Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de presentación del libro "Etiopatogenia y Tratamiento de las Fisuras Labio-Máxilo-Palatinas".

Autoras: Prof. Dra. Doris Cauvi y Dra. Noemí Leiva.

Yo, por cierto, no puedo agregar nada respecto del contenido del libro, que está en la especialidad y el interés de muchos, sino de todos ustedes. Pero sí me gustaría indicar lo importante que es escribir libros, sobre todo cuando hacemos trabajo universitario, y especialmente en los días en que cunde la experiencia y el concepto de la universidad que repite cosas, la universidad que mira y repite y, por lo tanto, es incapaz de proyectar lo nuevo, y entonces rescatar el concepto de universidad que crea, que piensa y que, en consecuencia, traduce por escrito los nuevos pensamientos, las nuevas ideas, las nuevas cosas.

Que pone, como en este caso, por escrito la experiencia de un grupo multiprofesional, interdisciplinario y que evidentemente, entonces, trae lo nuevo y propone cosas, y aventura interpretaciones, traduce experiencias y hace trabajo universitario. Y qué bueno, entonces, que eso ocurra, porque eso ratifica que estamos en una universidad donde no sólo se repiten las cosas, sino donde hay cosas nuevas que deben estar ocurriendo, porque es parte de nuestra responsabilidad como académicos. No es ésta una entidad que haya arrendado o construido una bonita casa para repetir cosas que nunca pasan de moda y que siguen constituyendo, por lo tanto, el más de lo mismo que hoy día es en gran medida el quehacer universitario.

Me alegro porque también es cierto, como muchos de nosotros lo atestiguamos, que un libro o un artículo es como un hijo, porque uno lo ve crecer, lo ve proyectarse en otros, ve que sus ideas empiezan a ser acariciadas, adquiridas y a veces criticadas por otros. Un libro es igual que un hijo porque hay un esfuerzo, una esperanza, una proyección puesta en él y, por lo tanto, cuando ve que esas ideas y ese libro están entre otros y empiezan a ser útiles para formar a otros, uno tiene esa misma sensación del hijo o de la hija que proyecta a uno mismo y su experiencia hacia el futuro.

Es por eso que un libro entonces es tan importante como experiencia de trabajo universitario, pero también como experiencia de persona, y sobre todo en una universidad que preconiza al mismo tiempo de la excelencia académica el humanismo, el respeto por la persona y el desarrollo de la persona. Creo que el lanzamiento de un libro no es una ceremonia más que ocurra casi como una cosa intrascendente; el lanzamiento de un libro, sobre todo de un libro que está en ámbitos que son tan importantes y que tienen que ver con los niños y con el futuro, constituye una ceremonia esencialmente universitaria, y yo me alegro mucho que tenga lugar en la Casa Central de la Universidad de Chile, porque entonces ratifica nuestro convencimiento de que es ésta una Universidad que construye ideas nuevas, que las proyecta hacia el país y que, aunque a muchos no les guste, lo seguiremos haciendo por los próximos 160 años.

Felicito a las autoras del libro y a todos quienes han estado envueltos en esa gestación maravillosa y, por cierto, que esperaremos que más adelante haya más libros, más ideas, más cosas que se pondrán también sobre la mesa para mostrar cuán capaces somos de hacer futuro en esta Universidad.

Muchas gracias.

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