Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración Año Académico Liceo de Aplicación.

Desde luego que nadie tiene que agradecerme por estar acá. Es un privilegio estar en un colegio que tiene esta tradición, esta historia que es reconocida y del cual ha salido tanta gente importante que ha hecho aportes al país y que lleva además por orgullo el ser un colegio público, que hoy día pasa y tiene que recobrar importancia, porque la educación pública debe ser el elemento que guíe, que comande los progresos en educación en el país. De manera que estar acá es realmente para mí muy satisfactorio, además, con una nota personal. Yo soy una persona del barrio, me crié por aquí cerca, de manera que este colegio siempre ha estado en mi memoria desde niño. Estudié en un colegio acá cerca, en el Liceo Amunátegui, precisamente cerca de mi casa y ahora también vivo aquí cerca, en la Casa Central de la Universidad de Chile. De manera que por varias razones, además por el hecho de tener que venir a votar a este local cuando corresponde, es también una razón por la cual el Liceo de Aplicación siempre está en mi memoria, además, como he dicho, de lo que significa como baluarte de la educación pública y de los liceos fiscales chilenos.

Entonces me han pedido que hable de universidad y con ustedes, por cierto, no quiero dar una conferencia, de esas cosas que son un poco aburridas y que quedan como algo que pasó, pero que en realidad nadie se acuerda mucho, eventualmente, de lo que se dijo. A mí me gustaría focalizar en una pregunta central que es, por qué y cómo hay que estudiar hoy día, hoy día que estamos hablando del año 2004 y ustedes comenzarán probablemente su vida profesional o de trabajo, normalmente, yo diría, unos seis u ocho años más tarde a partir de ahora. Y si uno mira el progreso que ha habido en los últimos diez años en materia tecnológica, de comunicaciones, uno puede decir que, cuando ustedes estén allá afuera y sean algunos de ustedes técnicos, otros sean ingenieros, otros sean profesores, abogados o lo que vayan a ser, va haber una realidad que va a ser tan distinta a la de hoy día como la de hoy día es distinta a la de hace diez años. Y, por supuesto, como todas, ésta es distinta de las generaciones en las cuales nosotros nos formamos.

Me parece que el elemento número uno es que ya la universidad no es ni va a ser este camino que es como un túnel angosto donde uno entra a una carrera, está seis años ahí, y sale con un título profesional que valida los estudios en esa carrera. Y esa es la manera todavía en que estamos desarrollando el trabajo universitario. Pero nos hemos dado cuenta de una cosa que es muy importante: hoy día, cualquier profesional de cualquier nivel, tiene que saber muchas cosas que están fuera de su profesión estrictamente. Un abogado, por ejemplo, vamos a tomar el caso, necesita hoy día saber algo de economía, necesita saber estadística, desde luego necesita saber inglés, desde luego el abogado necesita saber qué es lo que hacen las demás profesiones en el fondo, cosa que no era importante antes. Antes lo único importante era derecho y, en consecuencia, en la universidad, cuando ustedes entraban a derecho, se estudiaba 95% del tiempo cursos de derecho y el 5% quedaba para otras cosas; digamos que había un curso de economía, de repente, o algún curso de inglés o algún curso de relaciones internacionales, pero era fundamentalmente derecho, porque de la Escuela de Derecho salía un especialista. Que además entonces estaba caracterizado, porque él iba a trabajar toda la vida en derecho, solamente en eso y, además, porque él iba seguramente a tener ese trabajo durante toda la vida. O sea, si éste abogado, por ejemplo, ingresaba a la carrera pública y entraba como abogado a un ministerio, bueno, hacía carrera en el ministerio y estaba en el ministerio 30 años, 35 años, 40 años, jubilaba y el abogado se iba para su casa. Y el resto de las profesiones, lo mismo. Nuestros médicos estudiaban también 100% medicina. Hoy día un médico tiene que saber derecho, porque los clientes los pueden demandar; hoy día el médico tiene que saber estadística, porque cuando ven un paciente, él tiene que decir qué es lo que dice la evidencia en el mundo respecto a este tipo de problema, este tipo de males. El médico tiene que saber algo de tecnología computacional, porque ahora ya las fichas médicas no se llevan en papelitos, sino que se llevan en computador, en un programa y él tiene que acceder a Internet para poder aprender cómo en otras partes miran este tipo de problemas, qué avances ha habido; o sea, hoy día tiene que estudiar otras cosas, pero antes no.

Entonces había este médico, y el médico podía trabajar en el hospital A o B, o solamente en su consulta, pero ése era el camino de toda su vida. Entonces salía de médico y a los 30 años salía del mercado y se iba para su casa jubilado. Por eso, si ustedes lo piensan, todas las carreras son un poco como eso. Pero eso ha ido cambiando sustancialmente, porque, primero, todos tenemos que aprender de otras cosas y el requerimiento del mundo laboral para la gente que quiere ser exitosa es eso, el tener un dominio de la disciplina que uno cultiva, pero entender también las otras cosas que están relacionadas con la disciplina que uno cultiva. Entonces por eso la universidad está cambiando, por eso a mí me preocupa cuando algunos educadores piensan o argumentan que los cambios y los cambios experimentales en educación son algo malo o algo como negativo. Y no hay manera de progresar en educación si no vamos cambiando las cosas y, por lo tanto, vamos experimentando algunas cosas. Hoy día la universidad está experimentando con cursos transversales a la universidad, o sea, ya no más el abogado toma puros cursos de derecho en la Escuela de Derecho. Hoy día está obligado a tomar cursos en los cuales se tiene que sentar al lado de gente que estudia ingeniería o que estudia medicina o que estudia pedagogía, para mirar un tema que nada que ver con la especialidad de cada uno de ellos. Yo estoy dictando uno de esos cursos hoy día en la universidad, y se lo comentaba a la profesora, tengo 180 estudiantes en un curso de economía, pero son médicos, son ingenieros, son abogados, cientistas políticos, estudiantes de literatura, todo el mundo. Entonces, yo tengo que ser capaz de hablarles a todos ellos. Un curso de economía para economistas es más fácil; un curso de economía para gente que tiene otros intereses es más difícil, es un buen reto. Entonces esto es bueno, porque los profesores tenemos también que ir cambiando nuestra mentalidad, ir mejorando en nuestras habilidades pedagógicas, también tener conciencia de que la realidad no está en el mundo estrecho de la profesión de uno, sino en la realidad intelectual que es mucho más amplia. Estoy seguro de que muchos de ustedes cuando lleguen a la universidad, los más chicos y los más grandes, ya seguramente se va a ir encontrando con este cambio experimental, van a entrar a la universidad y no a una carrera. Nuestro ideal es que los estudiantes entren a la universidad, estén dos años en cursos que sean para toda la universidad y después de eso elijan qué disciplina quieren cultivar. Porque nos damos cuenta de otro problema al mismo tiempo, y tengo que decirlo aquí que estoy en un liceo, que los estudiantes llegan con poca información a seleccionar la universidad. Porque claro, a los 17 años no están claras las ideas que uno puede tener respecto a lo que quiere hacer los 70 años restantes de su vida. O sea, si a los 17 años todos tuviéramos que decir quiero ser arquitecto y, por lo tanto, los próximos 70 años hasta que me muera voy a ser arquitecto, ésa es una decisión, yo diría, complicada. Y hoy día, por lo que acabo de decir, que la cosa es bastante más compleja del punto de vista de la disciplina, es bastante más difícil tomar decisiones. Por otro lado, todas las carreras y las concepciones de las carreras están cambiando; están cambiando porque hoy día no es la misma arquitectura que se enseña a la que se enseñaba hace 10 años atrás. Muchas veces los papás que son arquitectos quieren que los hijos estudien arquitectura, o los papás que son abogados quieren que los hijos estudien leyes, y ustedes deben sentir eso en sus familias. Hay un tío que es ingeniero, entonces ustedes tienen que ser ingenieros; pero es que ya no es la ingeniería, ni la arquitectura ni el derecho que ellos estudiaron; hoy día es otra cosa, es otra realidad disciplinaria, es otro tipo de enseñanza, en todo nivel. Hay algunas carreras que han cambiado, pero fundamentalmente; medicina, por ejemplo. Antes, en medicina se experimentaba todo con cadáveres; hoy día se experimenta también con computadores o con muñecos computarizados y, por lo tanto, sé que la enseñanza de medicina está cambiando también sustancialmente. Entonces se llega con poca información a las puertas de la universidad y yo, que me preocupo mucho de estos procesos de selección y las pruebas y todo este tema, me doy cuenta de que uno de los problemas es ése, los estudiantes tienen poca información, porque las cosas están cambiando mucho y hay una brecha generacional. Ninguno de nosotros es capaz de orientar, adecuada y perfectamente, a otro que tiene, como digo, que tomar una decisión para los próximos 70 años. Por lo tanto, bueno para ellos, para ustedes, que estén dos años en la universidad y puedan, por lo tanto, sacar mejor información para tomar una decisión informada. Tenemos un programa en la universidad sobre esto, se llama Programa de Bachillerato. Ahí los estudiantes ingresan dos años a cursos comunes, toman biología, toman historia, toman química, matemáticas, etc., y después de eso eligen la carrera y la carrera generalmente convalida un año de manera que pueden seguir normalmente uno en medicina, otro en leyes. Fíjense que el 40% de los estudiantes que salen del Bachillerato, 40% todos los años, cambian respecto de lo que habrían elegido originalmente. O sea, los que querían estudiar arquitectura, en realidad se dieron cuenta de que no eran para arquitectos sino que querían estudiar leyes. Y hay gente, no es cierto, que también descubre que tiene habilidades que nunca pensó, porque el colegio nunca tuvo el tiempo ni la oportunidad de explorarlas. Yo le conté a la profesora que comencé en la universidad estudiando derecho, estuve un año y me aburrí del derecho, porque no era para mí. Lo que pasa es que mi papá quería que estudiara derecho porque quería tener un hijo abogado, entonces, esas presiones son importantes y uno finalmente accede, pero habría sido un abogado muy frustrado, probablemente. Pero al año me cambié a historia, pero siempre en el área de las letras, porque siempre pensé que nunca iba a tener las ventajas para poder meterme en las matemáticas. Nunca me gustaron. Creo que una de las razones fue que el profesor de matemáticas del colegio no era muy generoso, era terrible, se enojaba, gritaba a los alumnos, y entonces le tenía espanto a las matemáticas. Bueno, pero cuando comencé después a estudiar una licenciatura en filosofía con mención en historia económica, me metí a investigar historia económica y me di cuenta de que me faltaba economía para poder hacer eso y entonces entré a la Facultad de Economía a hacer un programa de postgrado y, oh sorpresa, descubrí que tenía enormes ventajas en matemáticas y que competía muy bien en matemáticas con mis colegas que eran ingenieros y, de hecho, después terminé siendo profesor en la Facultad de Economía de uno de los cursos más avanzados en el área de matemáticas que es econometría. Pero jamás podría haber descubierto que era bueno para las matemáticas si no hubiese tenido esta oportunidad, y eso, por lo tanto, enseña que ustedes tienen siempre que explorarse para descubrir aquellas cosas que a lo mejor el liceo no les permite descubrir y eso tiene que hacerlo uno mismo. Y la universidad tiene que darle oportunidades para que lo haga y estos programas transversales en la universidad ayudan mucho a estudiantes que creen que tienen que ser ingenieros, pero en realidad descubren que tienen que ser otra cosa.

Tengo una experiencia con un ayudante mío, que siempre la cuento, porque a este respecto es bien interesante. Él era ayudante de uno de los cursos avanzados de economía y era ayudante de investigación en economía. Un tipo bien preparado que había sido muy exitoso en la Escuela, por eso era ayudante, y no tenía de nadie nunca una queja contra él. Yo después me salí de la Facultad de Economía y a los 3 años, o algo así, lo encontré un día sin aspecto de economista, andaba con el pelo teñido, con un aro y le pregunté qué le había pasado, y me dijo nada, descubrí que en realidad la economía no me gustaba y estoy estudiando arte. Él descubrió una cosa que fue muy importante. Él habría sido a lo mejor un muy buen economista, pero al final del día siempre frustrado, porque lo que él quería ser era otra cosa. Entonces, lección muy importante: hagan lo que ustedes quieren hacer y busquen. No se den nunca por enterados, las cosas están cambiando fundamentalmente, busquen. Muchas veces a las puertas de la universidad llegan jóvenes con preconcepciones que están mal fundadas. Creen que la cosa es distinta, creen que la carrera es una cosa distinta y por lo demás, y aquí está el otro elemento importante en el cambio que está ocurriendo, antes uno dejaba la universidad y no estudiaba más. O sea, se mantenía más o menos al día, leía un poco o cero; el tipo salía de abogado se conocía los códigos, las prácticas, y con eso se batía toda su vida. Y un médico también se batía toda su vida con lo que sabía de la escuela de medicina y la especialización que había logrado y el resto era un poco el manejo de los casos y ahí se iba aprendiendo. Pero hoy día eso no es nada así. Y no es así, porque resulta que está cambiando y ya cambió todo lo que es la tecnología del conocimiento. Si eso no es un discurso. Hoy día, todos los días, hay algo nuevo en medicina y pobre del médico que no lo sepa. Todos los días hay algo nuevo en ingeniería, en tecnología, en computación. Las cosas están cambiando en derecho. Hoy día ya los abogados no escriben solamente en papeles, sino que tienen que ser oradores, tienen que saber argumentar igual que en las películas. Está todo cambiando, todo cambiando absolutamente. Por lo tanto, nadie puede decir terminé la universidad o terminé lo que termine y me voy para mi casa tranquilo, porque ahora con esto me voy a ganar la vida. Eso no es así. Esta cuestión de la educación permanente no es un discurso tampoco. Si uno no está en la línea de educación permanente se le cierran todas las oportunidades posibles. Y ahora la educación permanente tampoco significa estar en una sala de clases. Justamente hoy día en la mañana me estaban explicando los programas que está desarrollando la universidad de educación a distancia. O sea, ya ni siquiera hay que mirar las caras de los estudiantes, incluso ya se pueden ver las caras por la propia pantalla con una cámara apropiada. De manera que la educación hoy día se produce a distancia y las universidades tenemos que competir con las universidades de todo el mundo, las buenas universidades, porque ustedes pueden, pasado mañana tomar un curso, un diploma, un programa en cualquier universidad de Inglaterra, de España, de donde ustedes quieran y compiten acá con las nuestras.

De manera que todo eso cambió y, por lo tanto, el concepto de universidad también cambió. Hoy día la universidad tiene que darle una oferta bastante variable a los estudiantes. Ya no basta con las 40 carreras o las 50 carreras que ofrece la Universidad de Chile. Tenemos que darle otro tipo de programas de perfeccionamiento, de mayor información de postgrados a los estudiantes que han salido de la universidad y van a ir a trabajar. Ahora, también es cierto, hay gente que no le va a gustar esto y, por cierto, esa gente va a quedar siempre como mano de obra barata, de eso no hay que olvidarse. Uno en esto puede tomar la opción de no hacer esa cuestión y, por cierto, siempre va a quedar como una reserva. Pero aquí entra otro factor que es fundamental. Nadie puede pensar hoy día que tiene un empleo permanente. Nadie en ninguna área, en ninguna disciplina. Antes era más fácil pensar si uno era abogado y entraba al ministerio, como dije, estaba 30 años ahí. Hoy día es más difícil pensar eso, porque está primando en todas las empresas, en la administración pública, en todos lados, lo que se llama las reingenierías, porque las empresas tienen que repensarse, rehacerse, rediseñarse permanentemente para poder enfrentar los cambios que a su vez tienen las empresas en sus propios mercados. Por lo tanto, nadie, ni siquiera el dueño de la empresa, tiene un trabajo permanente. Y por lo tanto uno, se estima, tiene que cambiar hoy día, con lo que hoy día sabemos, por lo menos 6 u 8 veces de empleo en su vida. Por lo menos 6 u 8 veces de empleo en su vida y cada vez que uno se cambia de empleo tiene que mostrar qué es lo que tiene, qué es lo que sabe hacer y si la respuesta es no tengo nada nuevo y sé hacer lo mismo que hacía 5 años atrás, obviamente que las perspectivas de éxito y de empleo y de todo lo demás son bastante bajas. O sea, este tema de la educación permanente hoy día es fundamental, porque todo está cambiando. Nuestros médicos tienen que estar en entrenamiento permanente hasta cuando tienen 50 o 60 años, claro, porque atienden pacientes y tienen que emplear tecnologías nuevas con ellos y para qué decir los ingenieros, los arquitectos, que todo está cambiando, cambian los materiales, cambian los diseños, cambian las preferencias de las personas, por cierto, de manera que la universidad también está cambiando en ese contexto de la educación permanente.

Bueno, por eso yo creo que ustedes como estudiantes que están empezando a mirar hacia el futuro laboral y de la educación superior, no deben olvidarse que este futuro no excluye ambas alternativas. Uno puede pasar periodos de trabajo, pero debe también pasar por periodos de estudio y debe combinar una y otra cosa, porque es la única manera de poder tener éxito. Ahora, hay gente que nunca va a tener éxito si no está en esa línea, por cierto, eso está demás decirlo. Pero aquéllos que quieren realmente tener un desarrollo profesional, realizarse además como personas, van a tener que buscar siempre nuevas alternativas y nuevas cosas que se están abriendo. Y por otro lado, cuando algunos de ustedes posteriormente se formen en una cierta área van a tener que empezar a abrir su mente para tomar conocimiento de otras áreas, porque hoy día lo que requiere el mundo es precisamente eso, integración de conocimiento multidisciplinario. Fíjense, uno de los problemas que tenemos en la universidad, por lo menos en las universidades grandes, en las universidades en serio que realizan investigación y todo lo demás, es cómo poner el límite de dónde termina la química y dónde comienza la biología, porque hoy día existe una cuestión que se llama bioquímica y que es fundamental para entender cosas como el ADN o cosas como la transmisión de enfermedades. Entonces, en el pasado, nosotros podíamos segmentar el universo y decir esto es ingeniería, esto es química, esto de más acá es física, esto otro es biología, etc. Pero hoy día eso ya no es posible. Hoy día las ciencias están integradas y todos los días aparecen programas nuevos de integración de ciencias. Fíjense ustedes, que para que un arquitecto hoy día pueda diseñar un aula tan bonita como ésta, que lo hace un arquitecto y lo dibuja, el arquitecto hoy día tiene que saber de materiales, porque ustedes han de saber que si este pilar de ahí se hace de aluminio, probablemente esto se viene abajo. Entonces fíjense que este arquitecto tiene que estudiar física hoy día. Antes no, porque los materiales eran todos estándar y cuando se hacía de pino oregón, todo el mundo sabía lo que era el pino oregón y el arquitecto dibujaba simplemente cómo las cosas se ensamblaban. Pero hoy día todos los días están surgiendo materiales distintos que sirven para distintas cosas y, por lo tanto, este arquitecto tiene que estar informado de cosas que en el pasado no importaban, como la física, por ejemplo, y también tiene que saber química para saber cuál es la dureza, la resistencia del material frente a distintos embates de peso, de temperatura.

Y por cierto que el médico este, que antes sabia biología, hoy día tiene que saber química. Para qué les digo la variedad de remedios que hay para una sola enfermedad y, por lo tanto, él para poder discriminar tiene que saber qué es lo que hay dentro de cada tabletita y para eso tiene que tener una formación en química que antes no se necesitaba, porque los remedios eran mucho más estándar. Hoy día los remedios no son estándar. De manera que hoy día esta cuestión de que cada uno de nosotros tiene que estudiar otras cosas es común y es normal. Y la demanda que hay allá afuera por personas, por intelecto, por profesionales, por capacidades humanas tienen que ver con eso: usted qué más sabe, qué me puede traer aquí que a mí me ayude. "Yo soy un arquitecto que sé química", eso ayuda mucho; "yo soy un médico que además tengo un doctorado en química", eso ayuda mucho. Pero si es el mismo médico que hizo en los últimos 10 años nada excepto trabajar en medicina, eso no tiene ningún interés. Por lo tanto, el mensaje es que hay que mantenerse estudiante, o sea, todos tenemos que estudiar permanentemente. Yo soy Rector de la universidad, alguien puede decir: mire usted ya tiene su carrera terminada y no se preocupe, pero uno siempre se tiene que preocupar, yo tengo que estar estudiando permanentemente en mi disciplina y tengo que aprender mucho de otras disciplinas. Tengo que saber qué es lo que se hace en la Facultad de Ciencias donde enseñan puras cosas bastantes voladas, digamos, en todas las áreas científicas más duras. Tengo que entender eso y eso significa que muchas veces me tengo que meter a Internet o tengo que escuchar conferencias sobre esos temas, porque cuando vaya a una reunión con otros rectores del mundo en alguna parte, voy a tener que opinar sobre esos temas y no voy a poder decir mire, en realidad, sobre eso yo no puedo opinar, porque resulta que yo estudié economía y salí de la escuela de economía hace como 20 años atrás. Entonces evidentemente en eso tiene que haber un cambio y ese cambio está ocurriendo, ciertamente, en la universidad. Nuestros profesores están todos obligados a eso. Por eso es muy importante, cuando ustedes miren universidades, bueno, vean dónde han estudiado los profesores en primer lugar. Fíjense que los estudiantes generalmente no preguntan esas cosas, dónde estudiaron. A mí me gustaría saber eso si voy a inscribirme en una universidad, dónde estudiaron, qué estudiaron y cuánto tiempo han estudiado. Porque en la universidad hoy día no es gracia llegar y repetirles todo. Decir mire, estos profesores, que yo los tuve, que llegaban con unos papeles amarillentos debajo el brazo, que eran las mismas clases que habían hecho el año 45 y que las seguían repitiendo. Las cosas tampoco cambiaban brutalmente, pero hoy día eso ya no se puede. Hoy día tenemos que cambiar nuestra estructura de clases, nuestros apuntes, nuestro conocimiento, todos los años, si no todos los semestres. Entonces es muy importante, pregunten ustedes quiénes enseñan, dónde estudiaron y cuánto tiempo estudiaron. Ésa es la primera pregunta. Segunda pregunta, esta gente que enseña, ¿está pensando en sus temas o simplemente están repitiendo la misma cosa que han escuchado años atrás?. Si están pensando, que probablemente es el caso, ¿dónde está lo que han escrito, lo que han publicado en los últimos 4 años sobre la materia que ellos enseñan?, esa es otra buena pregunta. Porque hoy día es fácil vender universidades, pero muchas universidades son gente que pasa por ahí y hace clases, pero hacen clases que no tienen realmente ningún sentido, porque posteriormente, cuando ustedes dicen yo salí de ésta universidad, muchos los quedan mirando y dicen mire, lo siento mucho, digamos, esa universidad no es elegible. Hay países en las que se publica en los diarios y dice: se abre un concurso para un cargo de un profesional en tal y cual área y se ruega no presentarse a los egresados de las siguientes universidades, para evitarse el lío de recibir papeles y eso pasa y eso seguramente va a pasar en Chile. Porque aquí hay instituciones que son muy buenas, pero también instituciones que son muy malas y ustedes tienen que aprender a discriminar eso, porque evidentemente si ustedes no ayudan a discriminar, la cosa sigue así posteriormente y eso lleva a todo tipo de fracaso.

De manera que, jóvenes, ustedes enfrentan y han de enfrentar un mundo nuevo, completamente nuevo que yo no soy capaz realmente de avizorar dónde esto termina o dónde se estaciona. Creo que cualquiera de nosotros, de mi generación, que hubiese hecho un pronóstico hace 10 o 15 años atrás, de dónde íbamos a estar hoy día en materia de tecnología, creo que si lo hubiésemos hecho, nadie nos hubiera creído los cambios fundamentales que han habido en tecnología y que derivan después en cambios políticos, comerciales, etc., de tipo internacional. Ustedes van a estar en un mundo totalmente distinto y eso tiene cosas muy buenas, pero también son cosas amenazantes. Es muy probable que en 10 años más o en 15 años más, cuando ustedes estén allá afuera trabajando, profesionales de otras partes del mundo también puedan venir a trabajar a Chile y ustedes van a tener que competir con gente de otros países. Pero ustedes también van a tener la oportunidad de irse a otros países y los más capaces seguramente lo van hacer. Ése es un mundo distinto que ya está ocurriendo hoy día, porque hoy día en realidad vivir en otro país no es una cosa tan dramática como era 20 o 30 años atrás en que había incomunicación. Hoy día la comunicación es instantánea, cada vez más barata y el transporte es cada vez más barato. De manera que algunos de ustedes que vaya a ser cientista y se vaya a trabajar a Suecia, hoy día ya es una cosa común y en el futuro probablemente va a ser extraordinariamente común y corriente; digamos tal y como suecos se desempeñarán acá en distintas cosas. Un mundo distinto, pero ustedes van a tener que saber competir en ese mundo y la competencia se basa en el intelecto y se basa también en las oportunidades. Por eso he sostenido tantas veces, y lo digo de nuevo acá, que creo que si nuestra sociedad no le abre oportunidades a todos para enfrentar este mundo de desafíos, estamos realmente cortándonos un brazo para una tremenda pelea que viene en los próximos años en esto de la integración internacional, política, económica, social. Y por eso es que la política pública debe preocuparse mucho más de este tema que requiere inteligencia, sobre todo del financiamiento de los estudiantes para la educación superior. Éste no es un problema social de qué bueno que estén en la universidad los muchachos y, por lo tanto, démosle plata. No, es un tema que nosotros tenemos que invertir en capital humano, porque eso es lo único que le va a permitir a este país tener éxito internacionalmente. Por lo tanto, todo esto que está ocurriendo en la universidad, estos cambios que vienen y de los que he estado hablando, cambios en el mercado laboral que están ocurriendo, tienen que ir aparejados con cambios también en las oportunidades que les proveemos a todos. Porque hay una sola cosa que sí ha quedado clara en la investigación de toda la parte sicoanalítica y la parte biológica: que la inteligencia no viene necesariamente con los recursos, o sea, felizmente está probado de que los inteligentes no son necesariamente todos ricos y que hay muchos inteligentes que son pobres. Pero como la inteligencia es un recurso escaso en nuestro país, eso se nota, en mi opinión, ese recurso escaso hay que protegerlo. Tal como decimos protejamos el cobre, porque es un recurso escaso; los bosques son un recurso escaso, la inteligencia también; y como la inteligencia tiene que ver con oportunidades, con una actitud más positiva del Estado que no está regalando así por dádiva educación a algunos para que no se queden afuera, sino que tienen que proteger los recursos escasos que tiene el país y creo que el Estado necesita tener una visión distinta a este tema del financiamiento estudiantil, porque en el fondo es una inversión en el futuro, tal como invertir en universidades es una inversión en el futuro. Y si cerramos las universidades y nos dedicamos a ser todos trabajadores, mano de obra barata, entonces agarramos todos una pala, un chuzo, algo, y nos vamos al campo, a los bosques a proveer los recursos naturales que es lo único que nos va a permitir seguir subsistiendo hacia el futuro. Pero como nos han dicho que eso no es así y que necesitamos desarrollar mayores competencias, queremos competir de verdad con el resto del mundo, queremos desarrollar industrias, queremos crear productos nuevos, entonces también tenemos que hacer algo en término de proteger lo que está aquí adentro y que es un recurso verdaderamente escaso para todos.

De manera, jóvenes, que qué bueno que estén estudiando, qué bueno que sigan estudiando, pero estudien con fuerza, con convencimiento. Y no están estudiando para dejar tranquilo al papá, no están estudiando por ustedes, están estudiando por lo que necesitan ser ustedes y porque hay un futuro ahí afuera que es tremendamente desafiante y que les puede caer encima como un tremendo tonel y aplastarlos, o bien, un futuro en el cual ustedes pueden tener un éxito tremendo, porque el éxito de ustedes también es el éxito de muchos más y el éxito, finalmente, del país cuando lo miran del agregado.

Así que de esto quería hablarles hoy día en la mañana. Quería contarles un poquito cómo estamos viendo estas cosas en la universidad. No quería dar una conferencia latosa sobre lo que estamos haciendo en físico química, porque eso lo podemos dejar para después, contarles un poquito de esta vivencia y esta preocupación que tenemos los educadores y los universitarios.

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