Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de entrega de Medallas Doctorales Universidad de Chile 2003-2004.

La Universidad de Chile tomó hace algún tiempo una decisión estratégica, que es orientarse fuertemente a la investigación y postgrado. Y esta no ha sido solamente una declaración, por medio de un esfuerzo que ha estado centrado en el ámbito académico y también en el financiero, pues la universidad ha estado orientando recursos fuertemente al desarrollo de sus programas de postgrado, particularmente de los programas de doctorados, y a fortalecer sus programas de investigación.

El señor Director de postgrado nos ha dado aquí una cuenta bastante sustantiva respecto de los progresos que hemos tenido en la adopción de esta estrategia, progresos que nos dejan muy contentos, pero que también señalan cuánto falta por avanzar. Falta por avanzar mucho más en la profundización de los programas, porque las tasas de graduación a nivel de postgrado son todavía absolutamente menores, respecto no sólo a la comparación internacional que el señor Director también ha mostrado, sino también a este proyecto país en el que estamos pensando, en el cual se dice usualmente que tenemos que alcanzar probablemente en 20 años el piso del actual mundo del desarrollo y que requiere, por lo tanto, hoy día un esfuerzo indudablemente significativo en educación superior, formación de postgrado e investigación.

Hay ahí una meta nacional, que hemos alegado permanentemente que no tiene ningún sentido establecerla, si al mismo tiempo no hay un esfuerzo en paralelo en materia del financiamiento de la investigación, en ciencia y tecnología, y del financiamiento de los programas de postgrado. Hemos avanzado, pero nos asiste el temor de que ese avance pueda cubrir en el futuro solamente cantidad y no lo que el país necesita enfatizar y que esta universidad considera irrenunciable,  que es calidad, ahí está el primer reto. Nos preocupa que la expansión del sistema de educación superior, en general, haya estado dentro de lo esperado y para el ritmo de crecimiento que ha experimentado el país y los retos que enfrenta. Sin embargo, nos preocupa en materia de calidad y en materia de diversificación y creo que ahí es muy importante la oferta de postgrado, porque evidentemente es ella la que ha de complementar el desarrollo en calidad que necesita nuestro sistema de educación superior, que en nuestra opinión todavía es bastante carente a pesar de los notables crecimientos en materia de cobertura.

Ese es el gran reto del país y es bueno señalarlo hoy día también, cuando nos hemos enterado de los recientes resultados de la aplicación de esta prueba en matemáticas comparativa entre países que nos ubica en un lugar bastante desmedrado. Cuando uno ve los porcentajes que son capaces nuestros estudiantes de contestar en materia de ciencia y de matemáticas respecto a los promedios de esta prueba, uno queda nuevamente con esa grave preocupación de que el crecimiento en cantidad, la cobertura del sistema que a todos los chilenos nos enorgullece, no ha ido acompañado suficientemente por la inversión en calidad que se necesita. Por eso nuestro esfuerzo en materia de postgrado y el esfuerzo que otras universidades realizan en materia de postgrado y doctorados no es simplemente una cuestión convenida, está al centro del desarrollo, del proyecto de desarrollo del país y está al centro de la profundización que hoy día requiere lograr nuestro sistema de educación superior.

Pero al mismo tiempo necesitamos avanzar en otra dirección, que es la dirección de la mayor vinculación con la realidad productiva del país. También Jorge Hidalgo ha indicado que no existe en el país una cultura de compromiso de la empresa ni con la investigación, ni menos tampoco con el desarrollo del postgrado. Una realidad que tenemos que superar, porque también es injusto pensar que el financiamiento de esta actividad que el país necesita hacer crecer tenga que venir solamente del estado o de los recursos públicos. Evidentemente,  aquí también tiene que haber un paralelo, un compromiso del sector privado.

Cuando uno mira los números que se han mencionado también, respecto a la inversión en ciencia y tecnología que se realiza en países desarrollados, uno mira la composición de ese gasto y ese gasto es 70, 80 % privado, 20 ó 30 % público, cifras que están totalmente a la inversa en nuestra realidad, donde ciertamente, requerimos mayor esfuerzo del sector público, requerimos mayor focalización y esperamos que exista fondos adicionales que se derivan del Royalty a la minería, justamente para poder financiar lo que este país necesita, que es más inteligencia y valor agregado para fomentar su desarrollo, su inversión y su crecimiento.

Pero también no solo eso, sino que necesita el compromiso privado y eso requiere un cambio cultural en el cual pienso estamos tremendamente atrasados. Esa es una segunda área del esfuerzo en la cual el trabajo de las universidades ha sido lento, ha sido impedido por esta cultura y lo que se pone en investigación y desarrollo o lo que se pone en postgrado pasa a ser una especie de dadiva a la universidad para un motivo que no es necesariamente conocido justamente. Esa cultura que proviene del sector privado hay que cambiarla y ustedes tienen en eso una tarea fundamental, porque son justamente los graduados recientes de los programas de mayor excelencia del país los que necesitan hacer esta tarea de convencer de que esto para el país no es un gasto, es una inversión.

Pero, al mismo tiempo, creo que enfrentamos una tercera área de desarrollo, que es un desafío importante sobre todo para esta universidad y lo hemos discutido profusamente en las distintas instancias universitarias, necesitamos también diversificar nuestra formación de postgrado. Hemos avanzado mucho en eso, no cabe de eso ninguna duda, y también se ha mencionado, pero todavía tenemos que crecer mucho más en los programas interdisciplinarios. Es fundamental cada vez más entender que la estructura de la universidad hoy día no responde a la estructura de los problemas que existe en la sociedad, los problemas no son de la química y farmacia, o de la ingeniería o de la biología o de las ciencias sociales, son temas que naturalmente mezclan visiones, problemáticas, preguntas, que necesitan ser abordados de manera distinta. Y yo creo que hemos avanzado en eso, pero tenemos un reto importante que cumplir, queremos tener más programas interdisciplinarios, verdaderamente interdisciplinarios, porque creo que ese es el reto que se espera de nosotros allá afuera, reto respecto del cual muchas veces no estamos dando las respuestas correctas. Pero al mismo tiempo, por lo mismo, necesitamos avanzar más en los programas en el área de las ciencias humanas; nosotros echamos eso de menos. No puede existir este desequilibrio estructural que no es solamente de esta universidad; he estado en muchas reuniones en varias partes del mundo discutiendo este mismo tipo de problemas. El crecimiento que se tiene en el área de las ciencias, de las ciencias llamadas duras respecto de las otras ciencias, que algunos han llamado las ciencias finas, establece un desequilibrio que no es sostenible en el tiempo, porque alguien debe evaluar también las preguntas y alguien también debe evaluar las respuestas. Por lo tanto, el crecimiento de estos dos ámbitos de las ciencias duras y de las ciencias finas es indispensable y creo que no hemos hecho ni en el país ni en nuestra universidad un trabajo suficiente todavía en ese ámbito. Ciertamente, eso no ha sido un problema de voluntad; en gran medida es la herencia de años de intervención en la universidad que le cortaron las alas a las ciencias sociales y a las humanidades, pero ese esfuerzo tenemos entonces que redoblarlo. Hemos estado en esa tarea, pero creo que nuestros resultados todavía en esa materia en el país y en la universidad son insatisfactorios. Nos gustaría ver más programas en el ámbito de la antropología social, nos gustaría ver más en el ámbito de la planificación urbana, en el ámbito de entender las grandes problemáticas de Chile y de los chilenos, o de los chilenos y chilenas, como hoy se acostumbra decir con justicia, pero creo que ahí está un reto fundamental para esta institución. Hemos tratado de abordarlos, pero todos sabemos que uno tiene también el peso de estas grandes noches estructurales que tiene que ver con este financiamiento que muchas veces es insuficiente para abordar temas que van mucho más allá de las rentabilidades privadas, que muchas veces se cree justifican el hacer de toda universidad. Yo creo que hemos avanzado un montón y ustedes son testimonio de eso; creo que la alta tasa de graduación de doctores de esta universidad que pensamos seguir haciendo crecer es muy importante y ustedes son y han sido además los depositarios de nuestras inquietudes, de nuestra pasión por investigar y estudiar. Ustedes han estado en contacto con lo mejor de nuestros académicos y eso es muy importante; ustedes son además la respuesta estratégica de la institución al crecimiento del sistema de educación superior. Nosotros queremos ser la institución proveedora del académico que necesita el sistema para su crecimiento y su pleno desenvolvimiento, pero tenemos tareas, tenemos todavía responsabilidades incumplidas que tenemos que seguir abordando con decisión, con pasión, con compromiso, como se ha hecho desde la Vicerrectoría de Asuntos Académicos y su división de postgrado.

Quiero felicitarlos porque, ciertamente, todos los que hemos pasado por programas de graduados en esta universidad o en universidades de categoría, sabemos el sacrificio enorme que impone el salir exitosamente de un programa. Ustedes saben muy bien que ese papel no ha sido un regalo, que no responde solamente al hecho de que ustedes se hayan matriculado en un programa de postgrado para poder garantizarles eso que ha sido producto del esfuerzo de ustedes, del trabajo de ustedes. Recordemos los trasnoches, el sacrificio familiar, y por eso hay que felicitarlos, porque hoy  más que nunca creo que es importante dar el ejemplo a la juventud chilena de que detrás de los logros tiene que haber un sacrificio, porque los logros simples no existen. Milton Friedman dijo que no existían los almuerzos gratis; los almuerzos gratis no existen; hay que pagarlos. Ustedes han pagado el almuerzo que hemos tenido; los felicito por eso y se llevan, por cierto, el cariño de esta institución junto con ese diploma y junto con esa medalla. Que tengan mucha suerte, muchas gracias.        

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