Cristian Mezzano:

Rito y lujuria

Cristian Mezzano: Rito y lujuria
El compositor estrena "Lujurica" en el marco del Festival Internacional de Música Contemporánea que, con entrada liberada, se lleva a cabo hasta el 19 de enero.
El compositor estrena "Lujurica" en el marco del Festival Internacional de Música Contemporánea que, con entrada liberada, se lleva a cabo hasta el 19 de enero.

Un amigo que se tituló este año le pidió una obra para trompeta. Él quería componer algo para órgano. Luego la idea fue juntar ambos instrumentos: no se pudo ejecutar por problemas de producción. Después la reescribió con un ánimo más tormentoso para saxofón, piano y violonchelo, pero falló la violonchelista y optó por cambiar ese instrumento por una marimba. "Al final fue lo mejor, me gustó mucho como quedó".

Estos avatares musicales, sumados a otros de carácter personal  (una ruptura amorosa) marcaron el proceso de creación de "Lujurica", obra de Cristián Mezzano que aparece como uno de los seis estrenos mundiales para esta noche en la sala Isidora Zegers.

El título -que "no significa nada" - alude a una experiencia con una mujer y a su vez a lo "manoseada" que estuvo la pieza en su proceso de creación y re-construcción.  Tiene una pulsión sexual en la que resalta el saxo como instrumento lujurioso. "Es como una catarsis", dice Mezzano, que podría evocar en su explosión final -"aunque suene feo" - a una masturbación.

Trombón desplazado

Cristián Mezzano se dedicó al trombón por muchos años, pero paulatinamente fue dejándolo para meterse de lleno a la composición. Cuenta que "es estresante dedicarse a las dos cosas" y por ello prefiere consagrarse a esta veta. El año pasado estrenó en este mismo festival la obra para percusión "Anthropos" y actualmente prepara una obra para barítono y orquesta que tiene que tener lista el 15 de febrero. "Componer también es íntimamente estar interpretando, tocando, deduciendo como va a sonar la música. Es una actividad musical muy agotadora, rica y muy intensa".

Ha viajado mucho y hace poco estuvo en Paraguay internado en una tribu guaraní haciendo escuchar a un grupo de nativos una pieza de música electrónica. Confiesa que a veces sentía pudor de estar ahí, por las precarias condiciones de vida de los aborígenes, pero que la experiencia fue enriquecedora, sobre todo observando la reacción de los niños, risueña y curiosa. "Siempre la música es un ritual, ya sea en un pueblo indígena como en este mismo encuentro de música contemporánea".

Además de Mezzano, esta noche se estrenan obras de otros cinco compositores a nivel mundial y una a nivel local. "Vertical Song I" del japonés Toshio Hosokawa, se estrena en Chile interpretada por Roberto Cisternas y se ejecutan por primera vez las piezas "Fluctuante IV" de Carlos Silva, "Marea 2-Definitiva" de Claudio Orellana, "Tres danzas para no danzar" de Sebastián Ramírez, "Ununoctio" de Jorge Pacheco y "Frame" de Enrique Reimer. Todo esto desde las 20:00 hrs. y con entrada liberada en la Sala Isidora Zegers (Compañía 1264).