“Es el poder hacer cosas por nuestra cuenta, el tener una voz, hacernos oír”, “es saber que no estamos y que no están solos, y cualquier problema, lo pueden enfrentar con nuestro apoyo”, “es sentirme comprendida y volverme más empática”, “es velar por el bienestar no solo de algunes, sino de todes”, “es sentir mucho apañe”.
Este es el relato que se repite constantemente al conversar con distintes integrantes de la Coordinadora de Estudiantes con Diversidad Funcional de la Universidad de Chile (Cedifuch) y preguntarles por qué se están organizando.
Javiera Mahan, estudiante de tercer año de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables, profundiza un poco más: “Creo que un gran paso es que se reconozca que existimos, que no somos una minoría dentro del estamento estudiantil, y también dentro del funcionamiento funcionario y académico, porque yo creo que ahí es donde está invisibilizada mayormente la presencia de las personas con diversidad funcional”.
Ella, junto a Federico Matzner, estudiante de quinto año de administración pública -quienes cuentan que tienen un diagnóstico de hipoacusia (sordera parcial o completa de uno o ambos oídos)-, y otres estudiantes de distintas carreras de nuestra casa de estudios, a mediados de 2019, comenzaron a organizarse para “alzar la voz” y encontrarse con más compañeres que estuvieron dispuestos a “ser reconocidos por la Universidad”. Entre todes “abrieron un grupo de Whatsapp e iniciaron la comunicación”.
Reconocen que entre el estallido social y la pandemia las cosas se complicaron y bajó el ímpetu por organizarse, sin embargo este 2021 “el grupo se reactivó” y consiguieron, en octubre pasado, la ratificación del Consejo de Presidentes de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile para convertirse en secretaría FECh, lo que su juicio es un paso adelante “en el reconocimiento institucional con las autoridades”.
La realidad en la UChile
Desde que comenzó el proceso de detección y caracterización de alumnos con discapacidad en 2019 dentro de nuestra institución, se ha identificado un total de 653 estudiantes con algún tipo de diversidad funcional, pero este número sólo corresponde a quienes declararon requerir apoyos “para el acceso y la participación universitaria”, por lo que esta cifra puede no representar del todo el universo de alumnes con diversidad funcional.
Lo anterior se ve reflejado en que en algunos de los diagnósticos siempre son tardíos, lo que implica una serie de dificultades y barreras en “la vida cotidiana”, pero por sobre todo en la experiencia universitaria.
Dafni Progulakis, estudiante de quinto año de la Facultad de Derecho, vivió este proceso: “Como soy mujer obtuve mi diagnóstico de autismo tarde, hace aproximadamente un poco más de un año, entonces siempre debí pasar por situaciones difíciles sin tener ninguna ayuda o alguna pista de qué me pasaba. De ahí surgió el interés en organizarme para conocer a más personas como yo y hacer más fáciles las cosas para quienes llegaran a la Universidad en los años que vienen y que no pasen lo que yo pasé”.
Una experiencia similar vivió Daniela Iturra, estudiante de quinto año de ingeniería Comercial, diagnosticada hace “poco tiempo” con Trastorno del Espectro Autista y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad: “Al ser discapacitada, pertenezco a una minoría, y he sufrido mucho a causa de ello por parte de mi entorno, en especial porque nadie sabía de mi condición y se creía que yo era así "a propósito" y "por maldad". Me han excluido muchas personas desde la infancia por ser distinta. Me he forzado a cambiar y a convencerme de que no tenía ninguna dificultad, lo que me ha hecho daño física y psicológicamente. Incluso les mismes profesionales del área de salud mental me han invalidado, principalmente por ser mujer, porque oculto mis rasgos, y porque no hay cultura de actualización de los conocimientos en Chile: tenían información super obsoleta y refutada por la ciencia en la actualidad. Prácticamente tuve que realizar un proceso investigativo por mi cuenta para aprender y lograr identificar mis barreras, y así también llegar directamente a solicitar los diagnósticos específicos que necesitaba. No creo que eso esté bien”.
Las cifras oficiales, a junio de 2021, reconocen seis tipos de diversidad funcional en les estudiantes de la Universidad de Chile: visual (10%), intelectual/cognitivo (3%), espectro autista (8%), física (17%), auditiva (5%) y sicosocial (58); encontrándose en las diecisiete unidades académicas de nuestra casa de estudios.
Les estudiantes reconocen este último punto como uno de los ejes críticos a la hora de hablar de inclusión dentro de la nuestra Universidad, puesto que la conocida diferencia estructural de las distintas facultades e institutos hace aún más compleja la inclusión de todes sus alumnes. “Sabemos que hay facultades que tienen mucho más ingresos que otras, por lo tanto cosas tan básicas como accesos universales, cosas que hoy en día nosotres ni siquiera deberíamos estar pidiendo son inexistentes en algunos espacios académicos. Esa es una de las grandes tareas de la Universidad, realmente tomarle el peso a lo que significan las palabras inclusión y equidad, que no puede pasar solamente por las posibilidades que cada una de las facultades tenga, sino que realmente tiene que ser una política institucional financiada de manera centralizada para que esto permita equiparar la cancha, porque si no seguiremos en la lógica de que los espacios que tienen mayor capacidad de generar ingresos a través de diversos tipos de financiamiento sigan siendo los más óptimos y los que cumplan con ciertos estándares, mientras los otros no tienen ni siquiera una rampa o un ascensor en buen estado para que les estudiantes puedan ingresar a la sala de clases”.
Construir desde el aprendizaje, para “ser escuchades y ser vistos”
Muchas parecen ser las demandas de la Coordinadora de Estudiantes con Diversidad Funcional de la Universidad de Chile (Cedifuch), pero cuando comparten sus experiencias la mayoría pone el foco en la importancia de escucharse entre pares, lo que ha permitido un mayor sentido de sus derechos.
Para Victoria Clavería, estudiante de segundo año de Diseño de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, y quien también tiene Trastorno por Déficit de Atención, “ser parte de este espacio ha significado encontrarme con personas con experiencias similares a las mías, un grupo donde se vela por el bienestar no solo de algunes, sino de todes. He conocido gente maravillosa y he aprendido muchísimos de elles, quiero seguir aprendiendo y fortaleciendo el lazo, no solo porque tenemos realidades parecidas, sino también porque eso es lo que construye sociedad”.
Su visión es compartida por Federico Matzner: “Para mí, ser parte de la Cedifuch, ha significado un gran crecimiento personal, en el sentido de aceptarme como persona en situación de discapacidad y atreverme a hablar del tema con mi familia, amigos y conocidos, incluso a quienes recién conozco. Destaco enormemente haber creado un espacio para que todes les estudiantes que tengan alguna diversidad funcional sepan que no están solos”.
Por su parte, Dafni Progulakis, hace un llamado para ser escuchades y reconocidos: “Creo que necesitamos una Universidad más empática. No debería ser tan difícil pedir comprensión respecto a ciertas situaciones, no obstante, lo es. Esta Universidad necesita comprender que todes sus estudiantes son diferentes y que dentro de esa diferencia hay personas con diversidad funcional que necesitan ciertas adecuaciones y esto no debería requerir de tantas peticiones, debería ser un derecho, ya que todavía pedimos permiso para exigir lo que necesitamos, para poder estudiar en las mismas condiciones que nuestros compañeres”.
“Considero que lo primordial es una mentalidad diferente, no digo que tengan que ponerse en mis zapatos y vivir como yo lo hago, pero sí entender que dentro de nuestro ser persona, existe la diversidad, y eso es una parte crucial de cualquier individuo, yo no entiendo si tú no me explicas, si yo explico y puedes empatizar, no sólo lo haces por mí, sino por cualquiera que se cruce por tu camino de ahí en adelante. Si no se posee una mentalidad diversa, se está negando la existencia de otres, y así se niega la vida misma de esas personas”, agrega Victoria Clavería.
La Coordinadora de Estudiantes con Diversidad Funcional de la Universidad de Chile (Cedifuch) tendrá su primera actividad realizada cien por ciento por elles -con el apoyo de la Oficina de Equidad e Inclusión-, este viernes 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, en el que realizarán el conversatorio “Política de Inclusión y Discapacidad en la Perspectiva de la Diversidad Funcional”, el que podrá ser visto por el canal de Youtube de la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios (VAEC).