Para Gustavo Meza, Premio Nacional de Artes de la Representación 2007, las Universidades Públicas son "de una vital importancia". Pero considera también que éstas se han desperfilado de su carácter público en Chile porque "tienen que responder al mercado".
"Deseo absolutamente que (la universidad) sea pública. En Uruguay se habla de universidad pública. Es pública, la gente no paga. Es un esfuerzo del Estado por mejorar el nivel de rendimiento en todos los planos ciudadanos", ejemplificó el reconocido director y dramaturgo chileno.
Refiriéndose a la situación nacional agregó: "La culpa naturalmente no es de las autoridades de la Universidad, la culpa es de haberse perdido y no reclamar realmente por una Universidad Pública de verdad, porque se cumplió un anhelo por el cual todos estábamos luchando, en mi tiempo al menos, con el slogan que era ‘universidad para todos': ese slogan no lo pudimos cumplir, pero lo cumplió la dictadura. La dictadura hizo una universidad para todos... para todos los que puedan pagar".
Así, sostuvo, "en este momento, los hijos más tontos de las familias con plata, que antes no podían entrar a la universidad (...) pueden estudiar. Y hay universidades que los sacan bien aunque sean los más tontos y los más ‘porros', porque tienen que financiarse".
El Premio Nacional de Artes de la Representación 2007 explicó coloquialmente que sucede algo similar con las grandes clínicas privadas: "De repente, operan gente que no necesita ser operada porque tienen que hacer la caja de fin de año. Y tienen que tener tantas camas llenas. A los que llegan con un poroto en la nariz los hospitalizan inmediatamente y les hacen ochenta mil exámenes. No es muy halagador el panorama, pero ése es el panorama, uno no se puede hacer el leso".
Propuesta de Nuevo Trato: "Fantástica"
Gustavo Meza dijo añorar la antigua universidad pública chilena, financiada íntegramente por el Estado: "Uno de mis orgullos más grandes, aparte del Premio, es ver que mi nombre está en una de las paredes, escrito con unas letras de oro, como Premio Nacional, en la Casa Central de la universidad. Soy invitado a distintas cosas, y canto ‘egresado, maestro, estudiante', con todo amor".
Por eso es que la propuesta de Nuevo Trato le parece "fantástica". Incluso considera que solicitar un 50% de aporte fiscal para el presupuesto anual de cada universidad estatal es poco: "Yo creo que debieran aprender cómo negocian los sindicatos de repente y ‘tirarse con el tejo pasado', para que ganen el 50%. Pero me parece que es lo menos que se puede dar a una universidad".
Para él, un incremento en el apoyo del Estado a sus Universidades resulta "absolutamente necesario". Y agregó al respecto: "Ni siquiera me planteo la palabra ‘posible'. Porque si no es posible, tiene que hacerlo posible. Además, ¿por qué fue posible entonces? ¿Dónde fue a parar esa plata que lo hacía posible? Uno nunca supo que la bancarrota la estaba causando la educación universitaria en este país, porque no es así".
El destacado director recordó el alto grado de progreso de aquellos países que tienen una universidad pública coherente y valoró que todavía hubiera inteligencia en las universidades que, a su juicio, la dictadura intentó arruinar "a mano armada".
En ese sentido, sostuvo que ha existido una pérdida de la memoria en las Universidades Estatales sobre lo ocurrido con académicos exonerados en aquella época, muchos de los cuales nunca fueron reincorporados a sus labores.
El Teatro en la Universidad Pública
El artista manifestó que el cultivo disciplinario del teatro en una verdadera Universidad Pública debiera "tener los pies sobre la tierra", con buenos profesores, una mirada definida acerca del arte en general y del teatro en particular, y apoyo hacia la población, sin depender de las modas mundiales.
Pensando en ello, criticó lo sucedido con el teatro chileno antes de 1973: "Cuando el teatro se puso obrerista, fue un error fundamental, una confusión muy grande. Alguien diría ‘un infantilismo revolucionario'. Pero eso es un error pasajero. La lección la aprendes", sostuvo.
Por otro lado, consideró que actualmente el arte ha quedado al arbitrio del mercado. "Hay ciertas ‘capillas', como son el Fondart o ciertos instrumentos que deberían perfeccionarse, que no son corruptos, como trata de presentarlos el señor Piñera, que dice que va a hacer un concurso para ver qué es lo que la gente piensa que debiera hacerse en la cultura. Yo creo que debiera hacerse un concurso de qué es lo que piensa la gente que debiera hacerse en el arte, si lo hace con la cultura. Es mucho más lógico lo otro", comentó.
Recordó asimismo que "el teatro se mantuvo durante la dictadura, lo mantuvimos los que nos quedamos en este país. Hicimos buen teatro. Nadie nos daba un peso de nada. Y lo hicimos porque, por último, el teatro más que una profesión es una enfermedad, es un contagio. Es un virus, una cuestión que uno no puede dejar de hacer. Y sin ningún heroísmo tampoco".
Mirada crítica
Gustavo Meza estima que la voluntad para mejorar la situación de las Universidades Estatales existe: "A mí no me cabe la menor duda que la Presidenta Michelle Bachelet, que estudió en una universidad verdaderamente nacional y pública, piensa igual como piensa uno. La traba está en que no la dejan pasar".
Así, dijo, actualmente sólo se permiten ciertas transformaciones en educación. Tal como en salud -agregó-, un área en que él considera que los cambios se hacen sin perjudicar a las clínicas particulares, "donde están los parientes de los señores -como decía Pinochet, ‘los señores políticos'- de la derecha, parientes de los que votan en el Congreso. Son los que tienen las universidades particulares, los que tienen las clínicas particulares", apuntó.
Entonces, señaló, "van a empezar a gritar que les están haciendo algo, como en la Reforma Agraria, que les van a quitar, y que van a funcionar mal, además, según ellos".
Por otro lado, Gustavo Meza criticó "esas tremendas fábricas de dinero en que se han transformado las universidades privadas, no sólo de dinero, sino que la tendencia es que se transformen en una fábrica de perpetuación a través de los dirigentes. Eso lo saben muy bien. Muy, muy bien".
Asimismo, entre las consecuencias para el país de que la educación pública se mantenga en el olvido, el director mencionó "la mediocridad, o que la gente se vaya a formar afuera, o que se privilegie -porque por último eso es privilegiar- la opción de las universidades particulares". De esta manera, advirtió, se consagraría la perpetuación en el poder de aquellos que "en cuanto dejaron de apuntarle con un arma a la gente, perdieron".
"Veinte años que llevan perdiendo. Entonces ya seguramente están pensando que no pueden dar otro Golpe, pero sí tendrán que hacerlo (perpetuarse en el poder) a través de la educación", aseguró.
En este sentido, indicó que si se les consulta ahora a los candidatos políticos si es necesario mejorar la educación pública, dirán que sí, pero no lo cumplirán: "Si en este momento se estuviera presentando Adolfo Hitler, y le vas a preguntar qué piensa de alguien que mata a los judíos solamente porque son judíos, te va a decir que piensa que es una persona horrible, asquerosa, horrorosa", ejemplificó, concluyendo que "en este minuto, nadie se juega a decir la verdad. Ni tontos".