Discurso del Prof. Luis A Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Titulación de la Carrera de Medicina Veterinaria de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias.
El día de ayer la comunidad europea liberó una información en su página, reportando que había encargado a la Universidad de Shangai que hiciera un listado y un estudio de las primeras quinientas universidades del mundo, un mundo en el que estimamos hay más de diez mil universidades. Y el estudio de la Universidad de Shangai concluyó que en Latinoamérica habían seis entre estas quinientas mejores universidades: 3 de ellas en Brasil, 1 en México, 1 en Argentina y la Universidad de Chile.
Por lo tanto, también con mucha base y fundamento, cuando decimos que somos la mejor universidad del país es que hoy día, ciertamente, con observadores internacionales, también somos la mejor universidad del país y una de las mejores universidades de latinoamérica. Y eso, que es un logro del tiempo y del esfuerzo de esta universidad, se lo dedico a ustedes egresados, como Rector de la Universidad de Chile.
Pero tampoco el Rector de la universidad quiere que ustedes se marchen sin tareas y permítanme entonces que les indique cuatro, que para la institución son importantes y fundamentales. Primero, que ustedes muestren allá afuera la competencia que han adquirido en esta institución. Ustedes están preparados para ser los mejores y ustedes deben ser los mejores permanentemente siempre, cueste lo que cueste. Ustedes se llevan la tarea de representarnos, la tarea de representarnos bien. La segunda, es la necesidad urgente que tenemos de que ustedes muestren, aparte de sus competencias, espíritu de servicio, espíritu solidario, una entrega también a la gente y al país, porque ése es el sello -y debe serlo- de la Universidad de Chile. Está bien que hoy día juguemos con las reglas del egoísmo, de la competencia, de la destrucción progresiva del humanismo, en otras palabras. Pero también es tan importante que haya gente inteligente y competente que muestre que también el espíritu solidario y el servicio tiene un valor importante que ustedes tienen que defender.
Lo tercero, ustedes en esta universidad no sólo han aprendido conocimientos, técnicas, han adquirido habilidades que tienen que ver con su disciplina. También han teñido su corazón de azul, son parte de una institución que tiene una historia, 160 años. Ustedes son una generación que verá todavía en vida activa los 200 años de la Universidad de Chile. Pero también es importante a esta universidad quererla y defenderla. Como toda persona bien nacida que defiende a su madre, los egresados de esta institución siempre deben querer y defender a su alma mater porque en definitiva ésa es la marca de fábrica indeleble que uno debe proteger para siempre; hay que proteger, hay que defender, hay que auspiciar, propiciar siempre a la Universidad de Chile. Y la cuarta, es que vuelvan a la Universidad de Chile. Hoy día estamos en el mundo de la educación permanente, de la sociedad del conocimiento. Todo está cambiando, muchas de las cosas que aprendieron ya cambiaron y ustedes tienen la competencia para poder renovar su conocimiento, para poder llevarlo a la profesión y la universidad necesita que ustedes vuelvan. Porque son las preguntas que ustedes traigan de allá afuera las que permitirán que nuestros intelectos trabajen, produzcan y den respuestas a los problemas que ustedes encuentren allá afuera y que están cambiando y que no tienen solución evidente. De manera que vuelvan, ésa es la cuarta tarea, y entonces, a la espera de vuestra vuelta donde siempre los vamos a estar esperando, déjenme por ahora, a nombre de la universidad, desearles éxito, felicitarlos por su alegría, felicitarlos por su fuerza, felicitarlos por su vocación universitaria y desearles que les vaya con el mayor de los éxitos como todo egresado de la Universidad de Chile se merece.
Suerte, que les vaya bien.