"Me gustaría que niños y jóvenes tengan acceso a la mejor educación posible, en ambientes donde predominen la tolerancia, la libertad, la colaboración y la sana competencia". Ese es el sueño que Servet Martínez compartió al aproximarse a una definición de Educación Pública. "Algo difícil de realizar", expresó, dada la complejidad de escenarios que enfrentan las Casas de Estudios superiores en nuestro país.
Y es que para él el compromiso social -que se desprende de la formación universitaria- es un factor clave a la hora de entender la configuración de las bases de un sistema público, capaz de ofrecer oportunidades reales e integradoras "donde tengan acceso todos, puedan o no pagar".
En términos generales "la Educación Pública ha ido quedando restringida en el prejuicio de que es sólo para estudiantes que no pueden pagar, un juicio sumamente discriminador y que no ayuda a construir país". Por eso, puso el acento en que tal concepción impone "ghettos, en los que no pueden pagar quedan excluidos. Eso le hace un daño intolerable al país. Construir ghettos es incentivar el crecimiento de un Chile lleno de gente desconfiada, triste y huraña".
"La Educación Superior Pública debe ser un punto de encuentro para estudiar, jugar y solidarizar. Algo así como un espacio donde se junten estudiantes que representen la diversidad cultural, social y económica que hay en nuestra sociedad. Una instancia de aprendizaje en la que confluyan todos quienes puedan aportar su inteligencia y sus capacidades", advirtió.
En las Universidades del Estado, por tanto, "tienen que coincidir personas que quieran ser artistas, filósofos, financistas. En otras palabras, todas las inquietudes e intereses deben estar presentes. Y estas instituciones tienen que brindarles calidad y herramientas para que ellos, luego, puedan innovar".
Sobre su permanencia en la Universidad de Chile, el Profesor Martínez, sostuvo que "estoy aquí porque confío en que su misión es entregar educación en el mejor de los ambientes y con la mejor calidad. La Universidad debe seguir esforzándose en traer a los mejores estudiantes, de todos los sectores. A personas comprometidas y motivadas con las materias de su elección".
Nuevo Trato, potenciar vínculos
Respecto del financiamiento de la Universidad, el Premio Nacional dijo que "no cabe duda de que es insuficiente", por eso relevó el rol que actualmente cumplen fondos concursables. En esa línea, comentó que "tiene que haber un fuerte compromiso del Estado, especialmente en infraestructura y becas".
Ello conlleva también la generación de nuevos lazos, en los que la Universidad de Chile ofrezca a su dueño aún más soluciones y propuestas para su avance. "El Estado debería hacer escuchar su voz, orientando también líneas de acción en los que esta Casa de Estudios pueda participar activamente".
Profesionales entusiastas
"Un profesional de la Universidad de Chile -aseveró- tiene que ser alguien que comprenda su disciplina a cabalidad, que esté motivado a ir mas allá de lo que la disciplina le exige, a dar bastante de sí mismo a la comunidad. Sobre todo si estamos hablando de una Universidad que va a lograr establecer un trato preferencial de parte del Estado". Esto pues, "el egresado también debe consolidar un trato preferencial hacia la sociedad", concluyó.