Mucho antes de que aparecieran los humanos, los dinosaurios rondaban por el planeta. Eran los amos indiscutidos de la Tierra hasta que, hace 66 millones de años, un asteroide impactó a nuestro planeta y los borró del mapa.
Pero aunque ya ha pasado mucho tiempo desde ese momento, niños, niñas, jóvenes y adultos en todo el mundo continúan fascinados con estas especies. Las exhibiciones de dinosaurios suelen ser las más exitosas en los museos de ciencias naturales, y películas como “Jurassic Park” o “Godzilla” siguen cautivando a distintas generaciones.
La ciencia que inspira estas historias y escenarios es la paleontología, la cual estudia e interpreta los fósiles para conocer el pasado remoto de la vida sobre la Tierra. Así nos comenta Hans Püschel, biólogo evolutivo, paleontólogo e investigador del Núcleo Milenio Transiciones Evolutivas Tempranas de Mamíferos - EVOTEM:
“Nosotros nos encargamos de entender cómo los organismos en el pasado vivían, cómo están emparentados. Y de esa manera nos permite comprender el ecosistema en que vivían. Para nosotros, los paleontólogos, es súper entretenido porque se asemeja a la labor de un detective, con pistas que van quedando. Porque obviamente no queda la película completa, más bien, los registros geológicos son como un gran libro al que le faltan algunas páginas. Entonces, uno tiene pequeños pedazos y cuando vamos al terreno y sacamos estos tesoros, vamos reconstruyendo un poquito más esta historia. Y eso es lo bonito, uno aprende de mundos perdidos, mundos muy diferentes al actual. Siento que la gente tiende a conectar mucho con esto, les cautiva, llama a la imaginación, incluso si no están dedicados al tema”.
Definida como una ciencia interdisciplinaria entre la biología y geología, explica el investigador, la paleontología se caracteriza por estudiar las distintas evidencias de los organismos del pasado de manera directa o indirecta. En otras palabras, su especialidad es analizar huesos, desechos metabólicos e integumentos (como pelo, uñas y piel) que, en conjunto, iluminan cómo la vida se adaptó o desapareció ante grandes desafíos ambientales.
Nuevo mamífero de la era de los dinosaurios en la Patagonia
Este es el espíritu que está detrás de un reciente descubrimiento en la Patagonia chilena, donde el investigador Püschel participó junto a científicos de EVOTEM y la Red Paleontológica de la Universidad de Chile. Se trata de Yeutherium pressor, el nuevo e importante hallazgo del Mesozoico encontrado en el Valle del Río de Las Chinas, en la Región de Magallanes. Los detalles los comparte Alexander Vargas, académico del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y director de la Red Paleontológica U. de Chile.
“En el sitio que se llama Saurópodo (denominado así por los descubrimientos de huesos de dinosaurios gigantescos de 20 metros y más), habíamos encontrado dinosaurios muy chiquititos. Empezamos a darnos cuenta que había huesos de vertebrados pequeños, lagartijas, anfibios, pero también muchísimos restos de mamíferos. Y estos son escasamente conocidos. La historia de ellos en el hemisferio sur durante la era de los dinosaurios es muy enigmática. Entonces, la importancia científica de estos restos era tal que nosotros cambiamos toda nuestra metodología de trabajo y de extracción para maximizar la obtención de cualquier pequeño resto de mamífero que pudiera estar apareciendo en el sitio. Y fue así como pudimos detectar este pequeño trocito de cráneo con un diente, proveniente de un linaje del cual se sabía muy poco. Solo se sabía que había por ahí algo con dientes muy raros que habían aparecido en Argentina. Era un animal que se llamaba Reigitherium. Y efectivamente, Yeutherium es el segundo miembro jamás conocido para la ciencia de este linaje”, explica el investigador.
Como especifica el profesor, Yeutherium es un mamífero muy pequeño que no superaría los 30 o 40 gramos y si tuviéramos que llevarlo a lo que tenemos hoy, podríamos decir que su tamaño sería más o menos parecido a un ratón doméstico. Sin embargo, esta especie recientemente descubierta no tiene pariente cercano vivo en las categorías más amplias de mamíferos conocidos, enfatiza Alexander Vargas.
“Los tres tipos principales de mamíferos que hay hoy en día son los placentarios, los marsupiales y los monotremas (que son tan raros que ponen huevos). Y Yeutherium no cabe dentro de ninguna de esas tres categorías básicas de mamífero que hay vivo hoy en día. Es un linaje de divergencia antigua después de los que ponen huevos, pero antes de los otros dos grupos. Entonces, es algo único, sin comparación. Tan especial en su posición evolutiva y del cual no tenemos evidencia cierta sobre cómo se reproducía. Puede haber tenido un bolsillito, como los marsupiales actualmente, en el cual nace una cría muy poco desarrollada, como una especie de feto, pero puede incluso haber puesto huevos. O sea, eso no se puede descartar. Así de antiguo y extraño es el linaje al que pertenece Yeutherium”.
Desafíos del trabajo paleontológico en Chile
Sumado a esto, para Hans Püschel, el descubrimiento de Yeutherium resulta notable porque permite saber más en torno a los mamíferos durante la era de los dinosaurios en el hemisferio sur, en un contexto donde Chile sigue siendo una pieza faltante en el mundo de la paleontología.
“Históricamente, la paleontología se ha desarrollado mucho. Partió en el hemisferio norte con una visión más o menos colonialista. Ellos estudiaron sus áreas, pero una vez que estuvieron listos, viajaron a otras partes del mundo, incluyendo a Chile. Fue así como llegaron grupos de estadounidenses a tomar los fósiles, llevarlos de vuelta a Estados Unidos y publicar investigaciones desde allá. Pero nunca involucraron a las comunidades locales, no formaron estudiantes. Entonces, en general la paleontología en Chile estuvo muy ligada a estas prácticas. Y es más reciente que chilenos/as estén levantando este patrimonio, dándole valor, dándolo a conocer. De hecho, estamos en un periodo yo diría muy fructífero para sacar esta disciplina adelante, porque hay un capital humano importante, gente joven sumándose, quienes traen experiencias de afuera, conocimientos para aportar localmente”, comenta Püschel.
Por lo mismo el descubrimiento de Yeutherium fue reconocido por la prestigiosa revista Proceedings of The Royal Society B del Reino Unido, ya que refleja un trabajo de larga data para encontrar y analizar esta pequeña pieza del mamífero.
Pero, ¿te imaginas cómo es el trabajo paleontológico en terreno? ¿Cuánto tiempo tardan en encontrar los restos de una especie? Y, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan como equipo? Nos cuenta en detalle el investigador Püschel: “Este sitio en realidad es un lugar en el que el equipo ha trabajado unos 10 años. Cuando uno parte esto, generalmente viene primero la exploración, la cual implica tomar los antecedentes de un sector, una carta geológica normalmente, y ver rocas que tienen mayor potencial de tener fósiles. Obviamente el ojo y la experiencia de alguien que trabaja en el tema es muy importante, porque muchas veces los fósiles son muy parecidos a las mismas rocas que los contienen. Entonces, hay que tener como muy buen ojo para hallarlo. Y una vez que uno encuentra un hallazgo se hace un trabajo más intenso. Ahora, si se encuentran restos in situ, por ejemplo, un hueso de dinosaurio que está aflorando de la roca, ahí se recomienda excavar.
“Pero como estos restos son muy pequeños, hemos tenido que ajustar nuestra metodología a excavar bien lento, con herramientas más chicas”, detalla el investigador de EVOTEM. “Por ejemplo, el diente de Yeutherium, es del tamaño de la cabeza de un alfiler. Entonces, ya es impresionante que lo encontráramos. También uno piensa cuántas cosas en otras partes uno las pierde porque no las ve. Y bueno, después que uno encuentra algo, el trabajo largo es estudiarlo, discutir qué es lo que teníamos entre manos, conversar más o menos cuáles son las hipótesis y al final escribir este trabajo que salió en esta revista. Todo el proceso toma años, no es como que uno lo encuentre y ya está publicado. Es un trabajo de escritorio. Entonces si, está la parte de terreno, que es la parte más romántica, pero la parte de escritorio en el computador es la que más uno está”.
A este contexto, se suman los desafíos geográficos, indica el investigador, puesto que el Valle del Río de Las Chinas es un sector remoto con condiciones similares a un ambiente subantártico, con vientos que pueden alcanzar 100 km por hora, además de altas capas de nieve que en ocasiones imposibilitan la excavación. Debido a este escenario, otro de los desafíos permanentes es contar con el financiamiento para ejecutar estas campañas, dado sus altos costos en traslado, comida y equipamiento necesarios para permanecer semanas en el terreno.
Conocer el pasado es fundamental no solo para mejorar la comprensión de la prehistoria en este rincón del mundo, sino también para responder a los desafíos que enfrentamos para proyectarnos hacia el futuro, señala Alexander Vargas: “Nosotros como chilenos somos guardianes y responsables ante el mundo de estos tesoros científicos que hemos encontrado en Magallanes. Entonces, todo eso es muy importante para la región y para nuestra cultura nacional, del cual tenemos que estar enterados y orgullosos. La ciencia tiene un rol educativo y cultural, y este tipo de descubrimientos son importantes para el crecimiento y desarrollo integral de un país culto, inteligente, porque estimula la imaginación de los niños y de los adultos, de todos por igual, y nos acercan al pensamiento científico”.
Si quieres saber más al respecto, te invitamos a revisar el capítulo 186 de Universidad de Chile Podcast. Ya disponible en Spotify, Tantaku, Apple Podcast y YouTube.