Desde estafas de WhatsApp hasta campañas antivacunas. Pareciera ser que internet está plagado de material engañoso o derechamente falso. Según una encuesta del Centro de Estudios Públicos, el 58% de los chilenos admitieron haber recibido información falsa o engañosa en redes sociales y aplicaciones de mensajería y un 72% expresó preocupación por cómo la desinformación afecta el debate público y la confianza en la política.
La mayoría hemos sido víctimas de la desinformación o contribuyentes -sin quererlo- a la difusión de este tipo de material, que en su mayoría es a través de redes sociales como Instagram y X. Pero, ¿qué es la desinformación? Y ¿qué rol juegan los egresados/as y la Universidad de Chile en todo esto?
Cristián Cabalín, periodista y académico de la Universidad de Chile, doctor en Estudios de Políticas Educacionales de la Universidad de Illinois, comenta que la desinformación es “contenido fraudulento, engañoso, falso, pero también puede ser vago, impreciso o ambiguo”. Es decir, que no cuenta con evidencia socialmente aceptable.
En una actividad organizada por la red de egresadas y egresados de la Universidad de Chile, Alumni Uchile, en alianza con Alta Dirección de la Facultad de Economía y Negocios, se discutieron los alcances y peligros de la desinformación en una sociedad chilena altamente conectada por medios digitales. A dicha instancia asistió la Prorrectora Alejandra Mizala y más de 20 egresados de distintos rubros profesionales.
“La desinformación se propaga con mayor rapidez y alcance que la información veraz, siendo reposteadas 70% más veces que las noticias verdaderas”, comentó Cabalín aludiendo a un estudio realizado en la Universidad de Oxford en el año 2021.
La primera parte del conversatorio ofreció una clase expositiva que abordó la definición de la distinta jerga relacionada a la desinformación, como por ejemplo la distinción entre contenido engañoso, mal-información, discursos de odio y las fake news. En este último punto, el periodista enfatizó en que estas son “noticias” fabricadas que se presentan como verdaderas, con el objetivo de engañar con un fin político o generar tránsito en algún sitio web. Su rápida circulación se debe a la “viralidad” misma que presentan: “Estas apelan generalmente a la emoción, apelan a emociones que conectan rápidamente con las personas. Son llamativas y logran satisfacer el sesgo de confirmación de las audiencias. De todos modos, es necesario considerar que solo un porcentaje menor de la población produce y transmite desinformación. Los principales responsables del contenido impreciso, fraudulento o malicioso son generados por algoritmos”, señala el académico.
Protegiendo la democracia
La segunda parte del evento consistió en un conversatorio conducido por Paula Molina, periodista de Radio Cooperativa y egresada de la Facultad de Comunicación e Imagen. Junto a los aportes y preguntas de los egresados presentes en la actividad, sobre el rol crucial que desempeñan los medios de comunicación en la lucha contra la desinformación.
Durante el conversatorio, se discutieron diversos ejemplos de desinformación prevalente, incluyendo teorías conspirativas relacionadas con el coronavirus, estafas a través de WhatsApp, falsedades sobre vacunas, teorías conspirativas políticas, deepfakes y desinformación sobre temas de agenda pública como la inmigración.
En la conversación se enfatizó que, tanto las fake news y otros métodos de desinformación, tienen un impacto negativo significativo en la democracia, reduciendo la disposición de las personas a aceptar opiniones divergentes y fomentando cámaras de eco que limitan la deliberación y el debate público: “Muchas personas difunden desinformación como una manera de confirmar sesgos propios, pero también lo hacen inconscientemente porque creen que puede ser útil que se conozcan ciertas noticias, que luego se confirman como falsas”, señaló Cabalín.
“La evidencia señala que las personas que más difunden desinformación son aquellas con mayor interés en asuntos políticos o fundamentalistas en lo religioso y escaso pensamiento crítico”, añade el profesor. La edad también es un predictor: a mayor edad existe una mayor probabilidad de difundir desinformación. Aun así, menciona que la gran mayoría de la población no difunde alevosamente desinformación. “Es un fenómeno político y socialmente muy relevante, que necesita seguir siendo estudiado”.
¿Cómo podemos evitar ser sujetos o víctima de la desinformación en redes sociales? “Es muy necesario desarrollar el pensamiento crítico para cuestionar la información que se nos presenta y nos genera duda. Es recomendable chequear los datos que nos parezcan inverosímiles e informarse por medios de comunicación profesionales”, dice el investigador.
Por su parte, con respecto a los daños que puede traer la desinformación, se destacó que la desconfianza de la ciudadanía con las instituciones públicas y de medios puede deteriorarse rápidamente: “La confianza es lo único que permite que los lazos sociales se mantengan unidos”, comentó Paula Molina.
“Es muy importante hablar de estos temas, porque tenemos el diagnóstico de que estamos viviendo tiempos de polarización, de desinformación y de mucha necesidad de conversar y generar vínculos”, fueron las palabras de la Prorrectora de la Universidad de Chile, Alejandra Mizala, a modo de reflexión sobre el tema.
El rol de la Universidad de Chile en el combate contra la desinformación.
La Universidad de Chile, como una de las instituciones de educación superior más prestigiosas del país, se ha propuesto abordar activamente los desafíos que representa la desinformación en la sociedad actual. La Prorrectora Alejandra Mizala reafirmó la tarea que tiene el plantel con promover la verdad y el conocimiento a través de las facultades, relevando la importancia de las características del perfil de egresado “comprometido con la ciudadanía”: “La U. de Chile tiene una muy buena evaluación de la ciudadanía, y nosotros tenemos que responder a eso con actividades concretas. Una de esas es la decisión de formar a nuestros estudiantes con valores de democracia y derechos humanos”.
El Gobierno creó en 2023 la Comisión Asesora contra la Desinformación en Chile, conformado por académicos y expertos de distintas universidades, con el fin de formular recomendaciones concretas que orienten a las autoridades y a la sociedad en general en la lucha contra la desinformación. Con respecto a esto, Cabalín plantea que, en materia de políticas públicas, “sería importante considerar seriamente las recomendaciones” de dicha comisión. Estas abarcan desde el fortalecimiento de medios públicos, la regulación y transparencia de algoritmos y la alfabetización mediática y digital de la población civil.
“La Universidad de Chile puede contribuir con la generación de espacios de debate para analizar en profundidad el fenómeno de la desinformación, donde las instituciones educacionales tienen un rol fundamental para producir conocimiento en la materia y promover la educación mediática”, comenta.
Luego, Paula Molina hizo un llamado a los egresados del plantel para que, desde sus áreas profesionales y de conocimiento, puedan acercarse siempre a los medios de comunicación para ayudar a verificar aseveraciones. También destacó la importancia de que egresadas y egresados puedan dar entrevistas en medios para profundizar sobre ciertos temas con el objetivo de que la ciudadanía pueda informarse adecuadamente sobre distintas áreas técnicas, evitando así la desinformación.
Además, agradeció a Alumni y Alta Dirección FEN por la ejecución de este tipo de actividades: “Tuvimos un gran conversatorio junto Alumni Uchile y Alta Dirección FEN. Los temas conversados nos preocupan a todos como comunidad. Buscamos, junto a los otros egresados, las maneras de entender mejor el mundo en que vivimos. Fue una conversación muy valiosa”, agregó la periodista.
José Solorza, gerente general de Empresa de los Ferrocarriles del Estado, quien fue invitado al conversatorio, también agradeció la instancia: “Discutimos sobre un montón de ideas de cómo enfrentar las fake news en favor de la democracia. Para EFE esto es muy importante y estamos muy felices de haber participado”.