Profesor Roberto Saba:

“Es importante volver a discutir por qué son importantes los Derechos Humanos”

"Es importante volver a discutir por qué son importantes los DD.HH."

En esta edición en papel, el Anuario aborda temáticas relevantes que marcaron el año 2023 en materia de derechos humanos, como migración , educación en derechos humanos, entre otros."El límite de los derechos humanos es un límite infranqueable", reafirmó el profesor Roberto Saba.Además de la presentación del Anuario, el CDH propuso un panel de discusión titulado "Educación, Memoria y Derechos Humanos".El académico invitado a la presentación del Anuario dijo que "el tema migratorio es un problema global y hay muchas propuestas de abordaje desde esa perspectiva".La Facultad de Derecho de la Universidad de Chile realizó el lanzamiento de la decimonovena edición del Anuario de Derechos Humanos, publicación que cada semestre invita a la reflexión sobre los temas que han definido la agenda nacional e internacional en la materia.

En esta edición en papel, el texto aborda temáticas relevantes que marcaron el año 2023, como “Migración y derechos humanos: Política migratoria en Chile hoy”; “Uso de la fuerza policial letal: Estándares internacionales y su influencia en Chile”; “La responsabilidad de proteger y los derechos humanos: Una relación compleja con mucho potencial”; “Repensar las tecnologías para encontrar un lugar seguro en el mundo”; entre otros. Asimismo, se publicaron diferentes artículos académicos que reflexionaron de los desafíos pendientes para la protección y promoción de los derechos humanos a 50 años del Golpe de Estado.

La ceremonia de presentación del nuevo número contó con el Decano, Pablo Ruiz-Tagle; la Directora del Centro de Derechos Humanos, CDH, Constanza Núñez, y la editora del anuario, profesora Claudia Iriarte.

A propósito de la publicación se desarrolló el panel “Educación, Memoria y Derechos Humanos”, donde participaron la académica e integrante del Centro de Derechos Humanos de la U. Alberto Hurtado, Oriana Bernasconi y por el profesor de Derecho Constitucional y de Derechos Humanos de las Universidades de Buenos Aires, de Palermo y Nacional del Litoral, Roberto Saba, quien forma parte del comité editorial de este texto de investigación y análisis.

En su opinión ¿cuál es la principal contribución que hace la reciente edición del Anuario de Derechos Humanos?

La principal contribución tiene que ver con sus temas centrales: memoria y educación en derechos humanos. Ambos son temas en los que nunca debemos dejar de trabajar, y mucho menos en Chile, considerando la situación histórica que ha vivido este país con el Golpe de Estado respecto del que recientemente se conmemoraron sus 50 años.

La importancia de la memoria y la educación en derechos humanos es que solo por medio ellas podemos tratar de evitar la repetición de estos hechos, y el Anuario es una gran contribución en ese sentido.

Otro de los temas contingentes que se analiza en esta revista académica es la crisis migratoria ¿cómo se debería abordar esta compleja situación?

El tema de la migración es un tema global. La migración es algo que preocupa en Europa, en Estados Unidos, en América Latina y en otros países. Y si bien, es un problema difícil de tratar, lo único que no debemos olvidar es que cualquier abordaje tiene que ser con respeto a los derechos humanos, recordando que todas las personas tienen derechos, no solo los ciudadanos y ciudadanas, sino también, quienes transitan por nuestros países.

Y justamente en este punto, a veces las propuestas para el abordaje de esta situación fallan, ya que olvidan que el límite de los derechos humanos es un límite infranqueable y, como tal, es un límite que merece atención.

Las políticas migratorias se deben construir ¿desde una perspectiva nacional o global?

Como muchos problemas que tenemos en el mundo, por ejemplo, los temas ambientales, el tema migratorio es un problema global y hay muchas propuestas de abordaje desde esa perspectiva.

Es imposible que este problema se pueda solucionar solo a partir de políticas públicas nacionales, en este punto insisto que, lamentablemente, muchas propuestas vinculadas a la migración olvidan que los derechos humanos son un límite. Creo que profundizar en la reflexión sobre este tema, es otra contribución que hace el Anuario.

En los últimos años han aumentado las corrientes políticas que restan importancia a los derechos humanos ¿qué se puede hacer al respecto?

Como veíamos en la presentación del Anuario, la educación en derechos humanos es fundamental, pero también debemos pensar qué entendemos por educación en derechos humanos.

La educación en derechos humanos no solo significa conocer tratados internacionales, conocer el Derecho, conocer la letra de la ley, sino también significa que debemos pensar y repensar, discutir y rediscutir en las aulas acerca de qué son los derechos humanos y porqué los respetamos. Hay diferentes corrientes en torno a la cuestión de qué se enseña y que no se enseña en derechos humanos.

En la actualidad ¿cree que está en riesgo la idea del consenso universal sobre los derechos humanos?

Lo que yo veo es que hay personas que hace dos décadas y con un exagerado optimismo pensaban que no tenía sentido seguir discutiendo sobre los derechos humanos luego de que fueran reconocidos globalmente en tratados internacionales y en diferentes constituciones. No obstante, lo que hoy vemos es que los derechos humanos están amenazados y esas amenazas vienen de gobiernos en todo el mundo.

Por eso, es relevante volver a discutir por qué son importantes los derechos humanos y cuál es su justificación. Es aquí donde se torna central la educación y la labor que desarrollamos en las universidades.

¿Considera que hubo un descuido en esta materia?

No creo. Afortunadamente, después de la II Guerra Mundial muchos países del planeta coincidieron en la necesidad de reconocer estos derechos, de producir y suscribir tratados internacionales, de crear tribunales internacionales e instituciones que aseguren los derechos humanos. Y así, hubo grandes avances, pensemos que Naciones Unidas, la Corte Interamericana y la Corte Penal Internacional no existían, en cambio hoy tenemos un sistema institucional de normas muy potente, pero no infalible.

Lamentablemente, en la actualidad tenemos gobiernos que empezaron a atacar estas instituciones y a creer que los tratados internacionales de derechos humanos tienen un enfoque ideológico que rechazan.

Hoy nos damos cuenta que ese gran consenso acerca de los derechos humanos tiene grietas, entonces debemos volver a trabajar en los fundamentos que forjaron ese consenso. No creo que nos hayamos dejado estar, pero sí pienso que los éxitos y avances nos hicieron perder de vista que las amenazas siguen estando, e incluso, pueden crecer.

Por ejemplo, si gana Donald Trump en Estados Unidos todo el sistema multilateral e internacional de derechos va a estar severamente amenazado, como lo estuvo la última vez que gobernó, cuando le retiró apoyo económico a las Naciones Unidas. Lo mismo ocurre en Europa donde hay países como Hungría, que está fuertemente aliado con Rusia, que claramente no comparten esta visión de derechos humanos. En América estuvo Jair Bolsonaro en Brasil y ahora está Javier Milei en Argentina. Así, tenemos muchos ejemplos de cómo este sistema de derechos humanos puede empezar a tener problemas, lo que hace tan importante volver a trabajar sobre la fundamentación de este sistema de protección.

En cuanto al tema constitucional ¿cómo visualiza la situación chilena?

El caso de Chile es un tema que discutimos con mis alumnos desde hace muchos años. Chile es un ejemplo de una comunidad política que está tratando de lograr un nuevo acuerdo constitucional y no lo logra.

¿Y cree que lo siga buscando?

Hay que entender que estos procesos son lentos. Yo veo a un país que sigue buscando un acuerdo fundamental. Lamentablemente, no lo ha logrado aún, pero no creo que haya dejado de buscarlo. Es posible que después de dos procesos tan complejos y traumáticos, haya un período de no volver a hablar de aquello, pero subsiste una necesidad de alcanzar un nuevo acuerdo constitucional y, en algún momento, va a producirse. Me parece que es inevitable.