Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Titulación de la Carrera de Fonoaudiología.
Esta ceremonia siempre pone el acento en que nos despedimos de la Universidad y muchas veces, también en los viejos tiempos se acostumbraba a cantar la canción del adiós, porque era esta ceremonia el término de lo que había ocurrido durante muchos años y de aquí comenzaba una vida distinta, nueva, mucha veces prometedora y esta parte quedaba esencialmente en el recuerdo. Pero yo quiero decirles que eso no es así. Y no es así por dos razones fundamentales, en primer lugar, porque de una institución universitaria como ésta nunca nadie se va. Es así como los hijos cuando dejan el hogar, en realidad no se van nunca del hogar, puede que estén viviendo en otra parte, puede que tengan una pareja o un matrimonio, en algún u otro lugar, pero del hogar nunca se va un hijo, está siempre ahí, porque está el cariño, porque está la presencia, el afecto que se ha desarrollado por años de pertenencia y lo mismo es en una institución universitaria verdadera.
Es cierto, hoy día hay muchas instituciones universitarias, en las cuales predomina más bien el concepto de cliente y eso sí, los clientes pasan por ahí y después se van porque no se logra en esta relación de proveedor a cliente una relación emocional, una relación de cariño, una relación de pertenencia, de cercanía entre quienes fueron sus profesores y quienes fueron ustedes sus alumnos y alumnas. De manera que no se van, permanecen con nosotros.
Estas ceremonias en este Salón de Honor tienen lugar desde hace muchos años y muchas carreras, son miles los que han pasado por aquí, como ustedes, escuchando al Rector, probablemente a otros Rectores también con el diploma en la mano, pero con la seguridad de que ese diploma en la mano y los pies de ustedes en la calle dejan siempre aquí lo más importante que es vuestro corazón.
Pero una segunda razón es que hoy día las cosas han cambiado fundamentalmente en relación a la formación profesional, al desarrollo de competencias. Las cosas están cambiando, quizás a un nivel tan dramático como que ya lo que aprendieron en la escuela hoy ya cambió, hoy es distinto, hoy ustedes necesitan miradas diversas, información distinta a aquella que adquirieron en la escuela y, por lo tanto, van a tener que volver. Van a tener que volver, espero que no con tanto café ni tanto tabaco, pero van a tener que volver a estudiar con nosotros porque ustedes traerán nuevas preguntas que para nosotros son muy importantes, porque eso nos obliga a tener respuestas y, entonces, cuando ustedes vuelvan nos van a ayudar a seguir construyendo lo que es la Universidad de Chile, una fábrica gloriosa de conocimiento para el desarrollo del país.
De manera que no se van, de manera que este es un punto intermedio en la marcha de ustedes, en su desarrollo como personas, como profesionales y en este punto intermedio, en esta inflexión en el camino lo que queremos hacer es simplemente decirles felicitaciones. Pasar por la valla de la Universidad de Chile no es fácil. Ustedes estuvieron entre el cuatro y el cinco por ciento mejor de la generación de ustedes, cuando postularon a la Universidad y después han pasado exitosamente por la Universidad, que como ustedes bien saben no es fácil, por lo tanto, han pasado barreras importantes y barreras que no han sido bajas y, por lo tanto, los felicitamos, porque sabemos que están preparados para tener éxito, para que les vaya bien en la vida y esperamos haberlos formado bien como profesionales, pero sobre todo haber ayudado en la formación de ustedes como personas, eso todavía es más importante.
Pero se llevan tres tareas que son importantes y que no las olviden. La primera, ustedes deben ser siempre los más competentes, los mejores, ustedes están preparados no para ser profesionales así del montón. Hoy hay tantos con papeles como esos, pero ustedes tienen que ser los mejores. Ustedes están preparados para ser líderes y formamos líderes en todas las profesiones. Nosotros formamos a los que dirigen; otros forman a los que dirigimos. No se olviden de eso, es muy importante ser siempre los mejores, ser los más competentes, los más eficaces porque tenemos más capacidades, más competencias para responder a las demandas del que sufre en el caso de las profesiones de la salud.
Y la segunda tarea, no se olviden nunca de que también es importante el espíritu de servicio público. Yo sé que hoy salimos de la Universidad y tenemos la responsabilidad de ganar allá afuera un ingreso y muchos pacientes de ustedes serán los clientes de ustedes, pero es muy importante que siempre al final del día haya un espacio también para el espíritu de solidaridad con los demás, para el espíritu de colaborar con las personas, para servir a las personas. Eso es lo que hace un gran profesional. No es un gran profesional solamente el que acumula más boletas y el que tiene más ingreso y que puede mostrar más el fruto de ese ingreso, es también un gran profesional aquel que es admirado y querido porque es un ser humano. Ustedes deben ser todos los días un ser humano, tanto y como son buenos profesionales.
Y la tercera tarea, ustedes han egresado de esta Universidad que es la mejor Universidad del país y va a seguir siendo siempre la mejor Universidad del país y, por lo tanto, ustedes tienen como tarea y como responsabilidad querer a esta Universidad, defender a esta Universidad y sentirse, igual que todos nosotros, que aquí han venido a aprender, pero también a teñir su corazón de azul y eso es muy importante en la vida, no se les olvide nunca. Que tengan mucha suerte, gracias.