Fue amor a primera vista. Eran jóvenes, cuando Carlos y Sofía se casaron en enero de 1944. Solo se separaron tres décadas después cuando una bomba estalló desde la caja de cambio de su auto Fiat 125, la noche del 30 de septiembre de 1974, en Buenos Aires, Argentina. Carlos Prat González tenía 59 años y Sofía Cuthbert 57 años. Prats había sido comandante en Jefe del Ejército de Chile hasta agosto de 1973. Después del golpe de Augusto Pinochet decidió refugiarse en el país vecino.
“Todo ocurrió en una época oscura, un año después del golpe de Estado en Chile; año y medio antes del golpe de Estado en Argentina”, leemos al comienzo del libro “Lo que tarde la justicia. El caso Prats-Cuthbert”, publicado por editorial Debate y firmado por las tres hijas del matrimonio, Sofía (1945), Angélica (1947) y Cecilia (1953). “Han pasado cincuenta años y tenemos la certeza y la comprobación jurídica de que Carlos y Sofía fueron una de las primeras víctimas de un engranaje siniestro en el que participó un jefe de Estado, funcionarios diplomáticos, oficiales de Ejército, terroristas de extrema derecha y un sinnúmero de personas fanáticas”, añaden en el ejemplar las hermanas, quienes el pasado martes estuvieron presentes en el Salón de Honor de la Casa Central de la Universidad de Chile. Acompañadas por la periodista Mónica Rincón, hablaron de su libro: un testimonio armado a base de la memoria familiar, testimonios, recortes de prensa y archivos judiciales.
Con la presencia de autoridades y asistentes del mundo cultural y político, entre ellos el subsecretario del Interior, Luis Cordero; el canciller Alberto van Klaveren; la ministra de Defensa, Maya Fernández; el embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, la senadora Isabel Allende Bussi; la periodista Marcia Scantlebury y Varinia Brodsky, directora del Museo Nacional de Bellas Artes, el emotivo encuentro comenzó con un saludo grabado de la expresidenta Michelle Bachelet, quien subrayó: “La memoria es un derecho y un deber”.
La Rectora Rosa Devés señaló que muchas de las actividades que llenan de luz académica el Salón de Honor provienen de la misma Universidad, pero que “hay veces en que la luz nos llega desde fuera para mostrar el camino, para señalar tareas y fortalecer valores. Hoy es uno de esos días. La luz nueva llega gracias al testimonio de tres mujeres valientes e íntegras: Sofía, Angélica y Cecilia Prats, quienes nos han enseñado cómo el crimen más horrible y la negación de justicia puede transformarse en fuente de vida. Esa capacidad de convertir la muerte en vida es, por cierto, una capacidad extraordinaria”.
"Que la promesa cumplida que nos relata este libro sirva para nosotras y nosotros como permanente recordatorio de la responsabilidad de cumplir nuestros compromisos, que en el caso de la Universidad de Chile es la de educar verdaderamente para la democracia, la solidaridad y el desarrollo pleno de cada una y cada uno", agregó la Rectora.
El exministro de Justicia y actual subsecretario del Interior, Luis Cordero comentó que “Lo que tarde la justicia” es un libro “de un largo tránsito que nace de una promesa”, recordando el inicio del volumen, donde las tres hermanas ante los féretros de sus padres, en una casa mortuoria ubicada en calle Cangallo 3200, en Buenos Aires, se prometieron que no descansarían hasta saber la verdad y obtener justicia.
El subsecretario Luis Cordero agregó que “sus padres fueron cobardemente asesinados por un acto que no puede ser sino considerado de terrorismo de Estado”, en referencia a los responsables: el departamento exterior de la DINA, la policía secreta de la dictadura. Y el responsable de colocar la bomba en el auto Fiat: Michael Townley. Por el caso fueron condenados siete militares y dos civiles. El gran ausente para las hermanas y quien nunca enfrentó la justicia: Augusto Pinochet Ugarte.
Angélica Prats señaló que, tras la promesa a sus padres, sintieron que el compromiso por verdad y justicia se hacía extensivo a otras víctimas de la dictadura. Y recordó cuando se reunieron con Pinochet. “Fue muy marcador. Su conducta nos produjo la intuición y casi la convicción de por qué había pasado lo que ocurrió”.
A modo de confesión comentaron las hermanas que el libro surgió gracias a la iniciativa del artista Fernando Prats, quien le hizo saber la necesidad de dejar un testimonio, cuestión que sucedió acercándose a Melanie Jösch, directora editorial de Penguin Random House Chile. Luego, la labor de ordenar archivos y relatos estuvo a cargo del escritor Carlos Tromben. “Quizás lo más difícil fue al final. Cuando debíamos elegir un epígrafe”, comentó Angélica Prats y citó la frase que reflejaba el sentir de las tres hermanas. La cita que abre el libro es de Thomas Jefferson: “Cuando la tiranía se convierte en ley, la rebeldía se convierte en un deber”.
Después Cecilia Prats y tras referirse a la promesa inicial a sus padres, dijo sentirse “tranquila. Estamos tranquilas. En familia. Y nuestra madre está siempre presente con nosotras”. Mientras que Sofía Prats habló al final y agradeció a Pamela Pereira, que no asistió, “querida amiga y abogada que también hizo suya esta búsqueda de verdad”. Además, destacó la “inspiradora obra” de Fernando Prats, “Tu nombre aumenta la eternidad”, realizada como un homenaje cuando se cumplen 50 años del crimen de Carlos Prats y su esposa, que estará disponible hasta el 2 de noviembre en el Patio Andrés Bello, de la Casa Central.
Sofía Prats citó parte del texto escrito por la Premio Nacional de Literatura 2024, la poeta Elvira Hernández, sobre la obra del artista: “Fernando Prats busca perforarlo, tal como se ha perforado la tierra para sacar a la luz los testimonios geológicos -nuestras osamentas, pasados y antepasados, cuerpos desaparecidos que se buscan- que se muestran yacientes, en el suelo embaldosado del Patio Interior Andrés Bello. Sacar todo lo que haya que sacar a la luz…”.