Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en ceremonia Premio a la Excelencia 2004. Preuniversitario Pedro de Valdivia.
Quisiera, primero que nada, agradecer este homenaje indebido porque lo que todos tenemos que hacer es cumplir con el deber de hacer bien las tareas que a uno le encomiendan. A mí la comunidad académica me ha encomendado ser Rector de la Universidad de Chile, ser vicepresidente del Consejo de Rectores, y por lo tanto, ser una persona responsable respecto a lo que necesitamos hacer en educación en el país, creo que muchos de nosotros en el mundo universitario estamos seriamente preocupados respecto a la educación que están obteniendo nuestros niños y jóvenes y por lo tanto, respecto del futuro que es capaz de verdad de edificar nuestro país.
Veo que eso hay que corregirlo, y agradezco este homenaje, pero creo que esta es una responsabilidad, una tarea, que trataremos de cumplir y este medio universitario que hace un aporte importante al desarrollo de la educación superior. Es un preuniversitario que, pocos lo saben, tuvo su origen en la década del 70, en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. Donde estudiantes todavía, soñadores y esperanzados, empezaron a crear un sistema de entrenamiento y preparación para la Prueba de Aptitud Académica, basada todavía en la escasa tecnología disponible, reproduciendo preguntas en mimeógrafo, pero teniendo ese mismo corazón, ese mismo dinamismo, esa misma voluntad, que han mostrado en más de 25 años de vida. Y creo que es un trabajo importante el que hacen, no solo porque entregan un buen entrenamiento, una buena capacitación, para que los alumnos puedan enfrentar más exitosamente las pruebas de selección universitaria, sino porque también el preuniversitario es capaz de atraer a buenos alumnos.
Sería mucho más difícil si el preuniversitario no atrajese a buenos alumnos que pudiese producir lo que hoy día estamos viendo aquí, más de la mitad de los puntajes nacionales que hoy día son homenajeados, de manera que recibir del preuniversitario esta distinción para mí es un honor, a pesar, como he dicho, de lo inmerecido.
Y a ustedes jóvenes que son el objeto de este acto, me gustaría simplemente enfatizar lo grato que es estar aquí donde se premia la excelencia, desgraciadamente para muchos, pero felizmente para otros. El mundo académico necesita destacar la excelencia, así como nosotros los académicos estamos dispuestos cada dos años a llevar nuestros curriculum, para que otros examinen y vean cuales son nuestros potenciales, las debilidades de nuestros trabajos y por lo tanto, se nos premie o se nos castigue con las distinciones académicas que correspondan, así también es muy importante premiar a los estudiantes que lo han hecho bien porque es muy importante dar la señal de que eso importa. Creo que uno de los problemas en la educación en Chile hoy es que eso importa poco y queremos hacer que importe mucho, a los buenos alumnos en la Universidad también se les premia, se les trata de premiar muy bien, porque hay que hacer la diferencia. Y ustedes, jóvenes, están recibiendo este homenaje porque ustedes han hecho la diferencia, han pasado por una etapa dura, una etapa de entrenamiento, una etapa sobre el cual el preuniversitario les ha hecho un aporte que les ha permitido probablemente mejorar su rendimiento, pero el esfuerzo de ustedes ha sido un esfuerzo de al menos 12 años y hoy día llegan a la universidad, pero sólo a comenzar otra etapa y otro reto difícil.
Menos difícil probablemente para ustedes, porque ustedes ya son probados, y por eso es tan bueno recibir puntajes nacionales en las universidades, porque son gente probadas en el esfuerzo, en el trabajo, en el desarrollo de su inteligencia aplicada al conocimiento, pero ustedes entran a universidades que todos los días están enfrentando retos distintos en esta sociedad en que el conocimiento sé esta duplicando a una velocidad que jamás habríamos podido predecir hace diez años atrás. Hoy ustedes van a tener que enfrentarse a una realidad en que aprender a aprender es mucho más importante que aprender formulas mecánicas que puedan durar toda la vida. Hoy día ustedes se enfrentan a una universidad de la cual van a salir no sólo al mundo del trabajo, sino que van a salir para volver muchas veces a la universidad con nuevas preguntas y nuevos problemas.
La sociedad del conocimiento no es sólo un titular; la sociedad del conocimiento es un hecho, en el cual ya estamos y debemos enfrentarlo y ustedes en las universidades nos van a ayudar a eso, porque un buen alumno en la universidad es aquel que lleva buenas preguntas, porque esas preguntas desafían a los profesores y ustedes tienen que desafiar a sus profesores todos los días. Oblíguenlos a que contesten las preguntas que ustedes tienen, porque eso permite que progrese la universidad y eso permite que ustedes sean parte no sólo nominal de una comunidad, sino que sean parte real de un desarrollo académico. Entran ahora a un cuerpo en movimiento; la universidad está cambiando por ustedes. Seguro que van a tener gran éxito en ello, a muchos probablemente los voy a ver cuando se gradúen como profesionales, a muchos otros probablemente también cuando terminen sus programas de magíster y doctorado, y a muchos de ustedes los vea probablemente como académicos jóvenes. Cualquier sea su destino sé que lo harán brillantemente, porque ya se han probado y por eso los felicito, que tengan gran éxito, que les vaya bien, que tengan lindo día en la universidad y en su futuro, muchas gracias.