La obesidad vino a reemplazar -como problema de salud pública- a la desnutrición que aquejaba a nuestro país hace tan sólo algunas décadas. Cumpliendo la misión universitaria de atender los temas que afectan al país, el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la U. de Chile no sólo viene observando este asunto hace más de una década, sino que ha venido desarrollando desde entonces un trabajo sistemático para ofrecer respuestas y soluciones a esta epidemia, elaborando un completo Programa de Intervención Escolar contra la Obesidad, el cual abarca planes de alimentación, educación en nutrición y actividad física.
Por ello, cuando se dan a conocer los resultados del primer Simce de actividad física -aplicado el año pasado a 13.585 estudiantes de octavo básico- este Instituto fue inmediatamente convocado para apoyar la labor del Ministerio de Educación para optimizar estas clases, a través de un portafolio de actividad física.
Más horas, pero también más tiempo efectivo
Esta herramienta -elaborada por académicos del INTA en base a un trabajo fundamentalmente práctico- consta de 38 fichas de clases para cada curso de primero a cuarto básico, sumando un total de 152 fichas donde se indica exactamente lo que hay que hacer, con un dibujo y una explicación. Este material apunta a optimizar el tiempo de clases, incrementar el gasto energético, favorecer la frecuencia de participación, evaluar toda actividad, generar mayor gasto energético, promover espacios y materiales, intencionar las actividades, entre otros.
En esta línea va dirigida una de las medidas anunciadas por el Ministro de Educación para enfrentar los resultados arrojados por la prueba Simce. A esto se suman planteamientos como distribuir las dos horas de clases en la semana, modificar el menú de los niños e incorporar contenidos educativos para una vida saludable en la clase de Cs. Naturales, de acuerdo con lo anunciado por la entidad de Gobierno este 9 de marzo.
El académico del INTA y experto en el área, Dr. Fernando Vio, opina que todo lo planteado por el Ministro de Educación "va en la dirección correcta", pero anuncia que es insuficiente, porque "es fundamental incrementar de dos a cuatro horas las clases de educación física, algo que aún no se hace".
El origen del Portafolio de actividad física
En un primer proyecto llevado a cabo en Casablanca entre los años 2002 y 2004, los profesionales del INTA calcularon exactamente lo que se movían los niños durante sus clases de educación física, con el método SOFIT (System for Observing Fitness Instruction Time). En este caso, las dos horas de clases se unían en una clase de 90 minutos: "en entrar y salir, la clase se reducía a 75 minutos, pero se comprobó que de ese tiempo los niños se movían 20 minutos, el resto del tiempo estaban parados en una fila, por ejemplo, esperando hacer ejercicio". Esta situación se comprobó después en todas las escuelas con las que el INTA siguió trabajando.
"En el segundo gran proyecto que emprendimos, en escuelas de la comuna de Macul (intervenidas durante cuatro años), diseñamos un portafolio con láminas para cada una de las clases que se hacen entre primero y cuarto básico, con propuestas para clases de 35 minutos y de 90 minutos. En ese portafolio se indica lo que se debe hacer cada diez minutos". Este material fue puesto de inmediato a disposición del Ministerio de Educación, pues los estudios indican que el modelo es replicable.
"Nosotros siempre hemos estado planteando políticas públicas respecto a la obesidad", dice el Prof. Vio, quien explica que, junto con reiterar la necesidad de educar a los escolares en alimentación y nutrición, "una de las políticas que hemos planteado en forma sistemática desde hace diez años es que se aumenten de dos a cuatro las horas de educación física en las escuelas, que se separen las clases, que se optimicen para que los niños se muevan más; que ojalá se contraten más profesores de educación física para las escuelas, porque las clases de primero a cuarto básico las hacen profesores generalistas; y además dotar a las escuelas de patios con techos donde se puedan hacer las clases durante todo el año, y de implementos para hacer actividad física" .
Inequidad socioeconómica y de género
Los estudios llevados a cabo por el INTA precisaban que las mujeres de Nivel Socioeconómico (NSE) bajo son más sedentarias que las mujeres de nivel socioeconómico medio o alto. La novedad en esta medición SIMCE es que hoy no habría mayor diferencia entre el NSE medio y bajo, sino que la diferencia se da con el NSE alto. "Las escuelas privadas tienen un buen nivel de actividad física, en cambio, las subvencionadas y municipales (92% de las escuelas del país) no".
El sedentarismo y la obesidad son mucho más altos en el NSE bajo, y además son más altos en las mujeres. "Hay una doble inequidad: por NSE y por sexo". Los factores que explican estas diferencias por NSE son muy claros -explica el Dr. Vio- pues existen menores posibilidades de hacer educación física: las escuelas municipales y muchas subvencionadas particulares no tienen los elementos, los espacios ni los profesores adecuados para hacer educación física, que sí tienen los establecimientos particulares". A esto se agrega un tema de ecuación en nutrición: "Los padres -en el NSE bajo y medio- no le dan mayor importancia a la clase de educación física, ni a la actividad física, pues no es considerado un elemento importante para la educación de sus hijos, por eso no los incentivan en este sentido".
Detrás de la diferencia de género se esconde -argumenta el académico del INTA- un tema cultural. "Por ejemplo, en los colegios mixtos, los patios están ocupados por los hombres jugando fútbol y las mujeres arrinconadas en los costados. La participación de las mujeres en los deportes es bastante minoritaria comparada con los hombres, lo cual está mejorando, pero aún falta mucho para acabar con este problema".
Hábitos de alimentación saludable como un tema fundamental
El Dr. Vio destaca la medida planteada por el Ministro de incorporar los temas de alimentación y nutrición en el currículum: "Nosotros estamos luchando desde hace muchos años (2002) por que se incorpore en el curriculum estos temas y eso se puede hacer a través de todos los ramos. Para eso hemos trabajado en las escuelas y hemos desarrollado material educativo. El último es el manual Qué rico es comer sano, donde están los mensajes de la Guía Alimentaria Chilena expresados de forma sencilla para que los profesores lo puedan utilizar en los cursos básicos. Este es un manual ya aprobado con toda la metodología de respaldo y la validación de respaldo del INTA.
En cuanto a la alimentación que entrega la JUNAEB, el año 2009 un comité de expertos, en el cual participaron cuatro académicos del INTA, hizo las recomendaciones necesarias para mejorar la dieta que entrega la Junta. "Eso no se ha implementado porque no ha habido licitaciones, pero esperamos que las recomendaciones se implementen". Algunas de ellas son aumentar las actuales ocho veces al mes de ensalada y las seis de frutas frescas, etc.", detalló el Dr. Vio.
Pero el académico enfatiza que la alimentación de la JUNAEB sólo cubre 2 millones 200 mil niños, que es aproximadamente la mitad de la población escolar, con desayuno y almuerzo (aproximadamente la mitad de las calorías que necesita el niño en el día) y sólo durante 190 días del año, "por lo tanto uno no puede atribuirle a la dieta de la JUNAEB el problema del sobrepeso y de la obesidad. Hay que tener una educación saludable en las escuelas, hay que mejorarlo, pero lo fundamental es crear hábitos de alimentación saludable en los niños".
En vista de todo el conocimiento y la experiencia acumulada durante estos años por el equipo académico del INTA, el Dr. Vio manifestó la constante disponibilidad de esta Unidad Académica de continuar apoyando en el objetivo de disminuir la obesidad infantil.