Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia Condecoración al Mérito Amanda Labarca, a la profesora Elisa Alsina Urzúa

Es Elisa Alsina, chillaneja. Chillán ha sido, por alguna razón, que no es fácil de comprender, la cuna de tantos que forman una constelación en la sensibilidad, en el arte, en la expresión. Y tuvimos la suerte de que esta niña chillaneja llegara al Conservatorio de Música de la Universidad de Chile, desde donde nunca ha salido y nunca saldrá. Elisa Alsina es una artista de una tremenda sensibilidad. Cuando vimos sus antecedentes en el jurado respectivo se notó mucho menos esas presentaciones frías y formales de un currículo, mucho más que una nota llena de cariño, llena de reconocimiento, llena de aprecio por lo que ella ha hecho transmitiendo talento, enseñando sensibilidad, su arte.

Ella ha sido una persona que ha llevado el nombre de la Universidad de Chile muy lejos en su arte, y en ese sentido es, por cierto, acreedora de una distinción que lleva el nombre de doña Amanda Labarca, que fue también una gran impulsora de la extensión universitaria, la creadora de las escuelas de verano de la Universidad de Chile, tempranamente, cuando nadie en Chile hablaba de esas cosas, porque ella quería llevar la universidad a la gente, la universidad al pueblo, la universidad a los jóvenes y es lo que ha hecho también ella, con su arte magnífico que ha llevado a tantos y tantas a través de toda su carrera con su talento indescriptiblemente fino.

Pero ella también es la educadora y desde luego, la formación en el piano debe ser bastante difícil, porque es una tarea de alumno a maestro, es una tarea individual, es una tarea, por lo tanto, que está marcada por una relación que va mucho más allá de la que tenemos muchos docentes con grupos de alumnos. Ella ha logrado ser admirada y querida por sus estudiantes, porque ha logrado transmitir mucho más, imagino yo, que la esencia técnica de un arte, que ha logrado transmitir esa sensibilidad magnífica que permite a un ejecutante ser más que eso, un artista. Y, desde luego, también es muy merecida para ella la condecoración Amanda Labarca, que fue justamente una mujer monumental en su desempeño como educadora, pero que fue capaz de hacer y de impulsar la educación en nuestro país. Por su piano y por su clase han pasado tantas y tantos alumnos que hoy día probablemente muchos brillan con destellos propios.

De manera que este reconocimiento tiene mucho del sentido universitario de reconocer el aporte formidable que realizan nuestras académicas, y que han sido urólogas o profesoras de literatura o han sido abogadas o han sido pianistas, han sido todo lo que es esta magnifica universidad preocupada en su diversidad. Y que constituye entonces lo que Ema Salas llama tan graciosamente, la cofradía de las Amandas, a la cual entonces ella hoy día se une con total potestad. Es un acto universitario, pero también es un acto que reconoce el sentimiento, el corazón, la entrega de quien ha estado con nosotros toda su vida y se ha comprometido a seguir con nosotros toda su vida y, por lo tanto, tiene un inmenso corazón de color azul, que aquí también homenajeamos y queremos tanto.

De manera, señor Alcalde, que aquí tiene una muestra de lo que es capaz de producir Chillán, gloriosa ciudad a la cual también rendimos homenaje, porque a la hora de las gracias, hay que darle las gracias a Chillán por haber dado nacimiento a una figura de este tipo que dejó huella en forma tan evidente en nuestra universidad, pero también darle gracias a la vida y darle gracias a Elisa por estar con nosotros, por seguir con nosotros, por permitirnos seguir haciendo lo que esta universidad es, una gran universidad para Chile. Felicidades y bienvenida al mundo de las "Amandas". Muchas gracias.

Compartir:
https://uchile.cl/u13185
Copiar