Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Bienvenida a los Mechones 2004.
Quiero darles la bienvenida a la mejor universidad de Chile, y esto no es un carril propio, lo dijo hace un par de meses la Comunidad Europea en un estudio de más de 10 mil universidades, en que concluyó que ésta era la única universidad en nuestro país elegible para estar en el ranking mundial de 500 universidades, y es una de la 7 latinoamericanas incluidas en ese ranking. No hemos visto destacado esto en los medios, no nos quieren mucho los medios, y a veces pareciera que quieren un poquito más a estos caballeros de la vecindad por la vereda del frente, que nosotros también queremos y acogemos, pues somos una Universidad amplia y nos gusta tener con ellos esta competencia, pero que no se olviden que somos los mejores, y que no se olviden también, porque a veces se olvidan, que ustedes son los mejores, porque nosotros escogemos a los mejores y no ellos, y eso los hace a ustedes muy responsables de lo que tenemos que hacer en el trabajo universitario.
Claro, ustedes llegan acá para ser buenos alumnos, estudiosos, comprometerse, sacar los cursos, lograr la carrera, seguir un posgrado, todo eso, sí, cierto, y lo van a hacer y muy bien, pero además a nosotros nos interesa mucho la diversidad que hay entre ustedes y que no pueden mostrar ni los caballeros del frente, ni ninguno otros de estos caballeros que arriendan casas y crean universidades. Aquí hay una diversidad que está mostrada por el hecho que hay más de un 95% de estudiantes que salen de colegios públicos y municipalizados que llegan a la Universidad de Chile, un tercio de nuestros estudiantes viene de colegios privados y otro tercio viene de los colegios públicos, el restante de los particulares subvencionados: esa es una diversidad universitaria que a nosotros nos enorgullece, y nos enorgullece que lleguen también aquí estudiantes de regiones, tanto como estudiantes de Santiago. Nos enorgullece que lleguen estudiantes a las áreas duras de la ingeniería, de las ciencias, pero también a las humanidades y a las artes. Nos enorgullece tener jóvenes que se comprometen no sólo en ser buenos profesionales, sino que una cosa muy importante en esta Universidad es comprometerse a ser personas, personas capaces de ayudar, capaces de sentir, capaces de ejercer solidaridad y no sólo personas que salen con un signo peso a ganarse la vida allá afuera.
Aquí queremos formar esas personas, ciudadanos, y queremos que los estudiantes nos ayuden permanentemente a empujar en esa dirección. Aquí formamos a los más competentes y los mejores profesionales y posgraduados de Chile, sin ninguna duda, pero también queremos formar a las mejores personas identificadas con el resto. Aquí somos una comunidad, como se ha dicho, una comunidad que a veces tiene problemas, pero que como toda comunidad tenemos que buscar los mecanismos para ayudarnos y sobre todo para ayudar a aquellos estudiantes que tienen más necesidades y que están acá porque son inteligentes, no porque tienen una gran cuenta corriente.
De manera, jóvenes, que ustedes llegan a enfrentar un gran desafío. A mí siempre me preguntan ¿qué es, Rector, un buen estudiante? Y uno para eso puede tener muchas respuestas, las respuestas estándar, pero mi respuesta es: el buen estudiante es quien trae las mejores preguntas a la Universidad. Nosotros no queremos memoriones, ni queremos los que repiten, queremos los que innovan, los que piensan y, por lo tanto, los que son capaces de poner en problemas a sus profesores. Eso son ustedes, los estudiantes de la Universidad de Chile, el futuro de Chile, desde muchos puntos de vista.
Bienvenidos a nuestra Casa, tiñan su corazón de azul igual que todos nosotros, porque eso les dará la fortaleza para que este país siga hacia adelante.
Muchas gracias.