y formación de investigadores; sino además a fortalecer la capacidad de gestión de la Agencia Nacional de Investigación y mejorar las condiciones de trabajo de quienes participan del ecosistema de investigación.

En este contexto de grandes necesidades, parece altamente relevante conocer cuál será el destino y proyección de los fondos estructurales de investigación en las Universidades, que se han discutido largamente durante los últimos dos años.

Los países desarrollados ocupan ese sitial porque tomaron hace mucho tiempo la decisión de apoyar la investigación científica-tecnológica y la innovación. Dicho de otra forma, los países no investigan porque son desarrollados; sino que son desarrollados porque investigan. Es de esperar que quienes deben discutir la asignación de recursos para el próximo año entiendan que no queda más tiempo que perder.