Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración del VIII "Simposio Internacional de Psiquiatría".
(Transcripción)
Quiero darles a nombre de la Universidad la bienvenida a esta reunión que es importante por varias razones. Una de ellas es que se hace en asociación con dos importantes universidades, la de Pittsburgh y Yale, que con esta última nos une una serie de vinculaciones. Solamente hace un año firmamos un convenio de colaboración para nuestros programas de trabajo en astronomía y nuestros astrónomos visitan Yale, y ellos a su vez nos visitan a nosotros, en un trabajo que a resultado extraordinariamente productivo. Nos hemos adentrado también en el campo de la geología conjuntamente, dado el interés que despierta Yale en nuestras montañas, pero también el interés que despierta para nosotros los avances tecnológicos que Yale ha permitido profundizar en una serie de materias que son importantes para nuestros estudios en minería. Lo hay también en economía y administración, donde por lo demás tengo el honor de tener varios amigos, incluyendo al propio Presidente de la Universidad de Yale, antiguo colega, economista de años atrás, con quien tuve la oportunidad de trabajar en Washington.
De manera que las vinculaciones con esta Universidad son fecundas, hace sólo un mes el Decano de la Facultad de Medicina de nuestra Universidad visitó Yale para darle forma a un programa de colaboración en cuestiones de biología molecular. Por lo tanto es muy grato para nosotros como Institución que esta sea también una expresión de la colaboración con las principales universidades extranjeras. Nuestra Universidad debe tener un rol de liderazgo en estas materias, creo que ejercemos ese rol de liderazgo en todos los campos, por tanto nos sentimos muy gratos de que este seminario tenga lugar aquí en Santiago con tan distinguidos pares. Pero al mismo tiempo quería decir también la importancia que tiene el tema que se aborda en este seminario. No soy médico ni sicólogo pero soy educador, tengo el honor de haber sido educador desde una humilde escuela básica cuando estudiaba en el Instituto Pedagógico hasta profesor de los programas de doctorado de nuestra Universidad. He sido por lo tanto profesor de muchos niños, adolescentes y jóvenes ya mayores y puedo dar fe absoluta del enorme impacto que tienen en ellos los desequilibrios mentales y emocionales en la conducta y el aprendizaje y veo con preocupación, ya que como Rector de la Universidad, tengo hoy día que resolver muchos problemas de jóvenes que han tenido fracasos, que están siendo eliminados, que tienen situaciones de conflicto con sus programas, veo con preocupación como estos problemas han ido creciendo con el tiempo, parece ser que algo sucede con nuestros niños y jóvenes que están siendo cada vez más víctimas de estos fenómenos que no sé si son estrictamente fisiológicos o se deben más al medio ambiente que pobremente les damos para su desarrollo humano. Creo que es un tema de profunda importancia en Chile hoy día cuando observamos la decadencia de nuestra educación en general, cuando observamos la mediocridad de los logros en general. Ahí están todas las pruebas, los Simces, los Tims, la P.A.A., todas muestran los profundos problemas que tenemos en rendimiento y de aprendizaje efectivo... y para que decir en la formación valórica de nuestros niños y jóvenes. O sea, que aquí hay un problema central y este es un problema tan importante que no puede ser solamente una cuestión que preocupe a los educadores, es una cuestión que debe preocupar a los siquiatras naturalmente y a los sicólogos, este no es un problema que debiera preocupar centralmente a los economistas, aquí hay un problema de cómo poder manejar para un país como este, políticas que propendan a disminuir la incidencia de estos problemas y mejoren la productividad de la educación en un país que tiene 50% de analfabetos funcionales... por favor, y decimos que vamos a lograr el salto del desarrollo económico en algunos años.
Por eso a esta reunión cuando el Dr. Grau tuvo la gentileza de invitarme, le asigné una enorme importancia, porque quería decirles esto, que desde esta Casa y desde quien es su Rector que es un educador, vemos con profunda preocupación lo que sucede hoy día con las mentes de nuestros niños y de nuestros jóvenes y vemos todavía con mayor preocupación el hecho de que parece ser de que estos problemas todavía inciden más fuertemente en aquellos niños y jóvenes que son más desaventajados del punto de vista social y económico. Entonces creo que hay preguntas que ustedes abordan, pero que sería tan importante de que esas preguntas y de esas respuestas que ustedes proporcionan vayan al sector de la educación chilena. Ha habido una dislocación tradicional, no sé por qué, entre lo que resulta de la ciencia que ustedes hacen y lo que se hace en la aplicación educacional que nosotros ejercemos en las escuelas. Considero que debe haber una mayor vinculación entre los educadores y ustedes, pero sostengo en definitiva que lo que aquí se discuta, que lo que aquí se proponga, que las teorías que se elaboren sean muy importantes para poder tener, no sólo ese salto que ambicionamos como país y poder hacer mejor nuestra vida material, sino que dar el salto más importante: el poder darle más calidad a nuestra vida como personas y entregarle oportunidades a nuestros jóvenes, no sólo porque lo hagan mejor mañana en el mercado, sino que mejores oportunidades a nuestros jóvenes para que sean personas íntegras, equilibradas, aportes reales a nuestra sociedad plenamente realizable. Ese es el mundo de oportunidades que tenemos que abrirles y que tenemos que trabajar juntos todos, médicos, economistas, educadores. Esta es una gran dirección y por lo tanto una dirección en la que tenemos todos que sumar, es por eso que este simposio es y debe ser un aporte importante a esa suma de ideas, de preocupaciones y de propuestas que tanto necesitamos para Chile.
Muchas gracias y bienvenidos a todos ustedes.