¿Cuál es la realidad demográfica de Chile hoy? ¿Qué es lo que estamos viviendo en cuanto a la vida de las personas mayores? ¿A qué mundo nos estamos enfrentando? Son algunas de las preguntas que aborda Rafael Jara López, geriatra del Hospital Clínico de la U. de Chile, en el marco del Programa Envejecimiento Activo y Saludable (EAS), iniciativa encabezada por la Universidad de Chile que busca modificar los estilos de vida de la población de Chiloé.
Como parte de este programa -el cual se ha ejecutado en las comunas de Curaco de Vélez, Quinchao y Chonchi- el proyecto contempla la formación de líderes locales, con el propósito de compartir conocimientos para aspirar a una mejor vejez entre la comunidad chilota. Precisamente, el pasado 23 de agosto tuvo lugar la primera clase presencial del Programa “Liderazgo y Gestión para el Envejecimiento Activo” en Chonchi, curso donde participaron más de 100 personas y que tuvo como protagonista una charla magistral del doctor Jara.
En su presentación, el doctor abordó los desafíos demográficos del país en camino a 2030, haciendo hincapié en las distintas realidades y necesidades que afrontan las personas mayores; grupo que crece a pasos agigantados y que, de hecho, ha sido fundamental en el crecimiento de la población mundial.
Repasando esta trayectoria y evolución, según el doctor Jara, “en 1910, la expectativa de vida era de 45 años. En la década de 1960, subió a 58 años. Para 1980, la edad se acercaba a los 65 años y ahora superamos los 81 años. Al mismo tiempo, la tasa de natalidad ha ido disminuyendo cada vez más”. Producto de lo mismo, las sociedades no estaban preparadas para este nuevo escenario, especialmente por la carga de enfermedad que conlleva la vejez, “y que nos lleva a plantear alternativas a nuestros modos de vida”.
Respecto a las causas de defunción en Chile, el doctor Jara explica que la gran mayoría de las personas fallece por trastornos del área cardiovascular. Uno de ellos, bastante silencioso, es la hipertensión, la cual puede provocar accidentes cerebrovasculares; ceguera; insuficiencia renal; insuficiencia cardíaca o infartos. Sin embargo, la hipertensión es muy fácil de detectar: tomando la presión. “Es un proceso simple, rápido y accesible, que en este proyecto está incluido dentro de las grandes tareas preventivas”, puntualizó el doctor.
Por otra parte, una de las enfermedades metabólicas que afecta comúnmente a la población del país es la diabetes. Entre el 17% y 18% de los adultos en Chile tienen diabetes, la cual se asocia a distintos fenómenos: episodios de pérdida de conciencia; daño neurológico; daño vascular; retinopatía diabética; mayor riesgo de infecciones; depresión; y por último pie diabético. “La diabetes es la causa más frecuente de amputaciones de extremidades inferiores en nuestro país y es una situación dramática, pero perfectamente evitable si se detecta con tiempo”, indicó el geriatra.
Entre otras de las situaciones que aborda el Programa EAS es la obesidad la cual, junto a los demás síntomas ya mencionados, también puede asociarse a infertilidad, una mayor probabilidad de cáncer de mama, así como a cáncer de útero, colon, próstata, y el más amenazante de ellos: cáncer de páncreas.
Parte del deterioro celular, que lleva al envejecimiento de nuestro organismo, se debe a estas enfermedades crónicas o agudas. Pero hay otras causas que generan el mismo daño y que no nos damos cuenta. Una de ellas son los desusos, aquello que dejamos de hacer, más comúnmente provocada por el sedentarismo y la soledad. A esto hay que sumarle los abusos, como consumir alcohol, comer en exceso, fumar y consumir drogas.
Medicina con foco en la prevención
En este sentido, cabe preguntarse ¿qué medidas podemos tomar para mejorar nuestra calidad de vida hoy y a futuro? Para el equipo del Programa EAS, tenemos que aspirar a un envejecimiento exitoso. Es decir, un estilo de vida personal y colectivo donde las personas cursen con dignidad, energía y salud su vejez, participando de la comunidad, siendo productivos y productivas y teniendo protagonismo político.
Para esto, desde la gerontología preventiva se han planteado diversas acciones para poder enfrentar estas dificultades, entre ellas hacer ejercicio físico y optar por una alimentación adecuada. “El deporte tiene múltiples beneficios, no solo para la dimensión física en términos de motricidad, sino también para el ánimo. No hay que olvidar que el ejercicio aumenta las sustancias en el cerebro que son antidepresivas como la serotonina. Por otro lado, la nutrición representa aportes valiosos para nuestra vejez, donde la recomendación es alimentarse en base a dieta mediterránea”, detalló Jara.
Hacer frente a la soledad también es una tarea importante a la hora de prevenir el deterioro cognitivo, especialmente por la gravedad que representa. “En los países desarrollados se ha visto que las personas solitarias tienen un 26% más de mortalidad. La soledad mata”. Para esto, la cura es sencilla: socializar. “Mantener la participación social y la comunicación implica un ejercicio intelectual importante: se ejercita la memoria, el lenguaje, la atención, la creatividad. Se mejoran las funciones ejecutivas, la velocidad de procesamiento”.
En este contexto, una oportunidad que puede ayudar en el camino a una vejez exitosa es el trabajo en adultos mayores. Sin embargo, este debe cumplir con ciertas condiciones: debe ser desafiante, lúdico, útil (en términos de remuneración), de interés para las personas e intergeneracional.
Estos son algunos de los ejes que trabaja el proyecto de Envejecimiento Activo y Saludable, proyecto donde colabora la Universidad de Ciencias Aplicadas de Karelia (Finlandia) y una red público-privada que incluye a la Universidad de Chile, la Universidad de Los Lagos, el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) junto a las empresas Salmones Antártica, Inversiones La Construcción (ILC), Corbion, Invermar, Sodimac, Camanchaca, Saesa y Riolab.