zUm, capítulo 5:

Definir el patrimonio: espacios de disputa, memoria y cuidado sobre lo que valoramos

zUm, capítulo 5: Definiendo el patrimonio, sus matices y disputas
El patrimonio inmaterial se define como el conjunto de tradiciones, técnicas, costumbres, rituales y saberes, estilos de vida heredados de una generación a otra.
El patrimonio inmaterial se define como el conjunto de tradiciones, técnicas, costumbres, rituales y saberes, estilos de vida heredados de una generación a otra.
Puente Confluencia, en la región del Ñuble, defendido por la comunidad por ser un lugar donde se cometieron crímenes contra los DD.HH., por lo que la comunidad defendió el puente para defender la memoria histórica.
Puente Confluencia, en la región del Ñuble, defendido por la comunidad por ser un lugar donde se cometieron crímenes contra los DD.HH., por lo que la comunidad defendió el puente para defender la memoria histórica.
Los negativos de la exposición fotográfica "Rostro de Chile" fueron declarados Monumento Nacional, en reconocimiento a esta pieza del patrimonio resguardado por la U. de Chile.
Los negativos de la exposición fotográfica "Rostro de Chile" fueron declarados Monumento Nacional, en reconocimiento a esta pieza del patrimonio resguardado por la U. de Chile.
La académica Daniella Jofré explica cómo, para las comunidades indígenas en Chile, el patrimonio no es un concepto con significado, y que usualmente lo asocian a instituciones como la Iglesia.
La académica Daniella Jofré explica cómo, para las comunidades indígenas en Chile, el patrimonio no es un concepto con significado, y que usualmente lo asocian a instituciones como la Iglesia.
La exhibición "Galería de los Presidentes" del artista, académico y vicedecano Luis Montes Rojas rescata la memoria de los daños y el patrimonio perdido en el contexto de los bombardeos a La Moneda en 1973, poniendo énfasis en la memoria histórica y recordar lo perdido con el golpe de Estado.
La exhibición "Galería de los Presidentes" del artista, académico y vicedecano Luis Montes Rojas rescata la memoria de los daños y el patrimonio perdido en el contexto de los bombardeos a La Moneda en 1973, poniendo énfasis en la memoria histórica y recordar lo perdido con el golpe de Estado.
El patrimonio está en constante puesta en valor debido a que, por su definición desde las subjetividades, está en constante cuestionamiento y lo que genera puede modificarse dinámicamente con el paso del tiempo.
El patrimonio está en constante puesta en valor debido a que, por su definición desde las subjetividades, está en constante cuestionamiento y lo que genera puede modificarse dinámicamente con el paso del tiempo.

El patrimonio se observa cuando la intención es conmemorar y pensar en momentos de gloria o de alegría, pero también irrumpe con fuerza cuando es necesaria la memoria y el reconocimiento de momentos de dolor y situaciones terribles. En tal concepto recae un ejercicio de memoria clave de analizar, porque su mera definición ya es algo que deriva en conflicto o confusión, ya sea desde su vertiente material o inmaterial, en sus variantes cultural, natural, arquitectónica, entre otras.

Según la académica del Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Azun Candina, “el patrimonio no existe per se, no hay nada que sea patrimonio por sí mismo en su materialidad o en su existencia en la sociedad”. Agrega que “todos los patrimonios son definiciones subjetivas y además son definiciones históricas, es decir, que cambian en el tiempo” poniendo énfasis en lo dinámica de estas nociones.

“Lo que valoramos como patrimonio, es decir, como una herencia, sean objetos, prácticas, sonidos, textos, lenguajes, que valen la pena conservar y transmitir a otras generaciones, como una herencia o heritage en inglés, es algo que se define socialmente, subjetivamente y, por lo tanto, es conflictivo también. Porque en un mismo tiempo, un mismo presente, nos podemos encontrar con que ciertos grupos definen algo como patrimonio, y otros grupos no”, acota la académica.

Actualmente, podemos clasificar los distintos tipos de “patrimonios” en dos grandes categorías: material e inmaterial. Se consideran patrimonios materiales aquellos bienes muebles e inmuebles de carácter tangible que son “inestimables e irremplazables” por el valor histórico-cultural que aportan. Aquí encontramos: patrimonios arquitectónicos, arqueológicos, artísticos e históricos, industriales y naturales. Por otro lado, aquel patrimonio intangible se denomina “inmaterial”, y trata de un conjunto de tradiciones, técnicas, costumbres, rituales y saberes, estilos de vida heredados de una generación a otra.

“Chile es un país súper grande y posee un montón de patrimonios de diferentes categorías. Existen inmuebles que están protegidos bajo normativas, bajo leyes, que pueden estar en un grado de conservación muy bueno y pueden estar siendo gestionados hasta el día de hoy”, explica la estudiante de Arquitectura Constanza Machuca, quien investigará la situación de algunos espacios patrimoniales en el país. Por ello, advierte que esa no es la situación de todos los inmuebles de carácter patrimonial. “Existen muchos que no están protegidos con ninguna normativa, muchos que lamentablemente ya no existen, que a través del tiempo fueron desmantelándose, quedando en la obsolescencia. Hay otros que están en estado de deterioro, a punto de desaparecer. Es una mezcla de distintas situaciones”, indica.

¿Qué es patrimonio y qué no lo es?

La académica Daniella Jofré comenta que “la palabra ‘patrimonio’ ya genera una tensión porque ocupa el ‘patri’ del ‘padre’ y del 'patriarcado’, entonces muchas veces es difícil identificarse”. Arqueóloga, académica y coordinadora de Extensión y Vinculación con el Medio del Departamento de Antropología de la U. de Chile, la profesora Jofré enfatiza lo dinámico de los conceptos ligados al patrimonio porque “de por sí, la palabra ya genera cierta distancia, y gracias a lo dinámico de la cultura se van generando redes que se van apropiando de estos patrimonios”. Pone como ejemplo su experiencia y trayectoria con comunidades indígenas para las cuales el patrimonio “es un concepto ajeno, no hay traducción al aymara o mapuche. Y, en ese sentido, si uno pregunta dónde está el patrimonio, qué considera usted como patrimonio, te van a decir ‘la iglesia’ o ‘el fundo’. Entonces, es completamente ajeno a lo que nosotros identificamos desde una visión más moderna y urbana”.

Azun Candina pone como antecedente la legalización de la definición de patrimonio, porque lo subjetivo ha llamado a definir los llamados “procesos de puesta en valor”. “No basta con decir ‘nosotros creemos que esto es patrimonio’, sino que se tienen que establecer ciertas características en cuanto a tres criterios que son básicos, que están desde la declaración de la Unesco en el 72: que es algo único, que no se repite en otros lugares; la definición de belleza, una muy subjetiva y social; y el tercer lugar, el concepto del peligro”, complementa la académica y doctora en Historia, quien agrega un par de hitos en esta vía: la declaración de la ex Villa Grimaldi, Parque por la Paz, lugar de tortura, entre 2003 y 2004 en Chile; y la declaración de la ESMA, la Escuela de Mecánica de la Armada, “uno de los lugares más siniestros de la represión en Argentina, actual parque cultural Haroldo Conti”, complementa.

Patrimonio y memoria

Ese nexo entre historia y patrimonio permite dinamizar los procesos de definición, pero también reabre ciertas heridas históricas. La declaración de la Unesco implica la existencia de un peligro, lo que involucra la existencia de un conflicto, y ello implicaría que en el patrimonio conviviría una nueva relación con los procesos de dolor, terror, y con toda la materialidad asociada a él. Una nueva relación, no contemplativa, sino más bien activa en el proceso de rememorar todo aquello que no se quiere repetir.

Por ello es que la memoria se ha vuelto parte importante de los avances y cruces conflictivos al hablar de patrimonio. La profesora Candina explica que “hasta este siglo, estudios patrimoniales y de memoria eran campos separados, sin mayor relación”. Pero que en el siglo XXI, particularmente en la primera década, “en América Latina ocurre algo muy interesante. Por primera vez sitios de memoria empiezan a ser declarados sitios nacionales o monumentos históricos, es decir, entran en este campo de lo patrimonial”. De esta forma, reafirma que “sí, es un campo de disputa, mucho más de lo que parece desde fuera”.

El artista y académico de la Facultad de Artes de la U. de Chile, Luis Montes Rojas, expresó parte de las consecuencias del golpe de Estado mediante su “Galería de los Presidentes”, exposición consistente en una recreación de una colección de 30 esculturas que resultaron destruidas tras el bombardeo a La Moneda. En sus palabras, “me parece que es lógico que la discusión sobre lo que acontece hace 50 años haya sido una discusión que se centra en otras cuestiones, fundamentalmente en la vulneración de los derechos humanos, el quiebre de un régimen democrático, pero para poder pensar esa situación es que yo hago alusión a una dimensión patrimonial extraviada”, y es ahí donde la obra permite una conversación más profunda.

El monumento evidentemente participa de la construcción identitaria. Nosotros somos capaces de identificar las historias que están contenidas, pero, al mismo tiempo, a través de esa identificación, entender quiénes somos como sociedad, al tener una historia común y una memoria común”, dice el también vicedecano de la Facultad de Artes, apuntando a que “lo interesante del asunto sería poder analizar la historia críticamente. La historia puede ser efectivamente una escritura y pensar que eso ha quedado inmovilizado, pero me parece que es interesante cruzar miradas porque la historia no es solo una, son muchas, muchos relatos, que deben ser analizados con la consciencia de estar en un tiempo distinto”.

En la búsqueda de esas definiciones es que la académica Daniella Jofré propone que “el currículum escolar debiese integrar un trabajo más profundo con el patrimonio que conocemos en Chile, de los pueblos originarios y también de la historia más reciente, porque no es lo mismo hablar de 500 años de colonialismo que los últimos 50 años después de la dictadura cívico-militar”. A su juicio, esto permitiría conocernos mejor “como sociedad chilena y las distintas mezclas que tenemos, ya sean indígenas, europeas. Trabajar con el patrimonio y la memoria implica hacerle frente a eso y es parte de lo que debiera trabajarse en las escuelas y los colegios”.