Discurso del Prof. Luis A. Riveros, en Ceremonia de Premiación de las iniciativas aprobadas en el Concurso de Incentivo de Patentamiento del Programa Bicentenario en Ciencia y Tecnología

Primero que nada, quiero felicitar a nuestros académicos que han obtenido este logro, que más que nada es una puerta que se abre para una nueva estrategia, para la profundización en lo que hacemos en materia de patentamiento, de comercialización, pero sobre todo de vinculación con la actividad productiva.

Yo creo que no todo es gris; cuando uno mira hacia atrás las políticas de investigación que prevalecen en el país, ciertamente estamos subinvirtiendo, de eso no cabe duda, pero es una cosa que hoy día se empieza a corregir con este nuevo programa de innovación para la competitividad.

Es cierto que también estamos bajos en los estándares debidos en materia de formación de nuevos científicos; creo, como dicen los economistas, que los precios relativos de la formación de nuevos científicos han caído y eso es necesario recomponerlo, porque la proporción de científicos en relación a la población, desmerece lo que, por el contrario, este país ha podido lograr en materia de resultados económicos, por ejemplo. Es tremendamente ingrato ver que en el último ránking mundial de competitividad, el país está en el número uno en entorno macroeconómico, y está entre los diez primeros lugares del mundo en materias de crecimiento y de estabilidad económica, pero estamos en el orden de los cuarenta en materias como innovación y educación superior. O sea, Chile es como dos países, y evidentemente ese es un escenario poco grato, que creo que empieza a corregirse en la medida que este fondo, esta nueva política, este Consejo Nacional que se crea, sean exitosos, en términos de instaurar incentivos adecuados para el correcto financiamiento de la investigación.

Pero, como he dicho, yo creo que no todo es gris, creo que se abren algunas puertas que señalan las luces hacia el futuro, pero también mirando hacia el pasado, el índice de publicaciones por académicos que prevalece en Chile, publicaciones por científico, nos deja un nivel bastante aceptable, bastante satisfactorio, respecto de los otros países, que tienen más o menos nuestro nivel de desarrollo. Pero creo, como he dicho, que hay otros indicadores que no nos favorecen y esos son donde tenemos que apuntar con mucha fuerza y uno de ellos es precisamente la relación de investigación con la actividad productiva.

Nuestro país es un país que enfrenta un serio dilema económico hacia el futuro, porque tenemos que ser capaces de sustentar tasas de crecimiento anual del orden del 6 % ó 7 %, para poder alcanzar, en 15 años o algo así, la meta del desarrollo económico, la meta de una mejor sociedad, y para eso hay que lograr una serie de otros objetivos, incluyendo los no menores, respecto a distribución del ingreso.

Pero cuando uno piensa cómo sostener esa tasa de crecimiento, uno concluye que la única manera de poder hacerlo es incorporando mayor conocimiento a nuestras exportaciones y a nuestra producción. Y la pregunta es cómo hacerlo, si tenemos una tradición de un aparato de investigación que ha estado más bien desvinculado del aparato productivo. Por una serie de razones que tienen que ver con incentivo, y esto no es culpa de los cientistas, es culpa del sistema, un sistema que ha puesto muy poco énfasis en la capacidad de aplicación y en el premio que requiere la aplicación, para poder tener correspondientemente más de aquello en término de la producción, por ejemplo, y sin ir más lejos en esta misma Casa, en nuestras evaluaciones académicas, cosas como patentamiento, cosas como innovación, cosas como aplicaciones productivas, no tienen realmente el mismo valor que se asigna a una producción ISI u otras equivalentes.

Y evidentemente, eso de nuevo, es un precio relativo que es muy importante, una señal que nuestros cientistas jóvenes sobre todo saben leer y por lo tanto, la orientación del sistema hacia la publicación pasa a ser el objetivo esencial del sistema. Evidentemente, estas cosas hay que cambiarlas, estamos cambiando la perspectiva y a mí me parece que este fondo nacional de investigación va cambiar un poco también los incentivos. Vamos a tener que cambiar también nuestra cultura interna y empezar también a considerar desde la ciencia básica, hasta la tecnología y la innovación, en términos del cambio de producto, es un continuo que debe tener todo igual, o equivalente reconocimiento, en nuestro sistema de incentivo, y en nuestro sistema de evaluación académica.

De manera que esto abre una puerta. Efectivamente nosotros estamos hace tiempo preocupados, desde la Vicerrectoría de Investigación, de poder corregir un poco éste y otros defectos, otros de ellos que tienen que ver con la formación de académicos jóvenes; también hemos tratado de corregir eso.

Pero creo que esta nueva perspectiva que abre la política pública, y que espero que nos haga crecer de este 0,7 % del producto que estamos invirtiendo a más de un 1,1 %, si efectivamente logramos sostener el precio del cobre al largo plazo, evidentemente, esos son recursos significativos que a mí me parece orientan la investigación hacia donde debe orientarse, que es justamente respaldar la capacidad del crecimiento del país.

Todos sabemos que esto no es blanco negro; no se trata de que ahora nos olvidamos de la ciencia básica y entonces, vamos hacer solamente aplicaciones y tecnología. Evidentemente, todos sabemos que aquí hay un continúo en que el énfasis en ciencia básica debe corresponderse también, con un énfasis en la fase final, de la aplicación, para lo cual tendremos que hacer muchos esfuerzos. El Vicerrector mencionaba uno de ellos; tenemos que proveerle más apoyo a nuestros cientistas para que, junto con los procesos de investigación, tengan también en sus aplicaciones una correcta evaluación del marco de comercialización, del marco del plan de negocios que envuelven los procesos de investigación en sus aplicaciones, y evidentemente, no le podemos exigir a distinguidos físicos, biólogos, que sean al mismo tiempo, evaluadores de proyectos o semi-ingenieros comerciales. Tenemos que proveerle ese apoyo y nosotros lo vamos hacer; tenemos que proveerle apoyo también para la fase de preparación de proyecto y eso lo vamos hacer. Hemos asignado recursos para ese propósito, porque creemos que aquí realmente nos jugamos el nombre, el nombre de la Universidad de Chile, como la primera institución de investigación del país, y no me cabe ninguna duda que va a ser también la primera institución en innovación productiva para el país.

Felicitaciones a ustedes, muchas gracias a todos por acompañarnos.

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