Exposición del Rector de la Universidad de Chile, profesor Luis A. Riveros, con motivo de la Inauguración del Año Académico 2004
Deseo saludar con afecto al querido amigo y colega el distinguido profesor y premio Nóbel, Ricardo Giaconi –desde hoy: Doctor Honoris Causa de la Universidad de Chile– por esta clase que nos ha brindado y por su disposición preferencial en el tiempo. Nosotros, como él lo sabe, seguiremos siendo su apoyo permanente en los proyectos que emprenda, especialmente en esa maravillosa iniciativa ALMA que se edifica en el norte –que dirige acertadamente– y que ha de constituir la más grande aventura científica de los próximos 20 años.
Inauguramos este año académico con tareas específicas con respecto al progreso en calidad de nuestro trabajo universitario y la búsqueda de la mejor organización académica posible. No olvidemos, que nuestros lineamientos estratégicos nos llaman a enfatizar el trabajo de posgrado y de investigación como el sello que posiciona nacional e internacionalmente a la Universidad de Chile. Para lograr una mejor realización en esas tareas, resulta indispensable un buen trabajo interdisciplinario, propiciado por medio de la vinculación activa entre nuestras facultades e institutos, y que permita crecer a los doctorados en ámbitos temáticos y en profundidad. La investigación, por su parte, debe permitir consolidar nuestros posgrados, como asimismo la necesaria renovación académica que persigue la Institución, y que se ha de seguir incentivando como un factor crucial para el desarrollo de la Universidad de Chile. Esto último, especialmente en la dirección de implementar investigación de inspiración nacional, en vistas a prioridades de país, que debemos favorecer como institución nacional y pública que somos y seguiremos siendo.
Pero nuestros lineamientos también nos indican a enfatizar la calidad del pregrado, como una forma de enfrentar una situación mercantil y distorsionadota que se genera en forma creciente en la educación superior. Por ello, tenemos que revisar con sinceridad nuestra oferta, modificándola en forma acorde con los patrones de calidad y servicio al país que debemos promover. En gran medida, el mejor hacer en materia de pregrado tiene que ver con la dedicación efectiva de nuestros académicos a la docencia cosa que todos debemos practicar como una forma de demostrar que el pregrado es vital en nuestra institución, a la vez que el fundamento para nuestras políticas de posgrado e investigación. La innovación en materia docente, la búsqueda de nuevas formas de entrega del conocimiento, la vinculación activa de nuestra investigación con la formación profesional que practicamos, son responsabilidad permanente y ámbitos en los que debemos innovar en cada una de nuestras facultades e institutos, lo cual ha de requerir en varios casos, una profunda reorganización institucional que estimulamos para que se concrete rápidamente.
En la inauguración del año académico señalo, que esos compromisos deben acentuarse en el trabajo permanentemente, favoreciendo el desarrollo de los posgrados, incentivando de manera activa la investigación básica y aplicada, y propiciando el mejoramiento sostenido en la calidad de nuestros pregrados. Destaco las tres tareas fundamentales que nos han de preocupar durante este año.
Primero, cumplir con el compromiso de acreditación institucional, lo cual requerirá de una mirada profunda y crítica a lo que estamos haciendo, y para lo cual recibiremos también insumos desde el exterior, que nos proporcionarán el saludable aire fresco para el cambio que tenemos que producir en tareas, estructuras y orientaciones. No solo se cuenta para ello con los lineamientos estratégicos que estableció el Consejo Universitario en el año 2003, que se revisarán este año para proyectarlos hasta el año 2008, sino también con el trabajo del Senado Académico en orden a consensuar un Plan Estratégico basado en indicadores de gestión académica. Deseamos, sin embargo, que la acreditación institucional que se promueve en el país, se dirija a proveer efectivamente señales sobre calidad, y no a implementar un sistema que formalice la existente anarquía con que funciona la educación superior chilena.
Segundo, adoptar un programa de retiro de personal con preferencial preocupación de la situación previsional de los afectados. Hemos solicitado al Supremo Gobierno la iniciativa legal que permita implementar el retiro de funcionarios y académicos en edad de jubilar, y que requieren para ello un apoyo en cuanto a sus pensiones afectadas por el cambio a que se les obligó desde el cambio de sistema previsional. La Comisión Normativa Transitoria elaboró un proyecto que ha sido analizado en las instancias superiores, y que podría permitirnos un ahorro sustantivo de recursos que deseamos ubicar en el apoyo a los programas de renovación y mejoramiento del trabajo académico. En ausencia de una política de Estado activa para estimular el desempeño de las universidades que le pertenecen, propiciamos que al menos se nos faculte para usar los recursos presupuestarios para llevar adelante una necesaria reestructuración de personal.
Tercero, consolidar la reforma del pregrado que se viene trabajando por cerca de cuatro años. Tal reforma implica un examen profundo sobre la estructura de las mallas curriculares y la existencia de un programa formativo inicial común para toda la Universidad. Hasta ahora, los cursos de formación general han tenido singular éxito, tanto considerando la demanda por parte de los estudiantes como en cuanto a asegurar un cambio que debe producirse en nuestras culturas docentes y organizacionales. Junto con revisar nuestro hacer en materia de programas de pregrado, es indispensable que miremos críticamente lo que sucede en muchas de nuestras carreras, para poder enfrentar mejor las contingencias que año a año presentan los procesos de selección y admisión. Asimismo, se debe enfrentar la necesidad de reenfocar los criterios de docencia en muchos aspectos, para poder brindar una formación profesional de primera línea, asentada en los mejores desarrollo posibles que puedan alcanzarse como referencia. Como he dicho, el énfasis en calidad e innovación requerirá la reorganización de varias facultades y organismos, como ya de hecho se lleva a cabo, para adoptar estructuras y normas funcionales que favorezcan el mejor desempeño en las tareas universitarias.
Estimados miembros de la comunidad universitaria: La Universidad de Chile fue incluida en el estudio propiciado por la comunidad europea en el año 2003, como la única Universidad chilena y una de las siete latinoamericanas, en el ranking mundial de las primeras 500 universidades del mundo. Eso nos obliga a seguir trabajando con ahínco para mantener los estandares de calidad, para seguir en la delantera absoluta en materia de investigación, posgrado e innovación en los pregratos. Sabemos que solamente contará nuestro esfuerzo para corregir lo que sea necesario y seguir avanzando. Yo llamo con ahínco a que hagamos todos un compromiso para entregarle a esta Institución todo lo que sea necesario para que siga siendo la Universidad amplia, de calidad y de futuro que Chile necesita, como lo ha sido a lo largo de los años –pese y en contra de los intentos por ahogarla y perjudicarla que fueron explícitos hasta 1990, y que ahora se manifiestan de modos más sutiles pero no por ello menos interesados o activos.
Este será un año difícil en materia de financiamiento estudiantil, debido a la crisis estructural del Fondo de Crédito Solidario. Las demandas de créditos exceden a las disponibilidades en nuestra institución a pesar de las mayores tasas de recuperación de deuda y de reprogramación que mostramos respecto al resto del sistema. Al mismo tiempo la morosidad, especialmente por parte de estudiantes en condiciones socioeconómicas de pagar, afecta seriamente el presupuesto universitario y los proyectos de desarrollo. Por ello, incentivaremos un manejo financiero muy prudente, evitando todo gasto extraordinario, para poder enfrentar una situación que puede llegar a ser seria en el curso del año. Por ello también, llamaremos a las unidades académicas a emprender todo esfuerzo que sea viable para asegurar la estabilidad de la gestión académica y financiera.
Nuestros anhelos se manifiestan en los programas de inversión y de renovación de la planta física, especialmente por la iniciación de los trabajos para dar forma a nuestro Parque Científico y Tecnológico. También en el esfuerzo emprendido por el Consejo Universitario para cambiar el patrón histórico implícito en nuestro presupuesto institucional, y que ha de permitir un más adecuado estímulo al trabajo en áreas disciplinarias más desventajadas respecto del mercado asimismo, nuestros anhelos se reflejan en la pronta implementación de una oficina de coordinación en Puerto Montt, y en el acceso a la administración por comodato del Teatro Oriente de Santiago para nuestra programación artística y cultural asimismo, nuestros empeños son visibles en el éxito en nuestro proceso de selección y admisión del año 2004, como también en la consolidación en materia de becas para estudiantes de posgrado, y en el reconocimiento que se otorga a nuestros académicos en todas partes por la calidad de su trabajo de investigación. Sin duda, parte de nuestros anhelos es también que exista una política consecuente por parte del Estado para financiar a los estudiantes en forma acorde a sus capacidades y a la calidad de las instituciones de educación superior, como también para proveer los recursos que precisa esta, la Universidad del Estado de Chile, para seguir asegurando el cumplimiento integral de su tarea formadora.
Por todo ello, y por mucho más, hemos de seguir comprometiendo el esfuerzo, la convicción, nuestra fuerza, para que este año 2004, la Universidad de Chile avance pasos importantes para constituir la mejor Universidad para Chile, la mejor institución universitaria chilena frente al mundo, al Alma Mater del país que se aventura en la sociedad del conocimiento con la perspectiva de éxito que se fundamenta en la historia gloriosa de aporte a la nación y a sus hijos.