El encanto que provoca la poesía de Jorge Teillier es siempre nuevo, como el agua que corre o el viento en los trigales. Pese a que había pasado años sin leerlo, Bárbara Osses retomó los viejos libros del poeta y también retomó un antiguo deseo: hacer música con sus versos. Hace 10 años hizo el primer intento con el poema "La secreta casa de la noche", en una versión que según la autora dista mucho de la actual, que junto a otras siete presenta mañana como parte del programa de su ciclo de canciones "El sonido de la memoria", en la sala Isidora Zegers.
Osses tenía frescos en la memoria algunos poemas preferidos y tuvo que releer al poeta lautarino para completar la serie. Escogió los textos de acuerdo a su musicalidad, al tono y a su propio gusto. Aclara que este es "una suerte de concierto piloto", ya que el ciclo contempla en total una serie de diez canciones, pero mañana sólo se presentan ocho: "La llave", "Cosas vistas" (fragmentos), "El poeta en el campo", "La ventana abierta", "Crónica del forastero" (fragmentos), "Daría todo el oro del mundo", "Para cantar" y "Sentados frente al fuego".
La interpretación estará a cargo de la profesora Patricia Castro en piano junto a la voz del tenor Gonzalo Araya y la mezzosoprano Elena Pérez, quien se integró a última hora ante la deserción de Vanessa Rojas, hace una semana; pero los arduos ensayos y su interés en el proyecto bastaron para que lograra llegar en óptimas condiciones al concierto. Habrá a su vez una proyección de dibujos de la propia Bárbara Osses trabajados gráficamente por su hermana Tamara y dos espacios de narración en que Fernando Latorre recitará otros poemas de Teillier.
"Es un primer acercamiento a la composición, una primera piedra", dice Bárbara Osses, quien se desempeña como profesora y es también pianista. Cuenta que varias canciones las terminó de componer cuando ya estaba ensayando con los intérpretes, por lo que pudo pensar en ellos a la hora de imaginar la música que faltaba, haciéndola a la medida de sus voces.
El resultado es una obra de tono íntimo, delicada y ajena a estridencias. La serenidad y la leve melancolía del poeta están presentes en estas canciones, que no traicionan el tono de su obra y musicalizan las resonancias interiores que ésta nos deja. Los dibujos de la autora evocan la infancia con sus colores y fantasías, esa infancia que Teillier transfiguraba bellamente en su poesía.
Los siguientes pasos del proyecto son comenzar a grabar un disco a partir de marzo y presentar nuevamente el concierto al público (ahora completo) en junio. El trabajo forma parte de un proyecto departamental de creación artística del Departamento de Música y Fonología de la Facultad de Artes.