¿Está Chile realizando el debido esfuerzo para satisfacer sus aspiraciones de éxito deportivo?. A juicio de los profesores de Derecho Deportivo, Hernán Domínguez y Andrés Aranda, parece más bien que sistemáticamente tomamos un camino fácil, endosando sin piedad nuestras enormes expectativas y ansiedades a los deportistas nacionales.
Lo concreto es que el deporte chileno se encuentra estancado en el subdesarrollo y evidentemente desfasado respecto a los avances logrados en otras áreas, por lo que se debe asumir el agotamiento de la actual Ley del Deporte (19.712), plantean.
“La situación actual debe ser enfrentada sin sesgos ideológicos y en la convicción plena de que se debe construir un nuevo modelo deportivo, cuyas bases sean la tecnificación del sector, la generación de políticas nacionales deportivas consistentes y la regulación jurídica de estas manifestaciones”, estiman.
Así como lo han hecho países como España, Italia, Francia y México, es necesaria la existencia de una vinculación regulada legalmente entre sector público y privado, con clara determinación de competencias y responsabilidades, lo que genera confianzas mutuas que posibilitan de forma más eficiente la determinación de metas y sus financiamientos, dicen.
Del mismo modo, se debe asumir que el deporte requiere de un rol más amplio y pro-activo del Estado, de manera que los esfuerzos públicos no nazcan y se agoten en la creación de un servicio u órgano público determinado (Digeder, IND).
“Nuestro más brillante éxito deportivo será cuando seamos capaces de generar un sistema que nos permita mantener una población más activa físicamente, cuando el deporte sea una opción real a los vicios y problemas sociales que enfrenta la juventud y cuando brindemos a los deportistas que nos representan medios adecuados para competir”, concluyen.