Un buen comienzo de septiembre vivieron dos destacados académicos de esta Casa de Estudios. Con alegría y agradecimiento Carmen Luisa Letelier y Bernardino Bravo recibieron la noticia y acudieron este miércoles al Ministerio de Educación para reunirse con el jurado. A continuación UChile.online comparte sus impresiones.
Carmen Luisa Letelier
"Su excelencia como intérprete" y su destacada labor en el estudio y proyección de "la música antigua, clásico-romántica, contemporánea, internacional y nacional", fueron aspectos destacados por el Ministro de Educación Joaquín Lavín al informar que la académica Carmen Luisa Letelier fue elegida Premio Nacional de Artes Musicales 2010.
El jurado fue conformado también por el Rector Universidad de Chile Víctor Pérez Vera; Américo Giusti Muñoz, académico de la Escuela de Música de la Universidad de Talca, en representación del Consejo de Rectores; y Luis Merino Montero, en nombre de la Academia Chilena de Bellas Artes del Instituto de Chile.
El Ministro relevó la variedad de géneros que ha cultivado la cantante solista y profesora de canto del Departamento de Música de la Facultad de Artes, que van "desde el lied hasta la ópera", enfatizando "su aporte a la formación de jóvenes en la música y la amplia difusión de la música de creadores chilenos y latinoamericanos en el país y en el extranjero".
"No podría haber hecho otra cosa en mi vida"
La Profesora Carmen Luisa Letelier agradeció a los miembros del jurado por "su generosidad y por haber apreciado mi labor". También dedicó palabras de cariño a sus seres queridos y a quienes han sido sus maestros: "Vengo de una familia de músicos, así que para mí la música es un ambiente natural. No podría haber hecho otra cosa en mi vida. Quiero agradecer especialmente a mi maestra Elvira Savi y a mis alumnos, porque me han dado muchas satisfacciones".
"Creo que en Chile hay una fantástica cantidad de talentos -añadió- y he podido comprobarlo. Es cuestión de que tengan una buena guía, buenas posibilidades".
La Intérprete Superior con mención en Canto de la Universidad de Chile (título obtenido en 1979) explicó que se ha dedicado especialmente "a difundir la música chilena. He tenido el orgullo de cantar música chilena en muchas partes del mundo donde ha sido apreciada y descubierta, porque en realidad se conoce poco".
Afirmó que la Universidad de Chile es "un nicho de grandes artistas" tal como lo hacen otras escuelas. Sin embargo colocó el acento en que "es el núcleo más importante y más grande, porque es la más antigua del país". Por eso dijo que es necesario aumentar la discusión de lo que se hace en las aulas hacia la comunidad.
La Profesora Letelier comentó que de sus alumnos ha aprendido mucho, especialmente de "su entusiasmo y empeño. Muchos de ellos tienen dificultades y salen adelante. Otros tienen que hacer grandes esfuerzos porque la educación musical en los colegios es prácticamente nula y llegan a la Educación Superior con gran talento, pero prácticamente analfabeto musicalmente".
"A mí me emociona el talento. Es como un toque divino, algo que desde la docencia se debe encausar. No puedo dar recetas mágicas, pero mi obligación (como maestra) es desarrollar el maravilloso trabajo de descubrirlo". Y qué mejor que en una institución "que tiene peso" en esta materia.
Respecto de la difusión de música chilena en los medios de comunicación sostuvo que "tenemos la obligación de dar a conocer lo que es nuestra personalidad y qué mejor que con nuestra música. Nuestros creadores sacan el carácter chileno de su alma. Eso los chilenos lo tienen que conocer", a través de la radio y la televisión en pro del crecimiento cultural.
"Creo que dedicarse a la composición musical es muy valioso y muy valiente porque la difusión de la música chilena no es mucha, nadie vive de eso pero si la persona tiene talento y vocación no puede hacer otra cosa. La escritura de ópera, por ejemplo es muy incipiente, pero a la vez muy interesante".
Desde su perspectiva resulta indispensable que exista "un público informado, educado, culto, que pida contenidos de esta índole. Hay falta de conocimiento, si quienes hoy pagan 200 mil pesos por ir a un recital hubieran crecido oyendo otro tipo de música, pagarían también por acceder a otros géneros de su interés, pero si nunca han tenido ese acercamiento es difícil. Por eso yo digo que los jóvenes estudiantes de música tienen una vocación admirable, porque no tienen ninguna seguridad de que van a poder ser contratados".
Por ello, aseveró que los colegios "deberían enseñar música -de diversos tipos- para que los niños la sientan como algo necesario".
Su sello musical
El padre y el hermano de la académica Letelier son Premios Nacionales. Eso la llena de orgullo. Así también el legado que le dejaron referentes como la profesora de canto Lila Cerda y la folclorista Violeta Parra.
"Cuando era Profesora de Castellano entré a estudiar canto porque tenía problemas vocales", por lo que ambas la ayudaron mucho en la definición de la que finalmente sería su carrera. Incluso aún recuerda las palabras de Violeta "no vayas a impostar la voz, porque si no, no vas a poder cantar las cosas mías".
Además tiene algunas de sus creaciones "porque ella no sabía escribir música y me dijo: ‘apréndetelas porque a mí se me van a olvidar', así que algún día las cantaré", recordó contenta.
Bernardino Bravo Lira
El Ministro Joaquín Lavín explicó que la decisión del jurado consideró la "dilatada trayectoria académica e historiográfica en el campo histórico-jurídico" del Profesor Bernardino Bravo Lira, cuyos aportes "han recibido amplio reconocimiento nacional e internacional".
El jurado fue además integrado por Víctor Pérez Vera, Rector de la Universidad de Chile; Eduardo Cavieres Figueroa, último galardonado; Patricio Sanhueza Vivanco, Rector de la Universidad Playa Ancha; y Antonio Dougnac Rodríguez, Representante de la Academia Chilena de Historia del Instituto de Chile.
El ganador actualmente es Profesor Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Cursó sus estudios en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se licenció en Derecho en 1965, mismo año en que juró como abogado frente a la Corte Suprema.
Con simpatía agradeció al jurado "su acertada" decisión, muy contento "porque ha recaído por primera vez en un historiador del Derecho. Esta disciplina ha producido más de un tercio de la historiografía chilena de los últimos 30 años. Es una vigorosa disciplina que tiene su raíz en la Universidad de Chile, concretamente en la Escuela Chilena de Historia del Derecho".
Palabras de reconocimiento dirigió el Profesor del Departamento de Ciencias del Derecho a la figura del historiador Gonzalo Vial "quien debiera haber recibido el Premio en lugar mío o antes que yo".
En la Universidad de Chile "da gusto trabajar"
A su juicio la historia del derecho ha mostrado la unidad y la continuidad de la historia de Chile, más aún en la Universidad de Chile "una institución en la que da gusto trabajar porque todas las iniciativas encuentran un espacio, son comprendidas. Además se encuentra un eco muy grande en los alumnos".
"En la Facultad de Derecho -agregó- se da un mini clima en el que el cultivo del saber se diferencia del mero acopiar conocimiento recibido desde afuera y cada cual va formando su propia cultura".
Comenzó su carrera como ayudante de Historia Medieval, continuando como Profesor en la Universidad de Chile por más de 30 años. Sus investigaciones le llevaron a trabajar en Alemania, Austria, entre otros países. Su más reciente obra es Constitución y Reconstitución. Historia del Estado en Iberoamérica 1511-2009.
En la ocasión el Decano de la Facultad de Derecho, Roberto Nahum, sostuvo que este galardón "es una gran satisfacción para la Escuela de Derecho porque el Profesor Bernardino Bravo ha dedicado los últimos 30 años de trabajo constante en el tema historiográfico, especialmente en la vertiente Historia del Derecho".