Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Graduación Magíster en Gestión y Políticas Públicas.

Siempre es muy grato, para el Rector de la Universidad, participar en las ceremonias de graduación, porque es un instante solemne, un instante importante, en la vida de la institución y en la vida de cada una de las personas que salen después por esa puerta con un certificado, un logro bajo el brazo, pero es particularmente más satisfactorio en un programa como éste que estamos graduando hoy día. 

El ámbito de las políticas públicas, como muy bien se ha resaltado, por parte de la Directora del Programa  y de los dos estudiantes recién graduados que han hecho uso de la palabra, es un ámbito no sólo de creciente complejidad sino que también es un ámbito de una tremenda y creciente relevancia política y, ciertamente, como ha dicho Alejandra Mizala, la Universidad de Chile se ha comprometido por desarrollar recursos humanos, conocimiento, investigación, en un área que tiene tanta importancia para el hacer de nuestro país.  Los retos están ahí, el reto de cómo combinar crecimiento con equidad, el reto de cómo combinar participación con efectividad, el reto de cómo combinar eficiencia con justicia y, evidentemente,  eso no corresponde ya solamente al ámbito del discurso político, corresponde al ámbito que muy bien se ha reseñado, de diseñar políticas, medidas, iniciativas, que propendan a poner juntos en un sólo objetivo estos elementos que muchas veces se disocian y que parecen contradictorios y hay allí un tremendo requerimiento por parte de nuestras sociedades. 

La política pública no es sólo una materia de mayor tecnificación; la política pública es un tema que hay que acercarlo cada vez más a decisiones que tengan mayor contenido, mayor información, mejor información y, evidentemente, que tengan también un mayor acercamiento a la gente y, por cierto, la formación en esta área reviste una tremenda dificultad y es la dificultad de que el conocimiento no es un conocimiento totalmente definido como lo hacemos en tantos otros magíster en la universidad, en que el área de conocimiento, disciplinariamente hablando, está muy bien acotada. Cuando hacemos un magíster o un programa de este nivel en el área de la computación o de las matemáticas o de la economía o incluso de la biología molecular, el ámbito de conocimiento está perfectamente limitado y también el ámbito del punto de vista de quienes atienden el programa que está también disciplinariamente, relativamente bien acotado, pero, en un programa como éste, lo atractivo, pero, al mismo tiempo, el desafío que se ha abordado, es que el campo del conocimiento es bastante amplio y yo diría, al mismo tiempo, también bastante flexible, dependiendo de los problemas que se abordan. 

Y, por otro lado, como aquí se ha puesto de relieve, cuando mencionaron cada uno de los nombres de ustedes, provienen todos de campos disciplinarios, completamente distintos y eso es un desafío bonito.  Cómo poner una abogada con una economista a aprender de un mismo tema, a tratar de adquirir el mismo tipo de instrumental y a ser capaces de poder contrastar no sólo lo que aprenden sino también cómo proyectan su conocimiento en el área disciplinaria que les corresponde.  Es muy satisfactorio ver en esta graduación que nuestro programa de magíster lo ha hecho con mucho éxito y ese éxito se mide precisamente por la relevancia de la inserción de nuestros egresados en el campo profesional que les corresponde.  Y siempre se me ha informado que nuestro programa coloca a personas en los países respectivos, incluyendo el nuestro, en lugares muy relevantes. 

Y, entonces, esa es la mejor manera de obtener una certificación, independientemente, de todos los procesos de acreditación, en la credibilidad que tienen nuestros graduados en su ejercicio profesional.  Y siento que la demanda que ha tenido nuestro magíster y que es creciente, también revela el éxito que hemos tenido en abordar una tarea que es tremendamente compleja, con un campo disciplinario muy amplio y muy flexible y, al mismo tiempo, una composición de alumnado que también es muy diversa del punto de vista disciplinario.  Pero también es muy satisfactorio siempre en un programa de este tipo felicitarlos, porque un programa graduado en la Universidad de Chile no es el regalo de un cartón; como ustedes bien lo saben, aquí hay esfuerzo, aquí hay una vara que, usualmente, tratamos de no bajar y, por lo tanto, hay un premio también a lo que ustedes han sido capaces de lograr y es muy notable que aquí hay asistentes sociales, hay ingenieros, hay abogados y todos han pasado una vara que es perfectamente comparable para todos ustedes.  Y se hace, además, en medio de sacrificios personales, muchos de ustedes no sólo tienen pareja sino también hijos y, por lo tanto, han abandonado algo, porque el costo de oportunidad es creciente en un programa de esta naturaleza. 

De manera que felicitaciones porque ustedes han cumplido con un programa que tiene relevancia, un programa que es central e importante para el quehacer de esta Universidad y también lo han hecho, superando muchas de las dificultades que en lo estricto y en el terreno de cada uno son, usualmente, muy importantes.  Pero esto del contacto vivo que ustedes deben mantener con la Universidad, me parece a mí un tema muy central.  Las universidades ya no son entes que proveen a pasajeros que transitan por ellas distintos tipos de calificaciones.  Las universidades son entes vivos que permanecen en contacto con quienes se van de ellas y eso para nosotros es muy importante porque ese contacto nos permite aprender más respecto de las preguntas que están afuera y, por lo tanto, nos permite trabajar en responderlas. 

Por eso creo que es muy pertinente decir que ustedes tienen que llevarse también de aquí algunas tareas que son importantes en ese vínculo de ustedes con la Universidad de Chile, estén donde estén.  Creo que la primera tarea es la tarea de excelencia.  Ustedes han sido formados en esta Universidad para estar entre los mejores y nosotros pretendemos formar líderes en todas las disciplinas.  Nosotros queremos formar a quienes están a la cabeza de los problemas, a la cabeza de las decisiones y ustedes tienen que cumplir un rol muy importante en esa dirección, como lo han hecho generaciones anteriores también.  Excelencia es el trabajo fundamental de esta Universidad.  Es lo que queremos hacer en todos los ámbitos disciplinarios que cubrimos y estamos permanentemente en el esfuerzo de apuntar a eso, estableciendo los comparadores del caso y todo lo que podamos hacer para poder garantizar eso, no sólo como una cuestión que el marketing se preocupa muchas veces de subrayar, justa o injustamente, sino como un compromiso real de una institución que tiene un rol de liderazgo real también para el país y para Latinoamérica. 

Pero una segunda tarea, que a mí también me parece muy importante, sobre todo en este programa, es el compromiso de servicio público, es la marca de fábrica de esta institución.  Que muchas veces a uno le preguntan, bueno y en qué se diferencia formar un abogado, un ingeniero o un médico en la Universidad de Chile respecto a cualquier otra institución, la respuesta que damos, la Universidad de Chile pone un sello de servicio público que es muy importante. 

Sabemos que existe un componente de inversión privada que es muy importante en todos estos programas hoy en todo el desempeño universitario.  Sabemos que todos esperamos un retorno a esa inversión, a ese sacrificio que hemos hecho para poder apostar a nuestro título profesional o a nuestros programas de graduados, pero queremos que, a pesar de todo eso, al final siempre exista esa dosis de solidaridad, de entrega a los otros, de servicio al país, que es lo que marca la diferencia entre una universidad que tiene un énfasis humanista y la que no lo tiene. 

Pero una tercera tarea, es que ustedes han venido de distintas partes, incluso me dijeron, alguien de la otra universidad; han venido de distintos países, pero han pasado por esta institución, se han sentido vinculados a ella y, ciertamente, que han pasado a ser hijos de la Universidad de Chile como todos nosotros.  Por lo tanto, la tarea de un hijo de esta institución es saber permanente quererla, es saber permanentemente defenderla y aportar a ella.  Ustedes no sólo han obtenido este título y no sólo se van con el hecho de ser un egresado de un programa de la universidad sino que también, créanlo o no, se han ido con su corazón teñido de azul y eso esperamos que lo conserven con cariño para siempre.

Muchas gracias y mucha suerte.

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