Dejar espacio al aire es el nombre de la obra con que Natalia Urnía quedó seleccionada en el Salón Arte Textil Reciclaje de la VI Bienal Internacional de Arte Textil Contemporáneo, una propuesta conformada por una selección de las piezas que presentó en el marco de su proyecto de título y que consistió en una serie de prendas de vestir que fueron intervenidas por esta artista a través del deshilado. "Me interesa el silencio, los espacios en blanco y todo lo que pueda desprenderse desde el vacío. Por eso es que cuando supe que la VI Bienal de Arte Textil Contemporáneo tenía como tema el 'aire', que es el más invisible de los cinco elementos, inmediatamente pensé que la obra que había hecho para titularme tenía que estar presente, porque es un trabajo que, a través del deshilado, efectivamente deja espacio al aire", explica Natalia Urnía.
Esta joven artista formada en la Universidad de Chile y ayudante del Taller de Volumen y del Taller de Arte Textil, envió esta obra "con cero aspiraciones de obtener algún premio", dice, y de paso también postuló a la Ventanilla Abierta de Fondart para ver la posibilidad de viajar a Oaxaca, una de las tres ciudades mexicanas que fueron sede de esta versión de la Bienal. Para ella, ir a México implicaba "saber en qué estaba el arte textil y cuáles eran las plazas en las que se estaban trabajando, porque si World Textile Art, la entidad que organiza esta Bienal, había elegido a México como sede, tenía que ser porque el arte textil estaba vigente allí. Y así fue", señala Natalia Urnía, agregando que el porcentaje de indígenas que viven en ese lugar permite "encontrarse con personas que trabajan con técnicas tradicionales y muy antiguas en el día de hoy".
Ella ya había ganado el Fondart cuando supo que su obra había obtenido el segundo lugar en el Salón Arte Textil Reciclaje, espacio en el que fueron seleccionados cincuenta y siete artistas provenientes de México, Serbia, Uruguay, Alemania, Francia, Estados Unidos, Venezuela, Taiwán, España, Costa Rica, Argentina, Chile, Uruguay, Finlandia, Hungría, Colombia, Canadá, Polonia y Japón, entre otros países. "Como te contaba, mi idea de postular a Fondart para viajar a México tenía con que ver con estar en una Bienal Internacional en la que se exhiben obras que pertenecen a la disciplina en lo que yo trabajo. Y la verdad es que jamás esperé un premio. De hecho, me enteré del segundo lugar por mi madre, quien en un diario electrónico mexicano supo que mi obra había obtenido este reconocimiento", cuenta Natalia Urnía.
Hablabas de una tradición muy fuerte en lo que se refiere al arte textil en Oaxaca. En ese sentido, ¿cómo dialoga esa tradición con el arte textil contemporáneo que trajo a escena esta Bienal?
El arte textil contemporáneo era sólo la Bienal y las actividades que giraban en torno a ésta, y la excepción era una muestra que se presentaba en el Museo de Arte Textil de Oaxaca, donde abrieron una sala a una artista contemporánea textil. Pero tanto en esa ciudad como en ese Museo dan prioridad a las tradiciones, es decir, a preservar, exponer y dar espacio a la tradición textil. Sin embargo, la encargada del Museo de Arte Textil de Oaxaca me explicó que los artistas que exponían allí eran personas que unían lo tradicional con lo contemporáneo, porque lo que a ellos les interesaba era recalcar cierta fusión y potenciar la retroalimentación.
En el Salón Arte Textil Reciclaje, en tanto, lo que más me impresionó fue que los artistas trabajaron sus propuestas a partir de la cotidianidad, utilizando elementos reconocibles para construir sus obras, entonces, tuve la sensación de que todos acudían a su mundo más cercano para poder realizar sus propuestas. Por lo mismo era el Salón Arte Textil Reciclaje.
¿Cómo crees tú que se insertaba tu obra en este Salón?
Es difícil hablar de la propia obra, pero sentí que era una visión consistente, una propuesta clara y representativa de la exposición. De hecho, salió en la portada del diario para invitar a la sala, porque finalmente era una obra que plasmaba visualmente la idea de aire y reciclaje. Es que cuando yo creé esta obra, la idea era detener la producción porque uno siempre está haciendo. Entonces, tomé elementos ya construidos para hacer una obra a partir de la detención, el retroceso y de dejarle espacio al vacío, en definitiva, ver qué es lo que pasa cuando las manos se ponen al servicio de la acción inversa.
¿Qué implicancias ha tenido para ti obtener el segundo lugar?
Creo que si hubiese sido una más de las expositoras, no habría tenido tanto impacto para mí. Esto te abre puertas para futuros proyectos, como es la posibilidad de hacer un taller en el Centro de las Artes de San Agustín, que fue el espacio en el que se exhibieron las obras seleccionadas en el Salón Arte Textil Reciclaje. Sin embargo, creo que la retribución más grande fue haber dado a conocer mi trabajo fuera de Chile, sobre todo en el contexto en que yo me muevo. De hecho, allá me encontré con un artista mexicano muy conocido, que se llama Francisco Toledo, y cuando me presenté, él me dijo: "tú eres la chilena, la que hace deshilado". Entonces, que el artista más conocido de allá me reconozca y sepa lo que hago era algo que no me había pasado nunca. Y la sala, la preocupación por las obras, la infraestructura y los espacios destinados al arte eran impresionantes, un apoyo a la difusión del arte textil que no he sentido en Chile. De hecho, aquí todavía no se conoce la Bienal Internacional de Arte Textil Contemporáneo.
¿Tienes pensado ir a México a hacer ese taller?
Eso espero. Y aunque la idea es enseñar una técnica que ellos no manejen, a mí me gustaría hacer un taller de arte textil contemporáneo. Es decir, reflexionar sobre qué es trabajar como artista textil contemporánea, qué es crear como artista textil contemporáneo, porque eso no sólo requiere técnicas tradicionales, es una visión, una manera de reflexionar en las artes visuales.
¿Y qué es para ti crear como artista textil contemporánea?
Es trabajar y no dejar jamás de lado la manualidad, que la idea no vaya sobre lo manual porque tú puedes tener una idea, pero si no la concretas con tus propias manos no es arte textil. Por eso es que, para mí, ser artista textil es ser dueño de la idea y ejecutarla. Creo que el artista textil tiene la necesidad de trabajar con las manos y de dedicarle tiempo a la obra, de tener una complicidad con ella. También la serialidad y la repetición, y es esto lo que te lleva al vacío porque es como una meditación visual. Eso es para mí el arte textil.
Como retribución al Fondart, Natalia Urnía realizará una charla en la que se referirá a su experiencia en esta Bienal así como a la importancia que el arte textil tiene en Oaxaca, destacando las propuestas artísticas que formaron parte de la exposición. La fecha de esta charla se dará a conocer oportunamente por este medio.