Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia Firma de los Nuevos Estatutos de la Universidad de Chile.

Este es un acto profundamente histórico. Histórico, porque con la firma de este decreto, la Universidad de Chile retoma su senda interrumpida a partir del año 1981 con la intervención militar y el estatuto que reflejaba precisamente las condiciones de esa intervención, e imponía una universidad autoritaria, vertical, pero limitada en sus capacidades y en sus potencialidades de desarrollo. Ha sido un largo proceso el de revisar los fundamentos estatutarios que requirió también reflexionar sobre la universidad, que demandó entonces un tiempo y distintas instancias de participación que hoy encuentran su punto culmine con la promulgación del nuevo estatuto.

Yo quiero, primero que nada, agradecer a todos quienes participaron en este proceso de revisión, de preparación de los nuevos estatutos, y quiero simbolizar ese agradecimiento en cuatro personas que están aquí presentes y que hemos invitado por eso. En primer lugar al ex Decano de la Facultad de Medicina, don Alejandro Goic; al señor ex Prorrector, don Alfredo Lahsen; también al ex decano de la Facultad de Medicina al Profesor Alfredo Jadresic; y al ex Presidente de la Federación de Estudiantes, Rodrigo Roco. Ellos, como tantos otros, contribuyeron a que el proceso de discusión, de deliberación interna para la preparación de los estatutos fuera participativo, fuera amplio, fuera profundo, pero a la vez también fuera productivo y sólido como lo ha sido.

Estos estatutos, señor Presidente, recuperan principios básicos de la universidad y los re-confirman. Menciono dos, que creo son los pilares más fundamentales. El primero, tiene que ver con el carácter nacional y público de la Universidad de Chile, cuando se identifica su misión en la sociedad chilena. La comunidad universitaria ha resuelto reconfirmar aquello que viene con la historia, desde los tiempos de Bello, nuestra vocación de servicio al país. Esa es la justificación última de la existencia de la Universidad de Chile; somos una universidad para Chile, y la prioridad dentro de nuestro ser está precisamente en los problemas nacionales. Siempre vamos a seguir comprometidos con esta tarea a pesar de que muchas veces el ambiente de política pública no es estimulante para tomar decisiones que precisamente se orienten en esta vocación que la universidad siente, que confirma, que ratifica, con todas sus fuerzas.

Pero lo segundo que es constante, es nuestra vocación de excelencia académica. A lo largo de todo ese estatuto se reconfirma la excelencia académica como la base fundamental de la organización y trabajo de la universidad. Todos los sistemas, tanto como el de carrera académica como el de calificación académica, están en gran medida sirviendo de base a la conformación del gobierno universitario y eso tampoco es un aspecto menor, pero visto que tenemos que seguir creando condiciones para el efectivo desarrollo de los académicos, particularmente de los más jóvenes, en esa perspectiva de crecimiento y de alcanzar los niveles de reconocimiento por sus pares para poder entonces también así alcanzar el derecho a participar en el gobierno universitario de las distintas facultades e institutos y de la institución como un todo. Pero ese es un fundamento que es innegablemente muy importante, porque la Universidad de Chile, al mismo tiempo de ratificar su condición nacional y pública, ratifica su condición de universidad de excelencia y, por cierto, como la primera universidad del país.

Pero hay dos elementos innovadores que son también de fundamental importancia y que los cito como ejemplo de esta manera distinta que hemos tenido de mirar a la universidad, porque estamos en tiempos distintos también. Lo primero es la creación del Senado Universitario. Es efectivamente un organismo de participación, porque la universidad cree que no hay manera hoy de hacer universidad sin participación, particularmente de los estudiantes. Nosotros creemos y estamos convencidos que la mirada de los estudiantes es fundamental para darle impulso y la mirada a largo plazo que la universidad necesita en sus políticas y, por lo tanto, tener a los estudiantes ahí es una garantía no solo de darle estabilidad a las resoluciones universitarias y también la garantía de poder mirar hacia delante con la profundidad, con la extensión que necesitamos en un sistema que está creciendo y que se está integrando mundialmente de una manera por todos conocidos.

Y lo segundo, es la creación de un consejo de evaluación que sintetiza y coordina las tareas de evaluación académica, de calificación académica y también de evaluación institucional. Esto tiene mucha importancia, porque la universidad de esta manera confirma su vocación de autoevaluarse y de calificarse a ella misma y a sus miembros y, por lo tanto, de poner a la excelencia académica y al desarrollo académico como el pilar fundamental de su crecimiento y su proyección y de su potencial. Estas dos innovaciones el Senado Universitario y el Consejo de Evaluación, constituyen un aporte importantísimo de este nuevo estatuto cuyo funcionamiento empezará entonces ahora.

Desde luego, habrá una etapa delicada de instauración de estos estatutos para ponerlos en funcionamiento, naturalmente no bastará con la simple voluntad. Evidentemente que habrá que poner mucho empeño para que este proceso de instalación del nuevo estatuto y para que el funcionamiento de este nuevo organismo colabore efectivamente al desarrollo universitario; habrá que poner mucho esfuerzo, para que ocurra de la mejor manera, porque al mismo tiempo que eso ocurra, la universidad seguirá compitiendo en todos los frentes y esperamos seguir ganando en todos los frentes en un sistema que tanto nacional como internacionalmente nos provoca a diario para poder seguir avanzando y seguir mejorando en nuestros estándares.

Señor Presidente, es un consenso entre todos nosotros que éste es un acto histórico, ésta no es solo la primera universidad del estado que elimina de su historia a los estatutos que dejó la dictadura militar y su intervención en la universidad, es también la universidad que crea instancias participativas, permanentes para poder generar este estatuto y además para poner en funcionamiento algunos de sus organismos en forma transitoria como lo hemos hecho. Es un momento histórico. Yo creo que estamos hoy de alguna manera rememorando y sintiendo con fuerza las raíces de la universidad, particularmente por el Salón en que estamos, dado que Manuel Montt fue el gestor en gran medida de la idea de la Universidad de Chile, como fue la gran idea de tener un proyecto de educación pública, porque esta universidad, la Escuela Normal de Preceptores, la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela Nacional de Agricultura, eran los elementos fundamentales a principios de la década de los 40. Nosotros nos sentimos parte de esa tradición, nos sentimos parte de esa historia, nos sentimos fuertemente ligados a ese gran legado histórico. Hoy día no tenemos más que rendir homenaje entonces así a nuestros fundadores, porque aquí está Bello presente, aquí están presentes los grandes rectores, los que le dieron impulso y vida a esta universidad y permitieron hacerla grande y noble como es, para servir a Chile y la necesidad de su pueblo.

Yo quiero agradecerle, señor Presidente, su particular preocupación por el destino de estos estatutos. Yo recuerdo una conversación con el señor Presidente, a comienzos de mi rectorado y él me preguntó cuál era la mayor ambición que tenía la universidad, yo le manifesté que la mayor ambición de la universidad era tener nuevos estatutos. Y para poder terminar con una parte de la historia y comenzar con una historia distinta, creo que así se ha hecho y así se ha logrado. Yo quiero agradecer la ayuda de los parlamentarios que hicieron un trabajo, comprometido con la universidad, se superaron muchos momentos adversos y difíciles, el trabajo del Ministro y de la Directora de Educación Superior fueron muy importantes para poder sacar los estatutos como salieron impecablemente del Parlamento y de todas las instancias en las cuales se puso revisión, se puso consideración.

Yo creo que estamos todos satisfechos y contentos, señor Presidente, porque hemos logrado al fin poner a la universidad de nuevo en el carril de su historia. Muchas gracias.

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