El interés de Isabel Jara en "los oscuros pensadores de la derecha española" desconcertó en un primer momento a su profesor guía de la Universidad Pompeu Fabra, Josep Fontana. En el prólogo que escribió para ésta publicación, no sólo señala su sorpresa por la atención que recibieron estos ideólogos, sino que a la vez aclara: "Isabel Jara me ha acabado de sacar de mi error al explicar cómo ese pensamiento de la derecha española que me parecía tan deleznable acabó convirtiéndose en una de las bases ideológicas de la dictadura chilena y me ha convencido de que analizar críticamente estas ideas es la mejor forma de desarmar a quienes la manejan".
Y es que según explica la autora, la bibliografía que existe con respecto a la relación entre el Régimen franquista y la Dictadura de Pinochet, sólo ha retratado la superficiliadad, sin analizar exhaustivamente, por ejemplo, el vínculo indirecto entre franquismo y las necesidades de legitimación de la dictadura chilena.
¿Cómo nació la idea de relacionar el proyecto cultural franquista con la dictadura militar de Pinochet?
Una se pregunta cómo nosotros tenemos un modelo social muy liberal en lo económico y al mismo tiempo conservador en lo político y en lo valórico. En eso fue muy exitosa la refundación que hace la dictadura de Pinochet: hay una refundación social, de la mentalidad, de la ideología, y en la instalación de unos valores conservadores que podemos llamar hispanismo, se reconocen los idearios del pensamiento franquista español. Cuando yo logré dar con esa hebra me interesó poder seguir esa línea en particular.
¿Podemos decir que de las ideologías que se dieron cita en la Dictadura, el franquismo es la más importante?
No. Cae en desgracia después. Inicialmente da rendimientos en otros ámbitos. Por ejemplo, en lo jurídico, cuando se discuten los procesos constitucionales antes de los 80, aparecen elementos del franquismo. Jaime Guzmán no sólo ha sido formado por chilenos herederos del franqusimo, sino que él está leyendo por ejemplo a abogados, a jurisconsultos que están produciendo la institucionalización del Régimen Franquista para que todo quede bien amarrado. A diferencia de lo que sucedió en España, donde la institucionalidad democrática logra desmantelar el franquismo, en Chile eso aún no ha sucedido. Aquí las cosas quedaron bastante más amarradas.
¿Por un franquismo chilenizado?
Claro, aquí finalmente termina siendo el pensamiento conservador chileno. Otros autores ya habían anunciado la influencia que había desde fuera, pero no había ningún estudio que hiciera una visibilización de la trayectoria completa del proyecto cultural franquista que se instala desde los años 30, ni de cómo se conservan arrinconadamente sin rendir en lo político y son chilenizadas por intelectuales. Sólo en la dictadura chilena este pensamiento vuelve a surgir, dando los frutos que se supone debería haber dado 40 años antes.
¿Continúa entonces el franquismo en Chile?
Está instalado. Es un pensamiento ya mucho más complejo pero que está absolutamente instalado. Hay universidades importantes como la Universidad de Los Andes que son nichos de pensamiento. El gremialismo hoy tiene un partido político que es la Unión Demócrata Independiente, UDI, y algunos de los importantes intelectuales o políticos, con alguna inclinación académica, son emuladores y se nuclean en torno a maestros comunes.
En el libro mencionas que este pensamiento viene a legitimar la dictadura chilena, ¿a qué te refieres con eso?
Un orden sociopolítico no sólo se tiene que instalar a través del ejercicio de la fuerza. Necesita de un consenso ideológico, de unos valores, de unos principios que permitan darle cohesión. El pensamiento hispanista, que era el que resumía el proyecto cultural franquista hacia América Latina, da rendimientos legitimantes en distintas áreas. Por ejemplo, para establecer relaciones políticas con España; sirve también para instalar una interpretación de la historia de un país y eso quizás no da rendimientos políticos inmediatos pero da rendimientos legitimantes a largo plazo. Se trata de establecer que el núcleo del alma chilena radica en la hispanidad.
¿Cómo se vive la contradicción del pensamiento hispanista con la apertura económica de los 80?
Se ve como un alejamiento más de la tradición hispánica. Lo curioso e interesante es que algunos de las generaciones nuevas, como Jaime Guzmán, van a producir una conciliación respecto a la apertura económica y a la aparición de una nueva filosofía social de tipo empresarial, neo liberal. Se produce una liberalización de las generaciones que habían sido formadas en lo valórico, en lo político, en lo jurídico con alguna herencia hispanista.
¿Podemos decir entonces que la herencia hispanista se instaló más en el área moral que en la económica?
En lo económico no prevaleció. Quedó como una de las fuentes de pensamiento que se dieron cita el 73, que logró producir algunas cuotas de influencia en ciertos tipos de argumentación. Queda a nivel declarativo, en lo jurídico, en algunas argumentaciones políticas y sin duda, en la instalación de las verdades morales. En la censura, en política educacional, en la interpretación histórica. Finalmente, una economía neoliberal pero conservador en lo valórico. Dejó fue un pensamiento conservador muy bien apertrechado académicamente e institucionalmente.
El libro de la académica Isabel Jara, será presentado este jueves 31 de mayo a las 19 horas en la Sala Adolfo Couve del Departamento de Teoría de las Artes (Las Encinas 3370, Ñuñoa). El lanzamiento estará encabezado por el Vicedecano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Bernardo Subercaseaux y la entrada es liberada.