Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia Cambio Mando de la Directiva FECH y Consejeros de Facultad período 2005-2006.

Vivimos lo que es normal en la Universidad de Chile, el tránsito de una Directiva de la Federación de Estudiantes. Y este es un proceso que está dentro de lo saludable de la vida democrática, que también, como tantas otras, en otros aspectos, se vio coartada durante los años de intervención en la Universidad. Pero aún así en esos años, con mucha decisión, con mucha valentía, con mucha claridad, los estudiantes siguieron organizados, y lucharon valientemente, contra un proceso que no tenía, en ese entonces, ni un destino, ni un término claro. Pero, siguió en esa época, en la década del 80, una tradición que venía de mucho antes, como ha destacado nuestro presentador, en la historia de todo el siglo XX.

La Federación de Estudiantes ha sido en la historia política del Siglo XX un actor fundamental, un actor importante. Los grandes debates en la historia del siglo, tuvieron a la Fech como protagonista, o al menos, como una de las convocantes al debate. Así fue con la instauración del gobierno popular, así fue con la instauración del gobierno de la alianza en el año 1920, así fue también con la post-dictadura de Ibáñez, y así fue también en la post-dictadura de Pinochet.

Y es porque esta Universidad representa mucho de lo que es el país, y creo que una de las cosas que tenemos que conservar de la Universidad de Chile, no es sólo esta manifestación, esta vocación democrática de sus estudiantes, sino que tenemos que conservar la diversidad de estudiantes que permitan que exista esa vocación democrática, que permita que la democracia les dé a los estudiantes la oportunidad de elegir, de optar, de reseñar una senda u otra para el cumplimiento de sus objetivos institucionales.

De manera que yo hablo a nombre de la institución, y a nombre de la institución no me queda más que expresar la satisfacción por esto, que marca lo que es, efectivamente, lo que esperamos de nuestros estudiantes. Una organización decidida, consciente de los problemas nacionales y en defensa de esta institución que es nacional y pública, no por casualidad, sino que porque en gran medida ha sido construida así a lo largo del tiempo por su comunidad universitaria y de manera muy importante por sus estudiantes.

Yo creo que hemos tenido desencuentros, pero quiero decirlo aquí con mucha claridad, esos desencuentros no han sido nunca con las directivas de la Federación de Estudiantes, con quienes podemos tener todo tipo de debates y este es un lugar de debates. La Universidad debe ser un lugar de ideas, no son universidades aquellos lugares o instituciones donde se siente que lo correcto es que todos piensen igual, y que todos reaccionen igual, frente a las decisiones de políticas o frente a las necesidades que deben determinar ciertas salidas. En esta institución tenemos que tener discusión y debate, porque eso es y así debe seguir siendo la Universidad de Chile. Y por tanto, no hay nada equivocado ni malo en tener debates y diferencias con los estudiantes y sus cuerpos de gobierno, porque naturalmente, al final, tenemos que encontrar un camino que mire efectivamente hacia el destino de la institución. Esos desencuentros están más bien provocados por grupos que accionan en paralelo, o por desentendimiento de las políticas con las cuales se llevan a cabo ciertas decisiones a nivel nacional, menos a nivel de la universidad.

Pero también quiero decir que yo creo que, en general, hemos tenido una acción, un trabajo, bastante mancomunado con nuestros estudiantes y yo me siento, también, muy orgulloso de eso. Muchas veces hemos recibido la crítica de las autoridades de Gobierno e incluso de autoridades de otras universidades, porque esta universidad aparece solidarizando por cosas que parecen absolutamente inviables del punto de vista político, aunque sí son viables del punto de vista de la inquietud de los jóvenes. En una oportunidad cerramos la puerta de la Casa Central, para solidarizar con el movimiento estudiantil y sus demandas.

Y yo creo que esas cosas, menos que un titular en un periódico o una fotografía simpática, representan en el fondo el hecho de que esta institución debe actuar como una comunidad frente a los problemas que afectan a cualquiera de las partes de la institución.

Con los estudiantes, permanentemente, hemos sostenido lo equivocado de una política pública, que lo que trata de hacer es poner a las universidades del Estado, en un equivalente a las universidades privadas, tanto por las políticas que rigen, como por los financiamientos que existen. Con los estudiantes, permanentemente, hemos estado sosteniendo que el financiamiento estudiantil debe ser un tema de Estado, y no un tema de mercado. Con los estudiantes hemos estado permanentemente insistiendo en que se necesita una mejor regulación para este crecimiento un poquito absurdo que tiene el sistema de educación superior chileno, y que, evidentemente, debilita sus bases y su calidad. Y con los estudiantes también hemos sostenido muchas veces la necesidad de que los gobiernos, independientemente de su connotación de corto plazo, tengan más atención sobre los problemas de la educación pública en general, particularmente en la educación pública que se entrega a los sectores de más bajos ingresos.

Esa agenda no está cumplida, esa agenda no está abordada, sobre esa agenda no hay pronunciamiento, y yo creo que eso, lo que va hacer, es despertar todavía más inquietud y más insatisfacción en sectores, yo diría crecientes, pero importantes, hoy día ya en el país.

Yo invito a la nueva directiva de la Federación de Estudiantes que tengamos esa agenda para mirar hacia el país. La Fech fue siempre una institución de país, más que una asociación de estudiantes de una universidad. Es la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, y por lo tanto, su mirada principal está en los problemas, en las decisiones nacionales, sobre las cuales necesitamos tener obviamente un tipo de convocatoria muy distinta a la que el país ha ejercido en los últimos años.

Estamos hoy al borde de elecciones presidenciales; nos habría gustado mucho tener las agendas de los candidatos, con una atención más importante, más subrayada, a los temas de educación y de crecimiento de nuestros recursos humanos y de oportunidades para ellos hacia el futuro. No es así desgraciadamente, y eso abre las puertas, entonces, a seguir mirando los problemas en una perspectiva puramente de corto plazo y a seguir, en gran medida, tratando de improvisar frente a los problemas que se nos vienen.

Yo creo que el planteamiento que hemos tenido como institución ha sido sólido, es respetado y es escuchado. Pero tenemos que seguir construyendo una opinión maciza; creo que en eso la constitución del Senado Académico, que yo espero que sea en el primer semestre del próximo año, va a ser un instrumento muy importante para dar salida justamente a esta manifestación de la comunidad universitaria, y creo que ahí los estudiantes deben tener un rol importante, como lo tuvieron en el proceso de tránsito para la construcción del nuevo estatuto, que fue recientemente aprobado y que a fin de este mes se promulgará por parte del Presidente de la República.

De manera que no me queda más que expresar la esperanza de que esta nueva directiva de la Fech siga consolidando pasos en lo que esta directiva saliente de la Fech ha hecho. Muchos esperaban desde hace mucho tiempo que la Fech no pudiera elegir una directiva, y siempre estuvieron los agoreros que dijeron que la participación era tan baja, que probablemente no había esperanza de tener una directiva fundada. Yo creo que, crecientemente, los estudiantes no sólo han ido dejando de lado ese tipo de profecía, sino que además han ido mostrando la capacidad de cohesionar distintas voluntades al interior de la directiva, voluntades políticas que tienen sus diferencias, sus distintas apreciaciones, pero que al final del día son capaces de subrayar sobre todo su pertenencia al movimiento estudiantil y su capacidad de conducción al movimiento estudiantil, con la responsabilidad que todos hemos apreciado y yo particularmente como Rector de la Universidad de Chile.

Quiero felicitar, a Nicolás, alumno de mi facultad, lo que me place particularmente, desde luego. Creo que hacía mucho tiempo que no había un presidente, que fuera de la Facultad de Economía y eso me parece muy bien. Pero desde luego, quiero felicitar a toda la directiva porque creo que hay grandes tareas que vienen, grandes tareas para la Universidad. No hay que tenerle miedo a ese desafío; creo que es muy importante enfrentarlo, creo que muchos de ellos los podemos enfrentar juntos, muchos de los que tienen que ver con política pública, y es muy importante pensar que esta institución está acá, no simplemente como una institución de paso, como tantas otras, que pueden desaparecer mañana y transformarse en una fábrica, en un diario, o en cualquier cosa. Esta institución está acá porque es la vocación de servicio hacia el país lo que nos da nuestro fundamento, nuestra esencia, nuestro futuro y desde luego, también, nuestra educación de comunidad universitaria.

Así que felicidades, gracias a la directiva saliente y les doy las gracias a todos ustedes, particularmente a los familiares presentes, por acompañarnos en esta ceremonia que al interior de la comunidad tiene mucha importancia.

Muchas gracias.

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