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La historia a través del plumaje: transformaciones de la ciudad en la fisonomía de las palomas

Transformaciones de la ciudad en la fisonomía de las palomas
"Las alteraciones del paisaje natural afecta particularmente a las características bioquímicas y fisiológicas de las palomas, por factores de contaminación ambiental, por la luz, la temperatura, entre otros factores”, indica Verónica Palma, académica de la Facultad de Ciencias Uchile.
"Las alteraciones del paisaje natural afecta particularmente a las características bioquímicas y fisiológicas de las palomas, por factores de contaminación ambiental, por la luz, la temperatura, entre otros factores”, indica Verónica Palma, académica de la Facultad de Ciencias Uchile.
"Si tú ves una paloma negra en la calle, esa paloma no solo es negra, sino que es negra, pero además cumple una serie de elementos asociados con ese color", explica Isaac Peña, Doctor en Ecología y Biología Evolutiva e investigador Uchile.
"Si tú ves una paloma negra en la calle, esa paloma no solo es negra, sino que es negra, pero además cumple una serie de elementos asociados con ese color", explica Isaac Peña, Doctor en Ecología y Biología Evolutiva e investigador Uchile.
Una de las variables ambientales estudiadas que afectan al plumaje de palomas son las denominadas “islas de calor urbanas”, donde los extremos térmicos que posee el territorio impactan en las características inmunológicas y la respuesta celular a las altas temperaturas.
Una de las variables ambientales estudiadas que afectan al plumaje de palomas son las denominadas “islas de calor urbanas”, donde los extremos térmicos que posee el territorio impactan en las características inmunológicas y la respuesta celular a las altas temperaturas.
 El usar la paloma, una especie que nos acompaña hace tanto tiempo para hacer estos estudios de ecofisiología, permite ir desde el estudio de lo molecular a lo paisajístico.
El usar la paloma, una especie que nos acompaña hace tanto tiempo para hacer estos estudios de ecofisiología, permite ir desde el estudio de lo molecular a lo paisajístico.

Sin duda, si hay una especie que ha acompañado la historia del ser humano y ha visto la evolución de las ciudades son las palomas. Originarias de Medio Oriente, África del Norte y Asia, dicha especie no es autóctona de nuestro país, más bien fue introducida durante la colonia.

“De hecho, mucha gente recuerda las palomas mensajeras, que fueron domesticadas hace bastantes siglos atrás. Y así entonces fueron migrando junto con los seres humanos, llegando a Latinoamérica y particularmente a Chile. Estas palomas se adaptaron muy bien a su entorno y a la convivencia con el ser humano. Antiguamente, inclusive, las palomas se consumían”, explica Verónica Palma, bióloga, investigadora y académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. 

Criadas inicialmente en jaulas, hoy circulan libres por nuestras ciudades, debido a los altos edificios que imitan su hogar natural: cuevas y acantilados. Pero las palomas son testigos no solo de la vida cotidiana en distintos puntos de la Región Metropolitana, también son reflejo de cómo se ha ido transformando la ciudad contemporánea.

“Las palomas, en el fondo, han demostrado ser una especie resiliente que refleja cómo las ciudades han ido transformando su entorno. La construcción, la urbanización, los edificios, las alteraciones del paisaje natural, la menor vegetación, todo eso no nos afecta solamente a nosotros, sino que afecta también a los animales que viven con nosotros. Entonces, particularmente las características bioquímicas y fisiológicas de las palomas pueden verse alteradas por factores de contaminación ambiental, por la luz que incide, por la temperatura, entre otros factores”, indica la profesora de nuestro plantel.

Esta es justamente una arista que explora la académica mediante un Fondecyt de iniciación que lidera Isaac Peña, Doctor en Ecología y Biología Evolutiva e investigador U. de Chile, y donde trabaja en colaboración con el Dr. Pablo Sabat, profesor de la Facultad de Ciencias de nuestro plantel. Este equipo ha logrado determinar que las palomas son centinelas de lo que nos pasa en esta sociedad moderna y en esta ciudad en expansión analizando su plumaje. 

Pero, ¿cómo opera el color? Lo explica en detalle Isaac Peña: “El color de las palomas depende del mismo sistema que determina nuestra coloración, que se conoce como el sistema de las melanocortinas. Básicamente una serie de genes que generan diferentes efectos en el cuerpo, pero algunos de ellos son muy importantes en la coloración. Ahora, el color no es trivial. No es trivial, porque hay una palabra en griego se dice pleiotrópico, pleios significa múltiples y tropos, cambio. Entonces, ¿qué quiere decir? que un gen genera un cambio en color, en conducta, en respuesta inmunológica y en muchos otros. Por ejemplo, si tú ves una paloma negra en la calle, esa paloma no solo es negra, sino que es negra, pero además cumple una serie de elementos asociados con ese color, en tanto, estos múltiples sistemas presentan una única base que es endocrina y genética, que es esta pleiotropía del sistema las melanocortinas, que es lo que llamamos. Por eso el color es super interesante. Y si te fijas, las palomas son de múltiples colores, son polimórficas”.

Variables del paisaje urbano y su impacto en las palomas

Como bien menciona el investigador, hoy encontramos palomas de diversos colores: las hallamos más típicamente azul grisáceo con dos bandas negras en las alas, pero también existen negras, blancas o cobrizas, de un solo color o manchadas. A través de censos de esta ave en todo Santiago y de la toma de muestras de sangre, plumas y piel en determinadas localidades, el equipo analizó la distribución de sus coloraciones, identificando que varían en función de las condiciones ambientales impuestas por la capital.

“Nos hemos enfocado en estudiar esa heterogeneidad en diferentes niveles”, agrega Peña, “desde densidad de habitantes hasta impermeabilización del suelo, que nos entrega parámetros más químicos del entorno. Y hemos con ello encontrado que las palomas difieren en este mosaico que es la ciudad. Así, por ejemplo, en lugares donde hay una mayor cantidad de personas, las palomas son con piernas más gorditas, es decir, tienen mayor masa corporal. Y eso lo asociamos directamente con la disponibilidad de recursos, o sea, basura. Y cuando mencionas la contaminación ahí volvemos al color. Una paloma negra está expuesta a un contaminante que es un metal, lo consume, lo ingiere, lo aspira y lo almacena en las plumas. Lo saca de circulación hacia sus plumas”.

Estos cambios a nivel del paisaje y su influencia en las palomas quedan demostrados con una foto histórica: “Palomas en la Plazuela del Teatro Municipal (Santiago)” disponible en el portal Memoria Chilena,  imagen que data de entre 1910 y 1940 y donde podemos ver los edificios allí presentes. En esta imagen, al menos el 40% de las palomas son blancas. Ahora, en este estudio, el equipo ha evidenciado que solo el 2% de las palomas posee esta característica en la ciudad, lo cual podría deberse a que no toleran la contaminación ambiental de la misma forma que las palomas negras o más melánicas. 

Además, otra de las variables ambientales estudiadas que afectan al plumaje de palomas son las denominadas “islas de calor urbanas”, donde los extremos térmicos que posee el territorio impactan en las características inmunológicas y la respuesta celular a las altas temperaturas. Por lo mismo, en puntos donde las temperaturas del suelo y del aire son tres o cuatro grados más que el entorno rural o suburbano, generalmente encontramos palomas oscuras debido a que reflejan mejor las longitudes de onda cercanas al infrarrojo que aquellas más blancas.

Así, la paloma co-evoluciona con la ciudad y es un buen ejemplo de cómo el ser humano interviene el ecosistema, señala Peña: “La paloma que lleva varios siglos con nosotros, por tanto si tratamos de identificar el efecto del hombre sobre la fauna, la paloma es un buen referente, porque está ahí junto a nosotros, no las vemos, las ignoramos, pero están ahí alrededor de un edificio, al lado de las fuentes tomando agua”.

En definitiva, este estudio trasciende la biología y nos invita a preguntarnos cómo está impactando nuestro modo de vida. Lo interesante, indica la profesora Palma, es que estamos viendo estos cambios en pocos años "para lo que es una escala evolutiva, por ejemplo, en 100 años estamos viendo cambios bien dramáticos en la manera de cómo conviven o cómo se comportan las palomas. Las palomas se las han arreglado súper bien. Y por tanto yo, per se, no veo que haya un riesgo en cuanto a que pueda desaparecer la paloma".

Proyecciones de la investigación 

En este sentido, y en miras a seguir explorando el efecto de distintas condiciones ambientales, parte de las muestras extraídas -conseguidas bajo todas las normativas de bioética de la U. de Chile y del SAG- han cruzado el océano para ser investigadas en Australia, específicamente en el laboratorio de la Dra. Stuart-Fox, referente mundial en el estudio de la coloración de los animales, quienes están analizando las propiedades ópticas de las plumas de las palomas santiaguinas. Junto a ello, Isaac Peña recientemente se adjudicó el Fondecyt Regular 2025, que les permitirá seguir estudiando las palomas no solo en Santiago, sino también en distintas ciudades a lo largo y ancho de Chile.

“También estaremos estudiando la metabólica, analizando qué otros elementos podemos encontrar en la sangre de las palomas que podrían ser indicativas de cómo influye la contaminación; también evaluaremos la presencia de microorganismos en las palomas, ya sean parásitos, bacteria, dependiendo del lugar donde ellas viven, y que puede tener que ver directamente con brotes de enfermedades, como la gripe aviar, de la cual hubo un brote hace un año”, complementa Verónica Palma.

Este tipo de proyectos resulta interesante porque a la fecha esto ha sido poco explorado. El usar la paloma, una especie que nos acompaña hace tanto tiempo para hacer estos estudios de ecofisiología, permite ir desde el estudio de lo molecular a lo paisajístico.

Si quieres saber más al respecto, te invitamos a revisar el capítulo 165 de Universidad de Chile Podcast. Ya disponible en Spotify, Tantaku, Apple Podcast y YouTube.