Como siempre la partida desde la emblemática plaza Italia, representativa y generosa en sus ejes que acogen a quien desee participar en la actividad de protesta. Marchamos hacia el ministerio exhibiendo nuestras demandas bajo una gloriosa bandera chilena que flameaba al ritmo de los cánticos y consignas, junto al compás de tambores, bailes y rostros pintados. Un verdadero carnaval que ha demostrado la capacidad creativa e innovadora de nuestros estudiantes, quienes durante todas estas semanas han desarrollado en silencio y de manera organizada, demostrando al país y al mundo entero, que hoy existe una nueva forma de protestar. Pero al parecer el foco se ha extraviado. Los medios de comunicación, particularmente Televisión Nacional, se empeña en exhibir imágenes aisladas del resultado de las marchas que en ningún caso son el reflejo de lo que realmente sucede en la calle. Periodistas apoltronados frente a sus cámaras en un set de televisión, que no salen a la calle si no es por batallas extranjeras, comentan desenvueltamente situaciones que están lejos de la verdad. Hoy carabineros respondió nuevamente de una manera desmedida, sin criterio y con una violencia a luces de quien estaba a su alrededor. Montados en sus hid algos caballos correteaban a la gente cual ovejas, asustando y amedrentando a niños y personas mayores sin control, recordando los desorbitados ojos rojos que nos acostumbramos a mirar en las represiones del pasado. Es curioso que hoy sin autorización de marcha los carabineros hayan sido quienes tiraran la primera piedra, en este caso el primer lagrimaso o chorro de agua. Tal vez nuestro querido alcalde o intendente en una acción de orgullo herido haya manifestado sin querer, sin autoridad, el accionar de las fuerzas especiales que deambulaban a diestra y siniestra por las calles del centro con una actitud de "chorito de las pampas" forrados en trajes especiales, botas de acero, carros lanza aguas y los zorrillos de payaso que cual Hammer iban rompiendo con todo. Tanta preocupación por quienes serán los responsables, podríamos enviar miles y miles de fotos, videos y testimonios de cómo son las propias fuerzas armadas quienes destruyen los parques, veredas, señaléticas y demases, amenos que quienes estábamos en la calle fuéramos clones de un terminator, no habían más armas destructoras y represoras que las suyas. Cierto es que hay grupos que se levantan de manera violenta y agresiva aprovechando esta instancia ciudadana para manifestar su angustia, represión y muchas veces olvido. Pero es obligación del gobierno velar por las mayorías y hacerse cargo de las minorías.
Es una vergüenza para nuestro Chile contar con personal tan capacitado para ciertas cosas y tan descriteriado para otras. Como le hablo del respeto a la autoridad, del cariño al carabinero, a la pequeña de no más de 5 años que estaba a mi lado estampada contra una vitrina y quien cubierta como guerrillera, debía escapar entre las patas de los caballos y las bombas lacrimónegas que los "tíos carabineros" estaban haciendo su pega?
Simplemente el foco se ha extraviado, entre pechos de siliconas con mas o menos centímetros cúbicos, un balón que corre detrás de la cordillera y un Manual de Carreño al estilo La Polar que es el reflejo del actuar de muchos, que es el reflejo de lo que somos, la pregunta es hasta cuando?
Paola de la Sotta Lazzerini
Directora de Extensión, Mujer, madre y Académica
Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Universidad de Chile