Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia del Décimo Quinto Aniversario de la Fundación Hineni.

Vine aquí dispuesto a todo, puesto que eso es lo que significa Hineni. Y es una valoración a la entrega solidaria, a la comprensión, a la integración, a la incorporación de todos a un mundo de oportunidades.

Estabamos recién con la Ministra de Educación en un acto, en el Salón de Honor de la Casa Central, en que estabamos entregándoles un reconocimiento a los 250 jóvenes que obtuvieron puntaje nacional en la prueba de selección universitaria. Allí estaba un grupo selecto de los jóvenes con mayor rendimiento en el sistema de selección a la universidad y provenientes, la mayoría de ellos, de los mejores colegios. Entonces meditábamos, y ahora estamos en una ceremonia que tiene que ver con oportunidades, y concluíamos que, en realidad, como lo enseñaron siempre los viejos educadores, el éxito no sólo en la vida, y en forma más restringida en el proceso educativo, tiene que ver con oportunidades. Oportunidades que muchas veces nos hacen pensar acerca de cómo crearlas como una experiencia aparte, individualizada, para los que tienen algún tipo de discapacidad y entonces han abundado en nuestra sociedad los modelos que crean escuelas especiales, programas especiales, cursos especiales que tienden a segregar, y que no tienden a incluir.

Yo creo que el verdadero reto está precisamente en lo que promueve la Fundación Hineni, que es tratar de incorporar aquellos que tienen alguna desventaja y que son niños y niñas distintos, a las mismas condiciones y a las mismas oportunidades que están abiertas a todos los niños, y creo que eso es un desafío para nuestra sociedad, porque, evidentemente, es un reto distinto saber que en el local del lado funciona una escuela especial, al desafío de que en mí sala de clase, junto a mi, como alumno mío, hay un niño especial, y creo que es allí donde nosotros tenemos que aprender del punto de vista de la tolerancia y del humanismo más profundo para concebir a la educación y a la incorporación de todos a las oportunidades que la sociedad abre. Y creo que ese es el reto que se ha planteado en forma muy trascendente en la Fundación.

Vine aquí dispuesto a todo, lo que significa aquí abrir oportunidades, significa abrir las puertas de aquello que la sociedad ha creado, ha generado, para promover a las nuevas generaciones a todos, independientemente, si tienen alguna deficiencia, alguna minusvalía, alguna incapacidad o alguna discapacidad que haga que en principio a uno se le cierren las puertas. Yo creo, por lo tanto, que este acto de 15 años de trabajo de esta Fundación, es un acto que tiene mucha importancia. Importancia para poder hacer madurar a nuestra sociedad y disminuir este grado de discriminación que existe de hecho o de derecho. Hemos avanzado un poco, hoy ya los edificios públicos, gracias a las iniciativas que ha promovido el Gobierno, tienen ingresos para los minusvalidos, pero todavía no le damos facilidades plenas a quienes no tienen todo el potencial que se supone para poder ejercer funciones públicas o privadas, para poder desempeñar profesiones. Me dicen que quien hace de maestro de ceremonia, no sólo es ciego si no que además es un abogado destacado. Cuántos deberían tener oportunidades como él para llegar al mismo cumplimiento profesional, pero para eso, reconozcámoslo, necesitamos bibliotecas distintas, necesitamos facilidades distintas, necesitamos una organización de los estudios también distinta. Yo creo que ahí es donde se demuestra la verdadera solidaridad.

Y por lo tanto, el trabajo que hace esta Fundación para promover estas ideas, para promover este empeño de integrar y de poder hacer un mundo de oportunidades para todos, independientemente que unos nos consideren menos normales, o más normales, es un trabajo encomiable que la Universidad de Chile se propone respaldar con todo lo que pueda, porque habrá la necesidad de crear también programas especiales, no sólo para atender directamente a estas personas, si no más bien para poder entrenar a quienes pueden hacer educación distinta, a quienes pueden hacer servicios distintos, a personas que necesitan de estas condiciones distintas también, para poder realizarse en la vida.

De manera que junto con desearles un feliz cumpleaños a la Fundación, no me queda otra cosa que expresar muy sinceramente el deseo de que tenga todo el éxito que la Fundación se merece para que empuje a nuestra sociedad a caminos distintos, que permita que tantos niños y niñas, tantos jóvenes, puedan tener efectivamente aquello que ponemos siempre en todos los discursos "la igualdad de oportunidades". Esta igualdad de oportunidades, en un sentido amplio, hay que construirla, que no sea solamente una declaración de principios, y creo que por eso estamos aquí.

Yo creo que la asistencia que está aquí revela esa vocación que tenemos que inspirar mucho de afuera, de que por la igualdad de oportunidades hay que luchar, y en esa lucha la Fundación ha llevado un rol de delantera y eso hay que aplaudirlo y hay que premiarlo. Pero la manera de aplaudirlo y de premiarlo es justamente comprometiéndonos más, para abrir oportunidades a todos, e integración en un mundo que se tiene que abrir con posibilidades iguales para todos.

Muchas gracias a todos por asistir a esta ceremonia.

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