Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Graduación de la Promoción 2004 del Programa de Bachillerato.
Ésta, como se ha dicho, es una ceremonia un poco disímil del resto de las que ocurren en toda esta época del año en la Universidad. La ceremonia de graduación normalmente significan una despedida de la Universidad y uno se dirige entonces a los graduados diciéndoles que les vaya bien en su vida profesional, diciéndoles que esperamos que vuelvan, porque hoy la realidad de la educación es permanente, diciéndoles que la Universidad sigue siendo de todos y de cada uno de los que han pasado. Pero aquí ustedes se gradúan y continúan y son por lo tanto una especie de relevamiento de la universidad nueva, de la Universidad que está cambiando, en donde hay múltiples entradas y también hay y habrá cada vez más múltiples salidas.
Es la Universidad que se adentra en la sociedad del conocimiento, es la Universidad que mira la formación como un fenómeno multidisciplinario, es la Universidad que prepara gente para seguir estudiando, es una Universidad distinta a la Universidad del siglo XX y distinta también, a la Universidad profesionalizante de fines del siglo XIX, es la Universidad que prepara además, gente comprometida con los temas de la sociedad chilena, y creo que se ha dicho, es también muy importante que ustedes recuerden, qué significa el paso de ustedes por el Programa de Bachillerato Yo creo que significa dos cosas en lo fundamental.
En primer lugar, y provisto, desde luego, que el Programa es una especie de empuje hacia las carreras, el Programa es un proceso de aprendizaje sobre la Universidad y es por eso que es muy bueno que los estudiantes del Programa de Bachillerato, que miran a la Universidad desde la particular perspectiva de la formación multidisciplinaria que están recibiendo, sean precisamente agentes críticos de la sociedad, pero también de la Universidad, porque evidentemente es la crítica la que permite avanzar a la Universidad. No es Universidad aquella que, como un colegio en donde el discurso va del profesor al estudiante y en donde el estudiante al profesor, donde no hay preguntas, no hay crítica, no hay cuestionamiento, eso no permite avanzar a la Universidad.
Creo que es muy importante esa Universidad que se está construyendo para los días del futuro, en que los estudiantes del Programa de Bachillerato hayan comprendido justamente esta tarea fundamental de cuestionamiento que es la tarea de todo intelectual, de todos los profesionales, de todo aquel que pase por las aulas de una Universidad de verdad.
Ésta es, además, una Universidad que no debe formar profesionales en el vacío; debe formar profesionales con una vocación de servicio público, y en gran medida el servicio público tiene que ver con este sentido de crítica y de construcción de sociedad que deben tener los egresados de una universidad nacional y pública como la Universidad de Chile. Pero además, también en el Bachillerato se aprende algo que se aprende en las carreras tradicionales, pero aquí se debe aprender mejor, desde el punto de vista de la inserción del programa y del contexto universitario; aquí se debe aprender a querer a la Universidad de Chile y se debe aprender a quererla porque se trata de una institución que va mucho más allá de una Universidad, como hoy día se conoce, hasta en la propaganda de los microbuses; esta es una universidad que esta comprometida con el país, que pertenece al patrimonio nacional, que es una universidad que construye conocimiento no solo para validarse así misma, sino que para servir a Chile.
Esta universidad, como todos ustedes bien saben, necesita defenderse como un capital importante del país, no sólo porque estemos nosotros acá. Cuando lo decimos al interior de la universidad eso es importante, es bien recibido y eso lo aplaudimos, pero lo importante es decirlo también allá afuera; es importante que lo entienda la clase política, es importante que lo entiendan los ciudadanos chilenos y que esta universidad es nacional y pública, es patrimonio del país y por lo tanto es una universidad que no debe estar sometida a las estrictas reglas del mercado, a la cual hoy se sujeta a todos al sistema universitario, bueno, malo pero en general de una gran debilidad, de una cuestionable calidad.
Por lo tanto, en este programa es muy importante aprender también eso que todos hemos aprendido de alguna manera en la universidad en las distintas escuelas, facultades y carreras. Quererla y a defenderla, a teñir el corazón de azul, hacernos partidarios de la Universidad de Chile, no sólo porque vinimos acá a obtener un cartón, sino porque aquí hemos obtenido el sentimiento de país, el sentimiento de pertenencia, el sentimiento de servicio que está implícito en la obra fundacional y en el desarrollo de la Universidad de Chile.
Yo les deseo a todos ustedes el mejor éxito en las carreras que han emprendido, pero no olviden que el compromiso fundamental de los egresados de este programa es ser justamente depositarios de esa actitud constructiva, crítica, que permita proyectar a la universidad, pero también ser depositario de este cariño, de esta posición fundamentada de defensa de la Universidad de Chile, institución que necesita de nosotros permanentemente y de la cual sus hijos tenemos la obligación de querer. Suerte, que les vaya muy bien y felicitaciones a todos.