En la Quinta Sesión Ordinaria del Consejo Universitario se presentaron las principales definiciones e innovaciones que incluye el nuevo Protocolo, como resultado del compromiso que asumió la Institución con la asamblea de mujeres de la Universidad en el acuerdo firmado a fines de junio del año pasado.
En representación de la Directora de Igualdad de Género, Carmen Andrade, la abogada de la misma Unidad, Vanessa Doren, explicó que tras un proceso de participación triestamental de varias sesiones de trabajo y de revisión crítica, se consiguió consensuar una propuesta que, en términos generales, permite una adecuación del instrumento con la nueva ley sobre Universidades Estatales, donde además se incluye una redacción pedagógica que explica cada fase del proceso de actuación. “En definitiva, se entrega mayor y mejor información a las personas involucradas, a las autoridades y funcionarios/as que intervienen en los procedimientos, para hacer exigibles los derechos y tener claras las expectativas y límites del procedimiento”, expresó Doren, abogada encargada de la Oficina de Atención de Acoso y Violencia Sexual.
El Director Jurídico de la Universidad, Fernando Molina, explicó a su vez las principales innovaciones de esta nueva propuesta de Protocolo, destacando que se establecen mecanismos más precisos para que la víctima conozca y manifieste su parecer en torno a denuncias que efectúen terceras personas a su respecto. También relevó que se explicita la diferencia entre las medidas cautelares en los procesos de investigación en curso (que son adoptadas por la figura del fiscal o investigador), y las medidas administrativas o de flexibilidad que pueden adoptar las autoridades en favor de la víctima. Sobre estas, explicó que son aquellas que, sin causar perjuicio de difícil o imposible reparación ni implicar afectación de derechos, tienen por objeto proteger a integrantes de la comunidad universitaria o personas vinculadas a las actividades de la Universidad cuya integridad física o psicológica se encuentre en riesgo, o bien, puedan tener consecuencias negativas en su desempeño laboral o académico.
“Estas se concretarán por medio de una mayor flexibilidad académica o laboral en favor de la persona afectada o mediante alteraciones en las actividades universitarias del/la presuntamente causante de tal riesgo o afectación, respetando el marco legal y reglamentario que regula sus respectivos vínculos con la Institución”, agregó el Director Jurídico.
Consagración del compromiso institucional
En representación de las estudiantes que estaban presentes también en la sesión, Karla Toro, presidenta FECh, celebró la nueva propuesta del Protocolo “porque es algo que levantaron las estudiantes organizadas frente a las situaciones de acoso y arbitrariedades que sufren en sus facultades e institutos, porque estábamos frente a un Protocolo que no dio a basto. Es un orgullo ver este resultado y es positivo que la Universidad nos considere como movimiento en los antecedentes de lo que se está realizando”, sostuvo, junto con agradecer la voluntad de trabajo de la Dirección de Igualdad de Género.
Por su parte, el Rector Ennio Vivaldi se refirió a la importancia de avanzar en medidas que contribuyan a la sana convivencia y al respeto al interior de nuestra comunidad universitaria. “Hemos implementado nuevas medidas con un impacto real y sería un motivo de noble orgullo que la incidencia a futuro sea que este tipo de situaciones decline rotundamente”, insistió el Rector.
También ofreció palabras de satisfacción la representante del estamento funcionario, Myriam Barahona, quien celebró el ímpetu de la movilización feminista estudiantil. “Esta universidad ya no es la misma. Hay un camino largo por delante, pero que ya iniciamos. Gracias a esta movilización a las y los funcionarios se nos abrió una puerta inmensa que tiene que ver con las buenas prácticas laborales”, sostuvo, además de agradecer la generosidad de las estudiantes que invitaron a las trabajadoras de la Universidad a participar de sus demandas.
La profesora Rosa Devés, también hizo presente el compromiso de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, la cual dirige, en cuanto a la revisión de los currículos formativos para avanzar hacia una educación libre de sexismo. “Pero además no habrá cambio tal si no modificamos las formas en que nos relacionamos, es decir, con la detección temprana de los problemas de conducta, y ahí es clave el rol de quienes tenemos la responsabilidad de educar y de poder conversar a diario entre nosotros, entre todos”, agregó la vicerrectora.
El Consejo Universitario, en consecuencia, manifestó formalmente su apoyo a la propuesta del nuevo Protocolo.