Columna de opinión

Información y redes sociales: «Cómprense un influencer»

Información y redes sociales: «Cómprense un influencer»
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El informe Digital News Report 2024 del Instituto Reuters concluye que existen dos elementos que contribuyen a confiar más en las noticias: qué tan transparente es la forma en que se producen las noticias y si en ello el/la lector/a advierten altos estándares periodísticos.
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En el caso chileno, casi la mitad de los encuestados dice compartir noticias exclusivamente a través de redes sociales; aunque el uso de Facebook, Instagram y WhatsApp está disminuyendo en comparación con TikTok.

Los resultados del reciente informe anual del Instituto Reuters para Estudios sobre el Periodismo («Digital News Report 2024») registran la opinión sobre noticias y medios de comunicación de más de 94.000 personas en 47 países, incluido Chile. Hay allí varias tendencias llamativas, como el hecho de que casi cuatro de diez consultados dicen evitar las noticias «frecuente o muy frecuentemente» (39%; tres puntos porcentuales más que el promedio del informe previo en 2023). En algunos países, además, más de la mitad de los encuestados reportan desinterés en las noticias; y, en todos, no más del 22% (diez puntos menos que en 2018) se informa por sitios web o aplicaciones oficiales de medios periodísticos.

En el caso chileno, casi la mitad de los encuestados dice compartir noticias exclusivamente a través de redes sociales; aunque el uso de Facebook, Instagram y WhatsApp está disminuyendo en comparación con TikTok. Esta última plataforma muestra un incremento de uso sostenido entre audiencias jóvenes: más de 23% de los encuestados entre los 18 y los 34 años usa TikTok para acceder a notas informativas. La proporción es mayor en varios países del llamado sur global, como Tailandia (39%), Kenia (36%), Indonesia (29%) y Perú (27%).

Periodistas y profesionales de medios tendemos a destacar la importancia que tiene la credibilidad en el periodismo, una relación por antonomasia. Pues bien, se trata de un atributo que la mayoría de los encuestados no encuentra en las noticias: solo cuatro de cada diez consultados en todo el mundo considera que pueden confiar en las noticias. En el caso chileno la cifra baja a tres; o sea, siete de cada diez chilenos dicen desconfiar de las noticias en medios. Es una desconfianza alimentada por distintos factores, tales como los niveles de confianza que el/la encuestado/a tenga en otras instituciones, las simpatías políticas de cada encuestado o si están inmersos en períodos electorales. El informe concluye que existen dos elementos que contribuyen a confiar más en las noticias: qué tan transparente es la forma en que se producen las noticias y si en ello el/la lector/a advierten altos estándares periodísticos.

Vociferaba iracundo hace poco en un matinal un popular animador: «¡Cómprense un medio! […] ¡Cómprense un diario! ¡Hagan la pega!». La ira de José Antonio Neme la despertaban esa mañana unos simpatizantes de Daniel Jadue que acusaban a los periodistas de mentir sobre la investigación en curso contra el alcalde de Recoleta. Pero lo cierto es que, en el actual escenario de incertidumbre frente a la circulación de noticias, la misión de un medio de comunicación no puede ser enfrentarse a las audiencias, sino ganar su confianza. Nada contribuyen los discursos estridentes a despejar la distancia entre los medios y el periodismo con las comunidades a las que dicen servir.

Los resultados del informe del Instituto Reuters indican que incluso «invitar» a los disconformes a ser parte del mercado de medios resulta innecesario, pues su consumo informativo va por otros carriles. De nada le sirve a un joven comprarse un canal de televisión ni un diario si su atención sobre noticias está más bien puesta sobre TikTok, Instagram o Snapchat, donde son streamers, influencers y famosos quienes nutren su pauta de actualidad. De hecho, y según el citado informe, dos tercios de los encuestados en el mundo consumen videos informativos breves cada semana.

Advierte allí Rasmus Nielsen, director del Instituto Reuters:

Para acceder a todo tipo de contenidos e información, el público depende cada vez más de plataformas que compiten entre sí. Muchas de ellas, a su vez, se alejan cada vez más de las noticias y de los medios y se centran en otros tipos de contenidos y otros creadores. Este ecosistema de plataformas más complicado, el fin del tráfico masivo proveniente de las redes sociales tradicionales y la creciente competencia por la atención, implica que los periodistas y los editores tendrán que trabajar mucho, mucho más duro para ganarse la atención del público y ni hablar para convencerlo de que pague por las noticias.

En efecto, el reporte detecta un estancamiento en los mecanismos de suscripción o abono a noticias, incluso en los países más ricos de la muestra; y aquellos medios digitales que sí captan esos pagos son un pequeño grupo. Incluso las preferencias de la red social resultan sectarias, porque, a pesar de la relevancia que ha adquirido el formato sonoro en la producción de contenidos a través de plataformas, el reporte indica que el acceso a noticias vía podcasts es más bien marginal.

En Chile, las universidades a lo largo del país ofrecen hoy casi cuarenta programas de periodismo a nivel de formación de pregrado (en modalidades diurna, vespertina u online), con vacantes para primer año que en 2024 alcanzaron casi las dos mil plazas. Una proporción importante de esas escuelas se encuentran en proceso de reforma curricular o ya lo concluyeron, y entonces la pregunta sobre qué, cómo, a quiénes y para qué enseñar periodismo —y qué deben contener esas trayectorias de aprendizaje— están al centro de los esfuerzos por revisar lo que hacemos y cómo lo hacemos.

Sin embargo, tal inquietud debe dialogar con la evidencia de trabajos como el que el Digital News Report ofrece cada año, así como la de otros estudios que la comunidad investigativa local está empujando. En nuestro país, cabe destacar el trabajo que al respecto realizan los investigadores del Núcleo de Medios, Política y Opinión Pública (MEPOP) o del Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales (NUDOS), entre otros [ver, también, libro destacado previamente en CIPER-Opinión: Campo en obras. Postales y apuntes sobre los estudios de periodismo en Chile].

En una década en la que los usuarios para informarse prestan menos atención a periodistas que a figuras vueltas famosas por las redes sociales —una tendencia agudizada por los encierros en la pandemia— la invitación de José Antonio Neme debió haber sido, más bien: «¡Cómprense un influencer!».