Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de entrega Premio Bicentenario al Sr. Fernando Monckeberg Barros.

Mis palabras son solamente para cerrar esta ceremonia. Para expresar en primer lugar, lo justo que ha sido distinguir con un Premio Bicentenario a Fernando Monckeberg. Como se ha dicho, el Premio Bicentenario mira a esta fecha simbólica, estos dos siglos de vida republicana. Mirar una fecha de esa naturaleza, desde luego, significa mirar hacia atrás, a lo que hemos sido capaces como país de construir y sin ninguna duda que el avance que se hizo en materia de desnutrición y, por lo tanto, de mejoramientos en condiciones sociales, fue fundamental mirando a la historia del siglo que ya dejamos atrás y por supuesto, mirando a la historia del país en su conjunto.

Eso nos ha destacado en el mundo, hoy, donde tan pendiente estamos de los rankings, en materia de competitividad, en materia de posicionamiento internacional. No hay que olvidar que Chile se ubicó tempranamente para su estándar de vida en un ranking destacado, porque permitió que los niños de Chile pudieran vivir sin esta lacra tremenda de la desnutrición. Y eso se debió a la investigación, al trabajo, al empeño de Fernando Monckeberg, que encabezó un equipo, un grupo enorme de gente comprometida con la investigación. Y eso pone de relieve entonces otra cosa que es muy importante reseñar, porque este premio debe mirar hacia la historia, pero también debe mirar hacia el futuro. La pregunta es cuál es el futuro de la investigación. La obra de Fernando Monckeberg no habría sido posible sin la Universidad de Chile y sin el compromiso del estado con la investigación chilena. No habría sido posible sin un financiamiento que permitió que la investigación perdurara y se sostuviera por años; creo que es importante meditar hoy día cuando Chile enfrenta otros horizontes, cuando Chile mira hacia su pasado reciente, al menos con satisfacción, por lo que hemos logrado crear. Es importante mirar a los compromisos que es necesario hacer para el país que necesitamos hacia el futuro. Hemos superado muchas barreras, pero no una que tiene que ver con calidad de la educación, no la que tiene que ver con el mejoramiento en la distribución del ingreso y no la que tiene que ver con el financiamiento de un sistema de investigación en ciencia y tecnología que efectivamente comprometa mejores resultados futuros para el país. Lo hemos dicho acá en este salón muchas veces, un país que no incorpore inteligencia en su producción es un país que nunca va a saltar la valla del desarrollo económico como pretendemos hacerlo. Y por eso el mismo Fernando lo ha reseñado varias veces, que ya pasamos de esta etapa de preparar el recurso humano en su condición física, pero hoy día el gran reto para Chile es dar el salto y preparar a nuestro recurso humano en su condición intelectual. Para eso hay que hacer nuevos compromisos; eso no se soluciona simplemente por las vías del mercado, eso requiere de una decisión inteligente y comprometida del estado chileno con la educación, con la investigación y creo que cuando uno mira hacia la historia y ve la obra de Fernando Monckeberg, uno ansía que posiblemente para nuestro tercer Bicentenario tengamos la capacidad y la oportunidad de mirar hacia la historia y pensar que en este siglo XXI fuimos capaces de superar ese reto formidable, pero indispensable para heredarle a nuestros hijos y a nuestros nietos un país mejor. Felicitaciones, Fernando, y muchas gracias a todos.

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