Con el objetivo de analizar la atención ginecológica en mujeres no heterosexuales, un equipo conformado por las sociólogas Valentina Andreani, Fabiana Ivankovic y Catalina Díaz, de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la Universidad de Chile, llevó a cabo un estudio titulado "Prácticas sexuales no heteronormadas en mujeres: violencias y (des)atenciones ginecológicas".
La investigación, publicada en 2023 en la Revista Punto Género, tuvo como objetivo caracterizar la percepción de mujeres jóvenes sobre sus experiencias en atención ginecológica e identificar los factores que dificultan el desarrollo de su salud sexual. Para el estudio, se trabajó con una muestra de 165 mujeres, de entre 18 y 35 años, de distintas regiones del país.
Mirando el contexto chileno, señalan en su estudio, resulta escasa la investigación respecto a la atención ginecológica de mujeres que se relacionan sexualmente con mujeres. En general, afirman que “el foco ha sido puesto en las organizaciones feministas y sus estrategias para fortalecer la información y el autocuidado en mujeres lesbianas, y no en la atención proveniente de la salud institucionalizada”.
Andreani señala que consideraron investigaciones anteriores, incluyendo un informe del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), en que se destacó que la principal razón de las pacientes no asistir a una consulta ginecológica respondía a la desconfianza hacia los profesionales (74%).
“Aquí también se señalaba que muy pocas mujeres que se relacionaban con mujeres asistían a asistencias ginecológicas si no era estrictamente necesario y eso tenía relación con el miedo a ser discriminadas en la atención”, explica.
Testimonios sobre las atenciones
A partir de los testimonios recopilados, las investigadoras observaron que la mayoría de las pacientes reportaron recibir un trato respetuoso durante sus consultas ginecológicas, y que los profesionales se mostraron libres de prejuicios e informados sobre las diversas orientaciones sexuales. No obstante, señalaron que el 90% de las encuestadas indicó que los profesionales no les preguntaron sobre su orientación sexual, sino que ellas mismas debieron abordar el tema.
Dentro de los aspectos positivos, Andreani señala que a la mayoría de las encuestadas no se les limitó el acceso de las consultas ni de asistir a controles por su orientación sexual. Sólo una respondió que no se le había atendido por esta situación.
“Pese a esto, hay mucha discriminación durante la consulta, que se centra en la calidad reproductiva de las mujeres y hay invisibilización del carácter de relaciones sexuales lésbicas”, explica.
A esto, la profesional agrega: "En esta investigación pudimos evidenciar el desconocimiento que tienen los profesionales sobre este tema. Dado que las mujeres que tienen sexo con mujeres presentan una menor susceptibilidad al contagio y, por lo tanto, una menor frecuencia en la necesidad de realizarse exámenes médicos, creemos que es crucial abordar esta cuestión. El acceso a la salud es un derecho fundamental para todas las personas, y la orientación sexual no debería ser una barrera para recibir atención ginecológica adecuada".
Así también, la investigación permitió profundizar los factores que inciden en la buena valoración dada por algunas encuestadas. Entre ellos, destaca una búsqueda activa de profesionales jóvenes, amigables con la población LGBTIQA+ y/o mujeres.